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Summary: Jesucristo es la autoridad en el cielo y en la tierra.

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El 23 de agosto de 2021, el periódico El Clarín, en su versión digital, publicó la siguiente nota: Raphael Samuel, un joven de 27 años que vive en la India, demandó a sus padres por haber nacido sin su propio consentimiento. "Quiero que comprendan que no les deben nada a sus padres", comentó. Además, señaló que ellos deberían pagarle por el solo hecho de vivir.

Samuel se hizo conocido en 2019 por un video viral en el que dijo que iba a demandar a sus padres por haber sido concebido sin su consentimiento y, por ese motivo, sus padres debían de pagarle por vivir.

Dijo entre otras cosas, "Si nacemos sin nuestro consentimiento, deben mantenernos durante nuestra vida. Debemos ser pagados por nuestros padres por vivir. A los niños, me gustaría decir: no hagas nada por tus padres si no quieres. Si quieres, si realmente tienes ganas de hacerlo, hazlo".

Quizá para la mayoría de nosotros esto sería simplemente un tema de entretenimiento en la sobremesa, arrancando carcajadas de nuestras bocas. Pero, hermanos, los postulados que dan a luz este tipo de ideas, no son de risa.

Vivimos ya en los tiempos posmodernos y sus premisas básicas ya dejan sentir, evidentemente, sus consecuencias. El mundo posmoderno, dice por lo menos cuatro cosas importantes: No hay verdad, No hay Autoridad, No hay Bien o mal y No hay identidad. Y todas aquellas ideas que hoy día se nos hacen tan raras y fuera de lugar, se derivan de este punto de partida.

Cuando escuché esto por primera vez, estaba estudiando en Estados Unidos en los 90´s, y pensé: “de aquí a que llegue esto a México, donde en algunos lados ni siquiera pasamos por la era moderna, sino estamos en lo pre-moderno, no me va a tocar verlo”. Pero recuerdo que uno de mis maestros, con mucha sabiduría y con tono profético me comentó: “Lo que en Estados Unidos tardó lustros en pasar, en México y Latinoamérica, tardará a penas décadas”. El factor que aceleraría todo esto serían los medios electrónicos y digitales que llevan en segundos imágenes e información por todo el mundo.

Y aquí estamos, hermanos, en el año 2023, unas 3 décadas después y ya podemos ver estos rasgos de la vida posmoderna posicionados a nuestro alrededor.

Sin darnos cuenta las generaciones más jóvenes han sido adoctrinadas con este “evangelio” de la posmodernidad.

Hoy día no puedes si quiera sugerir que hay verdad absoluta, que Dios es la autoridad o que sí hay bien o mal, o que la identidad es por diseño divino, sin que seas “apedreado” en las redes o en tu círculo académico o social.

Ya estamos viviendo esto. Por eso, en nuestra serie del mes de febrero estamos hablando de “Toda la verdad”. Que es una introducción sencilla a la cosmovisión cristiana de la vida que sostenemos y defendemos. Este mes queremos decir: Sí hay verdad. Sí hay autoridad. Sí hay bien o mal. Sí hay identidad. El evangelio de Jesucristo nos da todas estas cosas.

Hoy continuamos nuestra serie, abordando el tema de la Autoridad.

Para entender cómo llegamos hasta el punto en que estamos tenemos que ir al libro de los orígenes, es decir, Génesis, en particular los capítulos 2 y 3.

Como creyentes en Cristo, nosotros sostenemos que Sí hay autoridad porque desde nuestro mismo origen como seres humanos se estableció clara e indudablemente el principio de autoridad que debe regir nuestras vidas.

El Ser humano, desde su diseño creacional, fue hecho para estar siempre y en toda circunstancia, bajo autoridad. Hay una autoridad suprema sobre cada uno de nosotros y éste es nuestro Dios. Sí hay autoridad porque Dios es nuestra autoridad. Lo reconozcamos o no, esto no cambia este hecho. Fuimos hechos para vivir bajo la autoridad de Dios.

De génesis podemos subrayar por lo menos tres razones por las que es reconocible la autoridad de Dios sobre el ser humano.

Primero, Dios creó al Ser humano.

Génesis 2:4-6 dice: Cuando Dios el SEÑOR hizo la tierra y los cielos, aún no había ningún arbusto del campo sobre la tierra, ni había brotado la hierba, porque Dios el SEÑOR todavía no había hecho llover sobre la tierra ni existía el hombre para que la cultivara. No obstante, salía de la tierra un manantial que regaba toda la superficie del suelo. Y Dios el SEÑOR formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente.

Estos versículos nos hablan de nuestro origen y nos dicen que antes de estos eventos, el ser humano no existía. Y Dios en un acto creativo y de su propia iniciativa y voluntad, formó al ser humano del polvo de la tierra y su hálito de vida, y entonces se convirtió en algo muy diferente y nunca visto. Un ser diferente a todo el resto de los seres vivos que había creado.

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