Sin Obsequio

sin obsequio

Sagrada Escritura

Lucas 14:1,

Lucas 14:7-14

Reflexión

Queridos hermanos y hermanas,

Opción por los pobres, preferencia por los pobres y llegar a la periferia son los eslóganes buenos para los anuncios.

No hace nada en el suelo.

Hoy, Jesús, el Huésped interpela la actitud de las diferencias.

Yo soy rico.

soy influyente

Soy poderoso.

Ocupo un alto cargo.

Soy un gurú espiritual.

¿Por qué decimos estas oraciones en nuestras conversaciones?

Lo decimos para publicitarnos.

Al mismo tiempo, lo decimos para diferenciarnos del otro.

¿Quiénes son estos otros?

Son pobres cuando digo que soy rico.

No pueden influir cuando digo que soy influyente.

Son impotentes cuando digo que soy poderoso.

Están desempleados cuando digo que ocupo un puesto alto.

No son espirituales cuando digo que soy un gurú espiritual.

Mira a Jesús nuestro Salvador.

Nunca se involucró en este tipo de discusiones.

Porque era un hombre humilde, aunque es el Hijo de Dios.

No estaba en contra de los ricos, influyentes y poderosos.

Estaba a favor de compartir humildemente nuestros recursos.

Nuestros recursos son una bendición de Dios.

No es por mi talento.

Yo no derribé con mi nacimiento.

Vinimos sin nada.

Dios ha dado todo.

Él es el creador de todo, incluyéndonos a nosotros.

Lo que entonces nos enorgullece y ocupa los primeros lugares.

Es nuestro ego.

Por eso, Jesús llama a compartir sus recursos con los necesitados.

Jesús como invitado va a compartir la comida con todos.

En este momento, transmite este mensaje.

Su mente y su corazón están llenos de humanidad.

Aunque Jesús se sienta a cenar con abundante comida, piensa en los que pasan hambre.

Aprendamos que nuestros recursos son para compartir con los necesitados.

No es gratis.

Es nuestra responsabilidad y compromiso como seguidores de Jesucristo.

Nuestro poder, influencia y riqueza no son permanentes.

Dios les ha dado.

Dios se lo quitará.

Pero , nuestra buena mente, buen corazón, buenas palabras y buenas obras nunca se irán de nosotros.

Traerá bendiciones y gracias de Dios.

¿Estamos listos para aceptar humildemente este mensaje de Jesús para que podamos crear una sociedad igualitaria en y alrededor de nosotros?

Que el corazón de Jesús viva en el corazón de todos. Amén.