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Sometiendose A Las Autoridades Superiores (Parte 2) Series
Contributed by Rolando Delgado on Aug 8, 2005 (message contributor)
Summary: Un estudio exaustivo dirigidos a pastores, lideres y grupos discipulares
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Sometiéndose
a las
Autoridades Superiores
(Parte 1)
(Romanos 13:1-2)
13:1 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay por Dios han sido establecidas.
13:2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para si mismos”
Introducción:
Hoy queremos continuar con esta segunda parte de nuestra serie hablando acerca de los antogonistas y sus caracteristicas peculiares.
1)- ¿Quienes son los antagonistas?
La mayoria de los antagonistas son personas que arrastran serios problemas sicológicos que no han podido enmendar en el Señor. Son súper sensibles, muestran inquietud y molestia por cosas insignificante como: Un saludo que no recibió, una mirada que no le agradó, una sonrisa mal interpretada, etc. Son amargado, guardan rencor y resentimientos en su interior, de los cuales, no se pueden deshacer, ni están dispuestos a dejarlo porque son parte de su vida.
Los problemas para un antagónico implacable son como un ejercicio terapéutico que aunque es riguroso en su práctica, es necesario para el alivio de sus demandas. Este tipo de persona es un instrumento en las manos de satanás para destruir a como de lugar la obra de Dios
¡Cuídese y cuiden la obra de Dios de los ataques de un antagónico!
2)- Autoridad Delegada
Desde el principio de la creación vemos a Dios delegándole autoridad al hombre.
Génesis 1:28 dice:
“Y los bendijo Dios y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.”
La palabra sojuzgar significa dominar, sujetar, someter. Y la palabra señorío significa mandar, gobernar, autoridad, dominio, potestad, etc. En otras palabras, Dios le dio al hombre dominio y señorío para que todo lo bueno, que el había creado, se sujetara ante su autoridad.
Dios le da autoridad al hombre bajo un principio inviolable que es el sometimiento.
Génesis 2:16-17 nos dice:
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de el comieres, ciertamente morirás”
En este pasaje vemos la sentencia que Dios le pronostica al hombre si este se atreve a rebelarse contra su autoridad. La sentencia de Dios fue: “Ciertamente morirás”
El día que el hombre faltara al mandato de Dios, vendría una súbita destrucción sobre su vida; por rebelarse contra lo establecido por él.
Cuando el hombre viola este principio pierde totalmente la autoridad y queda expuesto al ataque del diablo y a la ira de Dios.
La palabra dice en Génesis 3:11-24:
3:11 “Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol que yo te mandé no comieses?
3:12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste me dio del árbol, y yo comí.
3:13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer la serpiente me engaño, y comí.
3:14 Y Jehova Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita será entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
3:15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
3:16 A la mujer dijo: Multiplicare en gran manera los dolores es tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.
3:17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol que de que te mande diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
3:18 Espinos y cardos te producirá, y comerás planta del campo.
3:19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
3:20 Y llamo Adán al nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.
3:21 Y Jehová Dios hizo al hombre túnicas de pieles, y los vistió.
3:22 Y dijo Jehova Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.
3:23 Y los sacó Jehova del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.