Sermons

Summary: Nuestra relación con Dios no está basada en lo que nosotros hacemos, sino en lo que él hace en nosotros.

Así estaba este joven con cada mandamiento mencionado por Jesús. Su autojusticia y autosuficiencia le gritaban: Ya ganamos. Por eso responde con toda seguridad y triunfalismo: Todo esto lo he cumplido desde mi juventud…gracias, gracias, gracias.

Quizá te identificas con el joven de la historia. Quizá como yo, tuviste la bendición de conocer los mandamientos de Dios desde tu niñez y en términos generales has sido “un buen chico”. Quizá has vivido todo este tiempo pensando que tu relación con Dios depende de lo que haces, de tu desempeño, de tus logros espirituales. Que todo esto es lo que te sostiene en una relación con Dios. Si este es el caso necesitamos considerar lo que Jesús hace a continuación en la historia.

Dice la Biblia algo precioso, (v.21a): “Jesús lo miró con amor y añadió:” La mención de ese detalle es muy importante. Porque lo que le dijo Jesús a continuación no era lo que el joven quería escuchar, sino lo que necesitaba escuchar. Jesús conocía la verdadera necesidad de este corazón. ¡Qué precioso! Jesús le miró y le amó. Su mirada fue de amor al verlo ciego a su propia necesidad y las palabras que dijo, aunque fueran duras, eran palabras de amor porque le llevarían a recibir lo que realmente necesitaba.

Así son los encuentros con Cristo. Si pensabas que un encuentro con Cristo será como un viaje a Disney, donde todo es alegría y felicidad, pues estamos equivocados. A veces, el encuentro con Cristo resultará en lágrimas y quebranto, porque el Señor nos dirá no lo que queremos escuchar, sino lo que necesitamos escuchar. Benditas las lágrimas que son causadas en un encuentro con Cristo, son mil veces mejores que muchas risas sin Él.

Entonces, Jesús, finalmente, le da una estocada de amor directamente al corazón y le dijo: (21b) “—Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.”

¿Puedes imaginar la cara del joven? Fue un balde de agua fría. El que pensó que ya la tenía toda arreglada, se da cuenta que no tiene nada. Supuestamente había cumplido desde su juventud todos los mandamientos para las relaciones horizontales, pero se había olvidado de los mandamientos que tienen que ver con nuestra relación vertical.

Cuando Jesús le dice que venda todo lo que tiene, lo confronta con una realidad de su corazón. Los primeros mandamientos tienen que ver con la relación con Dios y en ponerlo por encima de todo. Y él, fue confrontado con la realidad de que había quebrantado esos mandamientos porque había puesto dioses ajenos delante de nuestro Dios. Jesús, en pocas palabras, movido por el amor, le estaba diciendo, tienes que renunciar a tu dios falso e idólatra, para caer en los brazos del único Dios verdadero.

Download Sermon with PRO View on One Page with PRO
Talk about it...

Nobody has commented yet. Be the first!

Join the discussion
;