INTRODUCCIÓN
Hemos hablado acerca de lo que es la adoración: Culto o reverencia que se rinde a Dios por sus obras y por ser quien es El. Por eso, a lo largo de los sermones anteriores hemos visto que la adoración se centra en Dios y en nadie más. Hacemos misiones para glorificar a Dios, diezmamos y ofrendamos como un acto de adoración a Dios, oramos como una expresión de adoración a Dios.... Esta mañana hablaremos acerca del servicio y la adoración.
El concepto general de servicio es hacer algo para otros o por otros. Sin embrago cuando se habla del servicio como un acto de adoración, el concepto cambia substancialmente. ¿Por qué? Porque la motivación cambia. Ya no se hacen las cosas por fines altruistas o interesados sino porque sabemos que a Dios le agradan. ¿Nota la diferencia?
Les invito a abrir sus Biblias en Jn. 13.
Veamos pues lo que Palabra de Dios nos enseña respecto al servicio:
En primer lugar nos enseña que EL SERVICIO HA DE SER CONSCIENTE
En segundo lugar nos enseña que EL SERVICIO PUEDE SER COSTOSO
En tercer lugar nos enseña que el SERVICIO DEBE SER CONSISTENTE
I. EL SERVICIO HA DE SER CONSCIENTE
¿Qué quiero decir con esto? Que hemos de buscar servir a otros de manera intencional. No basta que conozcamos acerca del servicio sino que busquemos ponerlo en práctica.
Que hemos de tomar conciencia de que ser cristianos implica ser imitadores de Cristo (en ciertas cosas).
Mire el v. 15 “Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes”. Aquí el ejemplo que necesitamos seguir.
Sí hermanos, hemos de tomar plena conciencia de que adoramos a Dios mediante el servicio. Por un lado El nos manda a hacerlo y por otro El nos da la capacidad de hacerlo.
Pero cuidado, no caigamos en una trampa muy común: se llama el concepto del voluntariado. Según esta forma de pensar yo hago cosas para otros en la de forma voluntaria. Nadie me paga por hacerlo. Les hago un favor...
Esa forma de pensar es una mentira engañosa y destructiva. Si pensamos así es mejor que no hagamos nada!
Otra cosa que debemos evitar es servir de mala gana. “Bueno, ya me doy cuenta de que debo servir, a ver les ayudaré...”. No gracias, no con esa actitud.
Ilustración: ¿Ha visto ese comercial de TV que busca sensibilizar a la gente? Un hombre está esperando un taxi en un tremendo aguacero. Se tapa con un periódico. Cuando alcanza a ver un taxi y lo hace parar se da cuenta de que hay una mujer con una niña. El de mala gana le cede el puesto. ESO NO ES LA CORRECTA ACTITUD DEL SERVICIO CRISTIANO!
Hizo bien a otra persona, pero sin amor. El servicio verdadero expresa amor por que se lo hace para Dios.
Pero hay otro pensamiento que también es falso: “Yo no puedo servir”. No soy útil para nada. Soy demasiado joven, viejo, tímido, risueño, gordo, flaco, pequeño, alto, etc.
Hermanos, TODOS somos llamados a servir, si lo hacemos como un acto de adoración, entonces no encintraremos pretextos.
Ilustración: En mi mano tengo una pulsera de colores. Esta es usada por quines hacen evangelismo para niños (es una versión del libro sin palabras). ¿Saben que fue hecha por una mujer de más de noventa años y ciega? Ella no cayó en el engaño de pensar “yo no puedo servir”.
Esto nos lleva al segundo aspecto del servicio:
II. EL SERVICIO PUEDE SER COSTOSO
Imaginémonos por un instante que somos uno de los doce. Estamos allí para celebrar la cena de la Pascua con nuestro Maestro. Con aquel que ha resucitado a Lázaro, que dio de comer a más de cinco mil con cinco panes y dos pescados. Aquel que detuvo la tormenta con una sola orden, aquel que le vieron caminar sobre las aguas y dar vista al ciego. Estamos allí mismo con nuestros pies sucios de polvo y sudor. De pronto el Dios del universo se despoja de sus vestidos y queda con la ropa de un esclavo. Toma una lavacara con agua y comienza a lavar nuestros pies... ¿Cómo nos sentiríamos?
¿Piensa que fue fácil para Jesús hacerse siervo?. No solo en esta ocasión, sino el mismo hecho de haberse despojado de su grandeza y hacerse siervo.
Pablo en su epístola a los Filipenses dice:
5 La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, 6 quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. 7 Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres *humanos. 8 Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!
Hermanos, si Jesús nos sirvió de una manera costosa, ¿no deberíamos sentirnos honrados cuando nos toca hacer los mismo?
Y es que muchas veces el servicio implica sacrificio. No es fácil. Nos toca renunciar a la comodidad, sacar fuerzas del cansancio, quizá nos toca privarnos de algo.
Pero nuevamente, nuestra motivación debe ser la correcta. Solo pensemos que lo estamos haciendo para Aquel que se dio así mismo en sacrificio para que tengamos vida.
Aquí vale otra palabra de advertencia, sin embargo:
Hay dos peligros que debemos evitar.
1. Cuidémonos de convertirnos en jueces y acusadores. Hay ocasiones en las que no podemos servir aunque quisiéramos hacerlo. En ese momento simplemente no podemos y solo Dios lo sabe.
2. Cuidémonos de no volvernos “cargosos”. “Estoy aquí para que me sirvan”.
Ilustración: Conocí a una señora que veía a la Iglesia como una mezcla de papá Noel y Cruz Roja. Pensaba que la Iglesia era para suplir no sólo sus necesidades sino sus caprichos.
Hermanos sirvamos con alegría aunque sea costoso.
No Seamos como la persona que inspiro a un alguien quien escribió lo siguiente:
“HAY UN JOVEN DILIGENTE LLAMADO OTRO
NO HAY NADA QUE ESTE JOVEN NO PUEDA HACER.
ESTA OCUPADO DESDE LA MAÑANA HASTA LA NOCHE
SUSTITUYÉNDONOS A TI Y A MI.
CUANDO SE TE PIDE QUE HAGAS ESTO O AQUELLO,
CON TANTA FRECUENCIA TU RESPONDES:
-- QUE SEA OTRO, HERMANO;
LO HARÁ MUCHO MEJOR QUE YO.
HAY TANTO QUE HACER EN NUESTRA IGLESIA:
TANTO QUE HACER Y LOS OBREROS SON POCOS.
Y OTRO SE CANSA, SI, SE AGOTA
NO MAS HACIENDO LO QUE TU DEBISTE HACER.
LA PRÓXIMA VEZ QUE SE TE PIDA HACER ALGO,
DA CON VALOR ESTA RESPUESTA HONRADA:
-- SI OTRO PUEDE DAR TIEMPO Y AYUDA,
¿POR QUE NO HABRÉ DE HACERLO YO TAMBIÉN?
Finalmente,
III. EL SERVICIO DEDE SER CONSISTENTE
En primer lugar hemos de ser consistentes con nuestra fe cristiana. Si nos llamamos cristianos (i.e. seguidores de Cristo) vivamos como tales y glorifiquemos a Dios en nuestro servicio. Creo que hemos hablado suficiente de eso.
En segundo lugar debemos ser consistentes con nuestra vocación. La palabra vocación viene del latín vocare que quiere decir llamado. Lo que estoy diciendo es que debemos servir a Dios en todo lo que hagamos. Le s invito a abrir sus Biblias en Colosenses 3: 23-24. El contexto del pasaje nos indica que estas palabras están dirigidas a los siervos en relación a sus amos. Hoy no hay esclavos y amos, pero si empleados y jefes, gerentes, supervisores etc. Lo que el Espíritu Santo a través de Pablo nos esta diciendo es que todo lo que hagamos debe ser hecho como servicio para el Señor.
Existe la noción equivocada de que se puede servir a Dios únicamente en algún trabajo o “ministerio” relacionado con la iglesia: siendo, misionero, anciano, diacono o pastor . Pero esta es una idea que no refleja la enseñanza de la Biblia. Nosotros somos creados a la imagen de Dios llamados ser mayordomos de toda la creación. Servimos a Dios en lo que hacemos. Si somos artesanos, u obreros, somos llamados a glorificar a Dios y servirle en lo que hacemos. Si somos profesionales, igual. Si Ud. es ama de casa, no piense que su labor es insignificante, usted haga todo para el Señor y adórele en sus quehaceres domésticos.
Ilustración: El General George Patton les decía a sus hombres que si alguien es llamado a ser barrendero, éste debería hacer su trabajo con la misma pasión con la que Miguel Ángel pintaba, o Bethoven componía, o Shakespeare escribía, de tal manera que las huestes del cielo y los hombres de la tierra digan: “¡este trabajo es digno de un excelente barrendero!”
Ilustración: Hace tres siglos vivió un monje llamado Hermano Lorenzo. El era el cocinero del monasterio y en una de las cartas que escribió a un amigo suyo le decía que se deleita pelando cebollas por que sabe que así agrada a Dios.
Conclusión
Hermanos, sirvamos recordando lo que nos dice el Señor en Filipenses (2:3-8).
3 No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. 4 Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás. 5 La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, 6 quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. 7 Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres *humanos. 8 Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!
Oremos.