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Domadores De Animales, ¿y La Lengua? Series
Contributed by Carlos Camarena on Apr 15, 2003 (message contributor)
Summary: A human’s ability to tame a whale but not his/her tongue.
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Domadores de animales, ¿y la lengua?
Texto: Santiago 3:7-12
Lectura Bíblica: Salmo 62:5-8
Por Carlos C. Camarena
I. Introducción
A. Bienvenidos a un estudio más a la intrigante epístola de Santiago. En el tema pasado Santiago nos trajo en detalle al tema introducido en el capítulo 1:26, “Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.”
1. En nuestro estudio de la semana pasada, capítulo 3:1-6, la lengua fue comparada al freno de un caballo, al timón de un barco y la chispa de una hoguera. El freno y el timón son dos objetos que controlan poderosos instrumentos. La chispa es fatal cuando se descontrola. Así también la lengua.
2. Esos “pequeños” objetos sirvieron de ilustración para demostrar que igualmente la lengua tiene el poder de edificar o destruir, de animar o deprimir, de elevar a alguien hasta el cielo o arrastrarlo por la tierra (vea Salmo 73:9).
3. Todo avance de la iglesia es gracias a la lengua. Por otro lado, todo atraso de la iglesia también tiene sus raíces en la lengua. La armonía que la iglesia goza se debe a la lengua. La división o desunión que acontece en la iglesia, también se le debe a la lengua.
4. En el tema de hoy Santiago usa otra ilustración del mundo natural: la habilidad del hombre en domar y hasta domesticar bestias salvajes y monstruos marinos, animales que se arrastran y otros que vuelan...
II. Fieras salvajes y la lengua
A. Sant 3:7, “Porque todo género de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el género humano...”
1. Hablando acerca del hombre, el salmista exclama en el Salmo 8:6-8, “Tú le haces señorear sobre las obras de tus manos; todo lo has puesto bajo sus pies: 7 ovejas y bueyes, todos ellos, y también las bestias del campo, 8 las aves de los cielos y los peces del mar, cuanto atraviesa las sendas de los mares.”
2. Santiago parece sentirse mortificado con el hecho que el ser humano es capaz de domar, domesticar todo tipo de animal salvaje, desde reptiles, quien sabe si víboras e iguanas; y criaturas del mar; quien sabe si ya en el tiempo de Santiago ya tenían un Sea World (“Mundo Marino”) donde entrenaban a la ballena Shamu, delfines, leones marinos y focas.
3. Santiago se siente consternado al notar que el ser humano (ya en su tiempo) tuviera la capacidad de lidiar con bestias salvajes, y aun poder entrar al mar y domar bestias marinas, pero que al mismo tiempo era incapaz de domar su lengua.
4. Sant 3:8, “pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal.” ¿Creen ustedes que Santiago está generalizando demás cuando dice, “ningún hombre...?”
5. Santiago hace una declaración generalizada, “ningún hombre (o mujer) puede domar la lengua...” Tal declaración puede ser interpretada de las siguientes maneras:
a) Cuando dice “hombre” está haciendo referencia al hombre carnal, el hombre natural, el hombre contaminado por el pecado sin el auxilio del Espíritu de Dios. Sin embargo, Santiago en ningún lugar menciona al Espíritu Santo en toda su carta.
b) Santiago esté usando una hipérbole; o sea, una exageración para afirmar un punto. Se apunta al hecho que si tomamos literalmente la frase “ningún hombre puede domar su lengua,” tendríamos también que tomar literalmente el hecho que el hombre es capaz de domar a todas las bestias de tierra, cielo y mar; y eso ni aun hoy se puede lograr.
c) Santiago está hablando en relación a una situación presente en su comunidad. O sea, ningún miembro de la comunidad parecía tener control sobre su propia lengua.
6. Lo que yo creo está aconteciendo aquí es que esa manera exagerada de Santiago de expresarse tenía como propósito impresionar indeleblemente en la mente de sus oyentes o lectores al terrible potencial de mal que la lengua es capaz de causar. Santiago de hecho estaría diciendo, “porque es capaz de ser incontrolable debe tenerse mucho cuidado en como se usa. Cuando no se controla, ¡cuánto daño causa!”
B. Aunque Santiago no menciona al Espíritu Santo, el Espíritu de Dios, sin embargo, es capaz de traer la lengua bajo control. San Agustín, el mayor teólogo católico reconoció, “declaramos que por la misericordia de Dios, con la ayuda de Dios, por la gracia de Dios la lengua puede ser traída a sumisión.”
1. La pluma inspirada reconoce, “de todos los dones que Dios ha concedido a los hombres, ninguno es más precioso que el don del habla. Si está santificado por el Espíritu Santo, es una fuerza para el bien” (Joyas de los Testimonios, 2:552).
2. “Ningún hombre...” por tanto, no quiere decir que nadie a través de la historia cristiana ha podido domar su propia lengua. Aparentemente la situación de la comunidad de Santiago era tal que nadie parecía saber como refrenar su lengua.