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Una Persona Extraordinaria.
Contributed by Moises Riffo on Apr 19, 2009 (message contributor)
Summary: Para poder pasar por esta crisis mundial, Dios ha entregado principios para vivir de manera exatrordinaria
I. Una persona extraordinaria hace lo que otros no hacen.
• María de Betania es un modelo de persona extraordinaria que expresa su adoración como nadie en el Nuevo Testamento.
• Su ofrenda de adoración a Jesús, no solo fue extraordinaria, porque irrumpio en la cena para perfumarlo, sino por los valores y significados que esto tenía.
a. El fracaso: Era de alabastro. Una botella especial que ya tenía su propio valor. Era hecha de una pieza tallada y por sus características era de un cristal semiprecioso. Lo que rompió fue el sello de la tapa.
b. El perfume: era de nardo puro. Era un perfume importado que solo se producía en la india y las plantas se encontraban a 3.500 metros de altura. El nardo era caro y escaso.
c. El precio: aproximadamente unos $1200 o sea más de $ 4000 argentinos.
d. El efecto: era una perfume muy fuerte – un extracto, que llenaba de frescura a la persona que lo usaba.
e. El significado: A los reyes se les ungía con este tipo de perfume los días anteriores a su coronación.
II. Una persona extraordinaria despierta las reacciones de la gente mediocre.
Pero algunos estaban indignados y se decían unos a otros: “¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? “Porque este perfume podía haberse vendido por más de 300 denarios (salario de 300 días), y el dinero dado a los pobres.” Y la reprendían.
• Los discípulos lo consideraron un desperdicio.
• Hicieron cuentas y sacaron que casi equivalía al salario de un año de un jornalero.
• ¿Por qué está tirando tanta plata?
• Seguramente María de Betania era la hija de Simón y hermana de Marta y Lazaro, que si bien era una familia de buena situación económica, era como desperdiciar los recursos que se podían utilizar para los pobres.
• Los otros comenzaron a reprenderla.
• ¿Alguno pensaba en Jesús?
Nuestra Adoración
• El modelo de adoración de María fue extraordinario.
• Ella consideró a Jesús como la más alta dignidad.
• Era un Rey y debía ser honrado.
María veía lo que los demás no.
• El adorador ve, lo que los demás no ven.
• El que reconoce a Jesús como su Rey, ve y hace cosas que los otros no logran entender.
• Su ofrenda fue derroche de adoración, a quien en pocos días sería coronado Rey al morir en la cruz.
III. Una persona extraordinaria es reconocida y levantada por Dios.
Pero Jesús les dijo: «¡Déjenla tranquila! ¿Por qué la molestan? Ella hizo una cosa buena para mí. Siempre habrá gente pobre cerca de ustedes, y podrán ayudarlos cuando lo deseen. Pero muy pronto ya no estaré con ustedes. Esta mujer hizo lo único que podía hacer: echó perfume sobre mi cabeza, sin saber que estaba preparando mi cuerpo para mi entierro. Les aseguro que esto que ella hizo se recordará en todos los lugares donde se anuncien las buenas noticias de Dios».
• Alabó a María por su acto de adoración exento de todo egoísmo.
• La esencia de la adoración a Cristo es presentarle nuestro más grande amor, respeto y devoción y estar dispuestos a sacrificar ante Él lo que nos sea más preciado.
El reconocimiento del Señor.
• ¿Derramó Cristo Su alma hasta morir por nosotros, y pensaremos que haya algo demasiado precioso para Él?
• ¿Le damos el ungüento precioso de nuestros mejores afectos?
• Amémosle con todo el corazón aunque es común que el celo y el afecto sean malentendidos y culpados; y recordemos que la caridad para con el pobre no será excusa de ningún acto particular de piedad para con el Señor Jesús.
• Cristo elogió la piadosa atención de esta mujer para que lo sepan los creyentes de todas las épocas. A quienes honran a Cristo, Él los honrará.
Conclusión.
Nuestra vida se fortalece en la dependencia y la adoración al Señor.
Debemos aprender a ser personas extraordinarias en adoración. En Espíritu y en verdad.
• Una persona extraordinaria hace lo que otros no hacen.
• Una persona extraordinaria despierta las reacciones de la gente mediocre.
• Una persona extraordinaria es reconocida y levantada por Dios.