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Summary: ¿Puede el hombre en su estado de pecado hacer algo para ser salvo? Los calvinistas dicen que no; los arminianos dicen que sí.

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LA INHABILIDAD TOTAL

Ha sido mi costumbre, domingo tras domingo exponer ante ustedes la Palabra de Dios, esto nos protege de enseñar pensamientos humanos, pensamientos filosóficos y personales.

Hace un tiempo hablamos de la doctrina de la Elección Incondicional y allí se quedó establecido que Dios eligió según su voluntad los que estarían en la gloria. Que los predestinó desde antes de la fundación del mundo; y a ellos, los llamó, justificó y glorificó.

Abran sus Biblias en Juan 11 donde encontramos el relato de la resurrección de Lázaro, que junto con sus hermanas Marta y María eran creyentes y amigos de Jesús.

Juan 11:1 Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Bethania, la aldea de María y de Marta su hermana

3 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.

Jesucristo tenía un afecto muy especial hacia Lázaro, y aun así no solo se enfermó sino que también se murió.

Juan 11:4 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.

5 Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.

6 Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.

Aquí encontramos varias cosas importantes:

1. Los creyentes y amigos de Jesús también se enferman y mueren.

2. Aunque Cristo amaba a esta familia no acudió a ayudarles cuando lo llamaron porque él tenía un propósito más grande.

3. Cuando Dios no atiende nuestro ruego, no significa descuido o negligencia o que no nos ama.

4. Jesucristo es Omnisciente, supo qué era lo que iba a suceder después. “Esta enfermedad no es para muerte”

17 Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.

20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle,

21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.

22 Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.

Desde el punto de vista humano, Marta, pensó: ¿No que muy mi amigo? ¿No que está siempre a nuestro cuidado? ¿Por qué ni me hizo caso cuando lo busqué? Por lo tanto… cuando Jesús llegó 4 días después de que Lázaro murió, ella le reclamó: “Si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”.

23 Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.

24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.

25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.

Me sorprenden estas dos hermanas Marta y María de Bethania, estaban bien discipuladas, tenían un sólido conocimiento doctrinal, y además mucha confianza en el Señor Jesús, comparándolas a las dos se ve más sólida la fe de María.

32 María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, (En actitud de adoración y sometimiento a su voluntad) diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.

33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,

35 Jesús lloró.

36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba. “y ahora también llora de la impotencia, y de la culpa por haberse tardado”

37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?

38 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.

39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.

40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?

41 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.

42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.

43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: !!Lázaro, ven fuera!

Aprovecho para contarles lo que hizo un pastor novato en una pequeña congregación que le asignaron: en un funeral anunció: “Hermanos, yo creo que Jesucristo tiene poder para resucitar en este momento al hermano, Antonio” y empezó a orar pidiendo la resurrección del hermano Antonio, y como no resucitó, le echó la culpa a la incredulidad de la congregación. ¿Y saben lo que le sucedió? Lo destituyeron del cargo de pastor inmediatamente.

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