1 Corintios 9:24 – 10:13 - “Correr sin Caer”
Introducción
En la web hay muchos sititos donde se puede ver planes de entrenamiento para llegar a correr un maratón. En www.correr.net yo vi un plan de entrenamiento para prepararte para correr un maratón a lo largo de 20 semanas. En la primera semana, el martes el coredor corre como 7 km, el miércoles 10, el jueves 7, el viernes 10, el sábado 5 y el domingo 16. El único día libre es lunes. Para la séptima semana ha llegado a correr 25km el domingo y en la novena 29km. Dentro de 13 semanas estarás a 35 km para el domingo y en semana 17 correrás 42km. ¿Qué necesitarás para cumplir con un plan así?
Determinación, paciencia, ánimo para seguir adelante, una meta en mente.
¿Cómo mentalizamos la vida cristiana? Si es que reflexionamos sobre ella de alguna manera. ¿Qué imagen viene a la mente cuando alguien nos habla del día a día de nuestras vidas? ¿La de una lucha constante, o de un supermercado en lo cual eligo mis compras de cada día? ¿O la de una carrera en plan maratón o más bien como un crucero en lo cual todo me está servido por un camarero sin que yo tuviera que hacer ningún tipo de esfuerzo moral ni mental?
La Biblia nos pone algunos ejemplos, incluso el de la carrera.
El propósito de Pablo en este pasaje es de ayudar a los creyentes de Corinto entender las consecuencias de su decisión ir a comer en en los templos comida ofrecida a los ídolos. Parece que había algunos que creían que el asisitir a y comer de la Santa Cena les protegería de cualquier influencia maligna de estos cultos. Así habían caído en una trampa de dejadez espiritual, de no preocuparse demasiado acerca de como vivían.
Esto también es un problema para nosotros. A veces pensamos que somos salvos, tenemos el billete al cielo en la mano y pensamos que esto más o menos es todo lo que cuenta y podemos vivir la vida como nos parece mejor.
Pablo responde así, de dos maneras:
en 1 Corintios 9:24-27 -
Hay que tener en cuenta la meta, el propósito de nuestras vidas. (Y ¿Qué es?)
Luego, hay que vivir conforme a ella con disciplina y renuncia a uno mismo y a cualquier distracción para poder ganar un premio incorruptible y eternal al final.
Utilizando el ejemplo de una carrera, Pablo dice “Corred de tal manera que obtengáis” (v.24). En resumen esto es lo que quiere decir Pablo acerca de cómo debe ser nuestra actitud frente a la realidad de la vida a diario.
En 1 Corintios 10:1-13 -
el ejemplo, como amonestación, de los Israelitas quienes, a pesar de experimentar toda clase de intervención divina en su camino por el desierto hacia la tierra prometida (vv.1-4), fracasaron a la hora de quedar firme en su confianza y obediencia a Dios y por lo tanto no llegaron a su meta (vv.5-11).
Es muy posible, por muy creyentes que nos proclamemos, acabar así si no cuidamos de cómo llevamos nuestras vidas espirituales.
¿Cuáles son las características entonces de correr sin caer?
1.El ejemplo de la carrera (9:24-27)
En los juegos de aquel entonces cada atleta tuvo que comprometerse a 10 meses de un entrenamiento y preparación muy estricto. Y si no lo cumplió fue eliminado, descalificado de los juegos sin poder competir.
¿Cuáles son las cosas que hacen que una persona corre bien en un maratón? El propósito de todos los atletas es ganar la carrera y esto define el cómo de correr aunque solo uno va a ganar el premio. La perspectiva siempre es correr lo mejor y más rápido posible. Esto supone:
preparación, intentando formar los músculos, el rendimiento, la resistencia, para aumentar la velocidad.
Disciplina en la dieta o regimen, en el horario, negándose cosas legítimas que pueden perjudicar los preparativos
Personas al lado para guiar, animar, formar, corregir la técnica etc.
Ninguna de estas cosas es fácil. ¿Qué es lo que motiva y anima a un atleta mantenerse firme a lo largo de este periodo de preparación para la carrera? ¿Cuál es su expectativa cuando llegue el día de la carrera? Que todos los preparativos le han servido para algo – más bien, para ganar.
Para nosotros, esto es un fuerte ejemplo de cómo es una vida cristiana normal. Dice Pablo que los atletas corren para ganar algo que no dura mucho tiempo. E incluso para el ganador de aquellos juegos se le presentó un galardón de hojas de apio ya marchitadas - ¡vaya honor! Pero para el, lo que significaban estas hojas no eran las hojas en si, sino la gloria, la fama y, desde luego, el dinero que su victoria le había conseguido.
Para nosotros ¿qué es nuestra perspectiva? ¿Estamos aquí para pasarlo bien y más o menos hacer lo recto? O ¿hay otro futuro y propósito que Dios tiene preparado para nosotros que es mucho más glorioso y valioso? Pablo nos dice que sí. Vamos a recibir algo incorruptible y eternal.
Sin embargo, si lo queremos de verdad, tenemos que tener la mentalidad de un atleta o, como en su otro ejemplo, un boxeador.
Como ya venimos comentando, esto nos habla de:
preparación, formación, aprendizaje, discipulado de cómo vivir una vida cristiana según el Señor Jesús nos la demostró.
disciplina, de renunciar a cosas posiblemente legítimas que nos impiden correr de tal manera que obtengamos – comidas, tiempo para mi, cosas de ocio que no nos ayudan etc.
Buscar personas que nos pueden ayudar, animar, corregir, dar ejemplo de tal forma que nuestra mirada quede fijada en seguir a Cristo a cualquier precio.
El ejemplo de Pablo en Filipenses 3:7,8,12-14. ¿Estamos viviendo así?
2.El ejemplo del pasado (10:1-12)
El segundo ejemplo de Pablo es del pasado, precisamente de la historia de los Israelitas saliendo de Egipto.
Y vemos algo muy fuerte en estos versículos. El nos retrata un cuadro del pueblo de Dios: los santos, los elegidos, sacados de su miseria en Egipto, gozando de las bendiciones, protección y provisión de un gran Dios Salvador.
Ellos disfrutaron todos – mira cuántas veces dice Pablo “todos” - de:
la nube (v.1,2) – símbolo de la protección y presencia del Dios Todopoderoso
el mar (v.1,2) – evidencia por este milagro único y sorprendente del poder de Dios cumplir con sus promesas llevarlos a la tierra prometida
comida y agua (v.3,4) – la provisión de Dios para todas sus necesidades a lo largo de su andar por el desierto
A pesar de todo esto, todos menos dos – Josué y Caleb – murieron en el desierto sin ver la tierra prometida.
Esto quiere decir que es muy posible para nosotros, creyentes, con el billete al cielo en la mano, hechos todos los ritos de bautismo y de la Santa Cena, tomada la decisión invitar a Cristo entrar en mi vida etc., fallar a la hora de disfrutar de la verdadera presencia del Señor al final.
Esto es muy solemne y me habla a mi fuertemente.
¿Cúales eran algunos de las razones de caer para los Israelitas? Los vemos en versículos 6-12:
codician cosas malas (v.6) – las distracciones, a lo mejor legítimas, pero poco válido para un viaje a través de un desierto. Estamos rodeado, por ejemplo, de publicidad llamándonos a gritos a una vida llena de codicia
idolatría (v.7) – cansancio y falta de confianza en Dios les llevó a poner su confianza en otras cosas – un becerro de oro en su caso. Pero en poco tiempo esto llegó a ser una cosa de comer y beber y pasarlo bien sin recordar su destino, su meta. Lo mismo da para nosotros. Llegamos a ser tan acostumbrados a los ídolos en nuestro entorno que pensamos que es normal vivir así.
Inmoralidad (v.8) - era una consecuencia casí inevitable de su idolatría. Y si vivimos vidas sin rumbo, “llevados por doquiera de todo viento de doctrina” (Efesios 4:14), podemos tambien caer en la misma trampa.
Y las consecuencias de estos pasos de desobediencia y falta de fe eran catastróficas. Todos murieron en el desierto sin ver la tierra prometida. ¿Corremos el mismo riesgo por nuestra manera de vivir?
Pablo apunta el dedo a los Corintios aquí porque sabía que todas estas cosas eran problemas para ellos. Así que, aunque ellos pensaban que eran muy firmes en su compromiso al Señor, cabía destacar los problemas que su orgullo les estaba provocando. Lo mismo da para nosotros. Podemos estar muy comodos en nuestra manera de vivir sin darnos cuenta del peligro que corremos (v.12)
Es una seria amonestación para todos.
3.Una promesa en medio de la lucha (v.13)
No obstante lo que Pablo acaba de decir, nos ofrece un rayo de luz en medio de la lucha, un versículo que ha ayudado a muchas personas en momentos de dificultad. ¿Qué dice?
Las tentaciones son normales. No es nada extraño.
Dios es fiel para no dejarnos fuera de la posibilidad de resistir. Lo cual es bueno, pero a la vez nos deja sin excusas.
Dios da salida. Hay que buscarla.
Con esta promesa podemos soportar.
Resumen
Para resumir:
¿Con qué mentalidad y propósito estamos viviendo nuestras vidas? ¿La de un atleta con la mirada puesta en la meta, dispuestos a pagar el precio para recibir la corona incorruptible que el Señor nos dará? ¿O vivimos a nuestra manera tomando nuestro compromiso a Cristo a la ligera?
En tal caso tenemos que hacer frente a la amonestación lanzado por Pablo en vv.1-12 de capítulo 10. Es muy posible perder lo que Dios nos ofree de sus bendiciones si no cuidamos cómo andamos por el camino marcado.
Que el Señor nos ayude.