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El Secreto: Control Divino Series
Contributed by Alberto Valenzuela on Oct 10, 2006 (message contributor)
Summary: Son pocos aquellos que sienten en sus venas el fuego consumidor que los impulsa a actos de bondad en beneficio de la humanidad. Todos nos sentimos atraídos a algunas personas. Por esas personas estaríamos dispuestos al mayor acto de heroísmo. Por esas pe
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El secreto: Control divino
Hace algún tiempo atrás, había un terapeuta de la voz… un maestro de escuela que era un terapeuta de la voz y cuya compasión por los niños sordos era tan grande que hizo los planes para un gran invento. Su invento, dijo el terapeuta, “oiría” por los sordos… haría las ondas sónicas visibles, identificables, a aquellos que no las pudieran captar de otra manera. Si la máquina de este terapeuta tenía éxito, sus pequeños alumnos sordos podrían ver el habla como los demás la oían.
La máquina fue un fracaso. Casi.
Porque, en el proceso del tiempo, ese aparato fracasado llegó a ser el teléfono de hoy. El terapeuta de la voz… el maestro de escuela que empezó a trabajar con los niños sordos… era Alejandro Graham Bell.
Pero tan solo crees que conoces el RESTO DE LA HISTORIA…
Si es cierto que detrás de cada gran hombre está una mujer, entonces esto es doblemente cierto en el caso de Alejandro. Hubo dos mujeres en la vida de Aleck… dos damas que le inspiraron grandemente: su madre y su esposa.
La madre de Bell, Eliza, era una maestra. Ella encaminó la atención infantil de Alejandro a la acústica y particularmente al estudio de el habla. Cada vez que Alejandro iniciaba alguno de sus proyectos o diversiones juveniles, Eliza estuvo siempre allí para animarlo. Pero nunca interfirió en los mismos. Nunca estorbó su camino. Ella sabía que Aleck tendría que descubrir algunas cosas por sí mismo. Y él las descubrió.
No tardó mucho tiempo antes que el y su hermano inventasen una máquina que pudiese hablar. Tenía pulmones y cuerdas vocales, una boca y una lengua. ¿Cuál fue su primera palabra? “Mamá,” por supuesto.
Sí, no puede haber duda que la “Ma Bell” original fue una maravillosa inspiración para el joven Aleck. De hecho, tan preocupados estaban los padres de Aleck que este hablase inglés sin acento, que cuando el joven finalmente vino a enseñar en una escuela de Boston, nadie se dio cuenta que había nacido en Escocia.
Aquí es donde entra Mabel Hubbard… la segunda dama en la vida de Bell… su futura esposa.
El padre de Mabel fue uno de los primeros conocidos de Aleck en Boston. Ella, la hija joven y hermosa, había regresado recientemente de una escuela en Alemania. De aquí en adelante la historia de Alejandro Graham Bell y Mabel Hubbard se entreteje como un tapete romántico de las novelas del siglo XIX.
Ella, joven, hermosa, rica.
El, brillante, ardiente, pobre.
Juntos encontraron los obstáculos tradicionalmente románticos de las objeciones de los padres, la desesperación, la ridiculización de su ingenio. Y así, finalmente triunfaron. Fama y fortuna fueron suyos. Y sí, vivieron felices para siempre. El padre de Mabel llegó a ser el primer director de Bell Telephone Company, en 1877. De Bell y su esposa se dijo una vez que: Su historia es tan completamente inocente y encantadora como una historia lo puede ser. Era cierto, Mabel, como la madre de Aleck, Eliza, inspiraba a Bell por medio de su amor y de su devoción hacia él… y quizás, en muchas maneras, por medio de algo más.
El principal interés de Alejandro Bell era el habla y la terapia del habla. Su ocupación, primordialmente, era su trabajo con aquellos que no podían oir. ¿No era irónico, entonces, que sus amados estudiantes nunca se pudieran beneficiar por su más celebrada invención, el teléfono?
Sí, y es todavía más irónico cuando uno considera que las dos damas de Bell, las dos mujeres de su vida… su madre y su esposa… las dos mujeres que lo inspiraron más… nunca pudieron apreciarlo tampoco. Porque también ellas… su madre y su esposa… ellas, también… eran sordas.
Son pocos aquellos que sienten en sus venas el fuego consumidor que los impulsa a actos de bondad en beneficio de la humanidad. Todos nos sentimos atraídos a algunas personas. Por esas personas estaríamos dispuestos al mayor acto de heroísmo. Por esas personas tenemos un desinterés que nos lleva a actos sublimes. Esas personas nos motivan y nos llevas a actos geniales y sobre-humanos. Pero, cuando se trata de ayudas humanitarias a desconocidos, nos opacamos y nos apocamos. No nos sentimos movidos. Nuestra visión se nubla. Nos acobardamos.
Los motivos de Cristo no fueron nunca como nuestros motivos. El nunca fue parcial con nadie. Si bien es cierto hubo quienes fueron más allegados a él, no fue porque él los escogió así, sino que ellos lo escogieron a él.
Los motivos de Jesús, al lidiar con los demás, siempre fueron imparciales, siempre fueron limpios, siempre fueron honestos, siempre fueron puros. Jesús hablaba de sí mismo, cuando dijo:
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios (Mateo 5:8).
La palabra traducida corazón, es la palabra griega kardía, de donde obtenemos la palabra cardíaco y otros términos similares. En las Escrituras, lo mismo que en nuestro hablar cotidiano, el corazón es usado metafóricamente para representar a la persona. Se usa para describir el proceso racional que te hace ser quien eres. Incluye tus emociones y tus sentimientos. El corazón viene siendo entonces el centro del control de tu mente, de la voluntad y de las emociones.