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Summary: Bendiciones y acciones por el regreso de Jesús

Hoy terminamos la serie: Ven Señor Jesús. Me gustan las historias con finales felices ¿Y a ustedes? Como que siempre al estar leyendo una historia, viendo una película o programa, esperamos que, al final, los malos sean vencidos por los buenos, el héroe se case con el amor de su vida, el enfermo sane, los oprimidos reciban libertad, los malvados reciban su castigo y sean vindicados los inocentes.

Cuando el final es lo contrario a esta expectativa, como que hay algo dentro de nosotros que nos dice que no está bien, que no es correcto; las cosas no pueden terminar así, los malos no pueden “salirse con la suya”, los malvados no pueden quedarse impunes, el héroe no puede morir a manos del villano, los opresores no pueden aplastar definitivamente a los oprimidos; pensamos que hay algo radicalmente mal en un final así.

Quizá al ver las noticias o leer los periódicos, nos queda un poco de esta sensación. Nos da la sensación de que esta historia no tendrá un final feliz, de que las cosas no saldrán como se supone que deben salir, de que al final de cuentas, resulta mejor el mal que el bien y lo peor, que Dios está ausente o apático con el rumbo que llevan las cosas.

Ciertamente no podemos ser ingenuos respecto a la situación que vemos a nuestro alrededor, pero la Escritura nos desafía a ver las cosas no sólo con nuestros ojos físicos, sino con los ojos de fe, y sobre todo con los ojos de la esperanza que nos da el evangelio de Jesucristo.

Ciertamente, la cosa no “pinta” bien, pero no olvidemos ver la situación como Dios la ve y como Dios dice que son y serán las cosas. Te animo este día a ver el futuro con esperanza y fe, basándonos en las promesas de Dios.

En el pasado, Dios hizo grandes promesas que están registradas en la Biblia. Desde tiempos de Abraham, Dios prometió una bendición para toda la tierra; desde tiempos de Moisés, Dios prometió un profeta para guiarnos; desde tiempos de David, Dios prometió un rey para protegernos; desde tiempos antiguos, Dios prometió un salvador y libertador. Todo esto Dios lo cumplió en nuestro pasado en la obra y persona del Señor Jesucristo, como hemos visto este mes.

Dios comenzó a cumplir la plenitud de sus promesas una quieta noche en un poblado insignificante llamado Belén, en una familia pobre, con el alboroto de unos cuantos pastores y un niño acostado en un pesebre.

Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros. Ese niño del pesebre, fue luego el hombre de la cruz y hoy recordamos, que el Señor Jesús, el Cristo, después de su resurrección y ascensión a los cielos, prometió regresar. Este es el próximo gran evento en la historia de la redención: la segunda y definitiva venida del Señor Jesucristo como Rey de Reyes y Señor de Señores.

Queremos terminar esta serie recordando el segundo adviento del Señor Jesucristo. Recordando la promesa de que él va a regresar a la tierra para consumar de manera plena y definitiva su reino en el cielo y en la tierra.

Por eso, hermanos, las buenas noticias son estás, de acuerdo con las promesas de Dios, “Jesús regresará y estaremos MUY bien”. Puede ser que la cosa no “pinte” bien, puede ser que parezca que los malos de la película están ganando, puede ser que haya la apariencia de que esta historia no tendrá un final feliz, pero es pura apariencia. De acuerdo con la promesa de Dios, Jesús regresará y estaremos MUY bien.

En el último libro de la Biblia, en sus dos últimos capítulos, encontramos este final feliz de la historia que nos debe animar y fortalecer en medio de todas las dificultades presentes en nuestras vidas.

Juan tuvo una visión que registró en el Apocalipsis, que es muy pertinente para recordar la promesa de Dios en Jesucristo, la promesa de su glorioso regreso.

En esta visión de Apocalipsis 21, encontramos una descripción de lo que aguarda a los que han puesto su sola esperanza y fe en el Señor Jesucristo y en el capítulo 22, encontraremos algunas indicaciones para la acción de su pueblo en tanto el regresa.

Consideraremos algunos textos del capítulo 21 y 22 de Apocalipsis y veremos tres bendiciones que vendrán con la segunda venida y algunas acciones del pueblo de Dios para estar ocupados en ellas mientras aguardamos su regreso.

Consideremos primero, las bendiciones en el capítulo 21.

En Apocalipsis 21:1 nos dice la Escritura: “Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar”.

La primera bendición del regreso de Jesús será UN NUEVO ORDEN UNIVERSAL. Juan vio un cielo nuevo y una tierra nueva. La palabra que usa para describir este nuevo orden nos da la idea de nuevo, no en el sentido de origen sino de calidad. Es decir, una tierra más bien “renovada”. Como un overwhole a la creación.

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