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Summary: En tiempos difíciles, los seguidores de Cristo tienen la seguridad de contar con la fortaleza y los recursos que necesiten. Los creyentes pueden vivir en paz y contentos cuando conocen las dos garantías de Filipenses 4:13 y 19.

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Nuestro texto de hoy nos brinda una base segura para el optimismo. Los cristianos deberíamos ser las personas más optimistas sobre la faz de la tierra. No me refiero a una evasión de los desafíos como la de Polly Anna, sino a una confianza profunda en que nada puede suceder que esté más allá de la suficiencia total de Dios. Me refiero a un optimismo basado en los planes de Dios y en un cuidado atento de nuestro bienestar. i

¿Está usted esperando los días venideros con confianza y optimismo? ¿Puede ver más allá de las incertidumbres políticas, más allá de la amenaza de la pandemia y más allá de los desafíos económicos y decir en su corazón: “Mi alma está bien”? ii Si Pablo estuviera con nosotros hoy, estaría entusiasmado por las oportunidades que tenemos por delante. Expresaría un optimismo bíblico sobre las semanas y meses venideros. Su optimismo sería muy diferente al del mundo. Las esperanzas y expectativas del mundo se asientan sobre un terreno inestable. iii Están construidas sobre un fundamento inseguro.

Las Escrituras a menudo contrastan las esperanzas de los justos con las esperanzas y expectativas de los malvados. Proverbios 10:28-29 es un ejemplo: “La esperanza de los justos será alegría, pero la esperanza de los impíos perecerá. 29 El camino del Señor es fortaleza para los rectos, pero destrucción para los que hacen iniquidad”. iv

Sabemos que eso sucede en el tiempo de Dios. A veces, la persona malvada se “extiende como un laurel verde”. v Por un tiempo, sus planes prosperan, pero al final, perece. Sus expectativas fallan. Su optimismo resulta infundado. Al igual que Amán, está atrapado en sus propios planes. vi Por eso, el Salmo 37:7 nos instruye: “Descansa en el Señor, y espera en él con paciencia; no te irrites a causa del que prospera en su camino, ni por el hombre que hace planes perversos”. Dios siempre tiene la última palabra.

Nuestro texto es Filipenses 4:13-20 pero quiero que leamos los versículos 4-20 para mantener el contexto de esta enseñanza. Lo que Pablo dice en nuestro texto se desprende de lo que ha dicho en los versículos anteriores.

“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. 8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. 9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

[Nuestro texto de la semana pasada comenzó en el versículo 10 y terminó en el versículo 13]. 10 Pero en gran manera me regocijé en el Señor de que ahora al fin vuestro cuidado de mí ha florecido otra vez; aunque ciertamente os preocupasteis, pero os faltó la oportunidad. 11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia. En todo y por todo estoy enseñado, así a estar saciado como a tener hambre, a tener abundancia como a padecer necesidad.

[Ahora llegamos a nuestro texto de hoy.] 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. 14 Sin embargo, habéis hecho bien en participar de mi tribulación. 15 Vosotros, filipenses, sabéis también que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en dar y recibir, sino vosotros solos. 16 Pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. 17 No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. 18 Porque todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. 19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. 20 A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Hoy trataremos DOS SEGURIDADES en ese pasaje. La primera se encuentra en el versículo 13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. La segunda está en el versículo 19: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Si estás buscando versículos para memorizar, estos son los candidatos principales. Proporcionan, para el cristiano, una base firme para un optimismo inquebrantable. Son la garantía de victoria de Dios para todos los que ponen su confianza en Él. La paz mental se sostiene cuando descansamos en estas verdades.

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