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La Adoración Y El Servicio
Contributed by Ramiro Araujo on Aug 26, 2003 (message contributor)
Summary: Nos congregamos el Día del Señor para rendirle culto de adoracíón. Hacemos misiones, diezmamos y ofrendamos, y oramos como una expresión de nuestra adoración a Dios. Hoy vamos a hablar sobre el servicio como otro acto de adoración a Dios.
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INTRODUCCIÓN
Hemos hablado acerca de lo que es la adoración: Culto o reverencia que se rinde a Dios por sus obras y por ser quien es El. Por eso, a lo largo de los sermones anteriores hemos visto que la adoración se centra en Dios y en nadie más. Hacemos misiones para glorificar a Dios, diezmamos y ofrendamos como un acto de adoración a Dios, oramos como una expresión de adoración a Dios.... Esta mañana hablaremos acerca del servicio y la adoración.
El concepto general de servicio es hacer algo para otros o por otros. Sin embrago cuando se habla del servicio como un acto de adoración, el concepto cambia substancialmente. ¿Por qué? Porque la motivación cambia. Ya no se hacen las cosas por fines altruistas o interesados sino porque sabemos que a Dios le agradan. ¿Nota la diferencia?
Les invito a abrir sus Biblias en Jn. 13.
Veamos pues lo que Palabra de Dios nos enseña respecto al servicio:
En primer lugar nos enseña que EL SERVICIO HA DE SER CONSCIENTE
En segundo lugar nos enseña que EL SERVICIO PUEDE SER COSTOSO
En tercer lugar nos enseña que el SERVICIO DEBE SER CONSISTENTE
I. EL SERVICIO HA DE SER CONSCIENTE
¿Qué quiero decir con esto? Que hemos de buscar servir a otros de manera intencional. No basta que conozcamos acerca del servicio sino que busquemos ponerlo en práctica.
Que hemos de tomar conciencia de que ser cristianos implica ser imitadores de Cristo (en ciertas cosas).
Mire el v. 15 “Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes”. Aquí el ejemplo que necesitamos seguir.
Sí hermanos, hemos de tomar plena conciencia de que adoramos a Dios mediante el servicio. Por un lado El nos manda a hacerlo y por otro El nos da la capacidad de hacerlo.
Pero cuidado, no caigamos en una trampa muy común: se llama el concepto del voluntariado. Según esta forma de pensar yo hago cosas para otros en la de forma voluntaria. Nadie me paga por hacerlo. Les hago un favor...
Esa forma de pensar es una mentira engañosa y destructiva. Si pensamos así es mejor que no hagamos nada!
Otra cosa que debemos evitar es servir de mala gana. “Bueno, ya me doy cuenta de que debo servir, a ver les ayudaré...”. No gracias, no con esa actitud.
Ilustración: ¿Ha visto ese comercial de TV que busca sensibilizar a la gente? Un hombre está esperando un taxi en un tremendo aguacero. Se tapa con un periódico. Cuando alcanza a ver un taxi y lo hace parar se da cuenta de que hay una mujer con una niña. El de mala gana le cede el puesto. ESO NO ES LA CORRECTA ACTITUD DEL SERVICIO CRISTIANO!
Hizo bien a otra persona, pero sin amor. El servicio verdadero expresa amor por que se lo hace para Dios.
Pero hay otro pensamiento que también es falso: “Yo no puedo servir”. No soy útil para nada. Soy demasiado joven, viejo, tímido, risueño, gordo, flaco, pequeño, alto, etc.
Hermanos, TODOS somos llamados a servir, si lo hacemos como un acto de adoración, entonces no encintraremos pretextos.
Ilustración: En mi mano tengo una pulsera de colores. Esta es usada por quines hacen evangelismo para niños (es una versión del libro sin palabras). ¿Saben que fue hecha por una mujer de más de noventa años y ciega? Ella no cayó en el engaño de pensar “yo no puedo servir”.
Esto nos lleva al segundo aspecto del servicio:
II. EL SERVICIO PUEDE SER COSTOSO
Imaginémonos por un instante que somos uno de los doce. Estamos allí para celebrar la cena de la Pascua con nuestro Maestro. Con aquel que ha resucitado a Lázaro, que dio de comer a más de cinco mil con cinco panes y dos pescados. Aquel que detuvo la tormenta con una sola orden, aquel que le vieron caminar sobre las aguas y dar vista al ciego. Estamos allí mismo con nuestros pies sucios de polvo y sudor. De pronto el Dios del universo se despoja de sus vestidos y queda con la ropa de un esclavo. Toma una lavacara con agua y comienza a lavar nuestros pies... ¿Cómo nos sentiríamos?
¿Piensa que fue fácil para Jesús hacerse siervo?. No solo en esta ocasión, sino el mismo hecho de haberse despojado de su grandeza y hacerse siervo.
Pablo en su epístola a los Filipenses dice:
5 La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, 6 quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. 7 Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres *humanos. 8 Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!