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El Freno, El Timón Y Una Chispa: ¿qué Tienen En Común? Series
Contributed by Carlos Camarena on Apr 15, 2003 (message contributor)
Summary: Humans’ capability to control enormous beasts, but not a small tongue
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El freno, el timón y la chispa
Texto: Santiago 3:3-6
Lectura Bíblica: Salmo 15:1-3
Por Carlos C. Camarena
I. Introducción
A. En nuestra introducción a Santiago 3 la semana pasada pudimos ver en el 3:1-2 sobre el peligro de una lengua no controlada, especialmente cuando es usada por aquellos que tenemos la responsabilidad de hablar en público, específicamente aquellos que tenemos la responsabilidad de enseñar.
1. Santiago se dirige a ciertos “maestros” (3:1). Maestros podemos ser aquellos que recibimos salario por nuestro trabajo, como también maestros voluntarios que enseñan en la iglesia desde niños pequeños hasta adultos.
2. En el estudio de hoy Santiago desea que su audiencia comprenda la magnitud de su argumento relacionado con la lengua. Que veamos cuan poderosa y peligrosa es su influencia.
3. Aunque es un músculo pequeño es grande en lo que puede hacer. Para poder remachar el punto hecho en el 3:1-2 en el tema de hoy Santiago nos presente varias metáforas: el freno de un caballo, el timón de un barco y la chispa de una hoguera.
II. Las analogías tierra y mar: el freno y el timón
A. El freno de un caballo: La primera de estas metáforas se enfoca en un fierrito pequeño que cruza por la boca del caballo. Sant 3:3, “He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo...”
1. La mención de “todo su cuerpo” en referencia al caballo al final del versículo tiene como intención comparar el pequeño freno en relación al tamaño del animal, y sin embargo, ese pequeño instrumento tiene un gran efecto: capaz de gobernar una bestia gigantesca.
2. Aquellos que saben sobre caballos (no como yo que tuve que investigarlo esta mañana) si éste no es domado y no aprende cuando es un potro a morder el freno y obedecer la rienda, correrá y saltará salvajemente con una energía indomable. Domarlo cuando sea adulto será mucho mas difícil.
3. Pero si el animal es domado y acepta el freno y la rienda, no importa el tamaño que ese animal alcance, estará a la merced y dirección de quien lo monte, hasta una niñita de 6 añitos.
4. La analogía que Santiago usa es impresionante, pero no necesariamente paralela, pues la lengua no es exactamente un freno de caballo, ni el ser humano es como un potro que debe ser domado joven para ser controlado.
5. El freno puede controlar al caballo, pero una persona no puede ser controlada por su lengua. El punto de comparación que Santiago desea enfatizar es que ¡como un objeto menor (el freno y la lengua) puede impactar un instrumento mayor (el caballo y el ser humano respectiva-mente)!
6. La lengua, aunque pequeña como el freno de un caballo, puede lograr grandes cosas y tiene un enorme impacto no solo en la vida de la persona, sino que puede afectar positiva o negativa-mente las vidas de otras personas.
B. El timón de un barco: La idea de como un objeto pequeño puede afectar y controlar objetos mayores es reforzada con la segunda ilustración: el timón de un navío, Sant 3:4, “Considerad también los barcos: Aunque son tan grandes y son llevados por impetuosos vientos, son dirigidos con un timón muy pequeño a dondequiera, según el antojo del que los conduce.”
1. Santiago escoge una ilustración con la cual su audiencia se sentía familiarizada. Caballo para viajar por tierra, navíos para viajar por agua, eran los dos principales medios de transporte.
2. Por supuesto que las embarcaciones de aquellos tiempos no se comparan con los transatlánticos modernos que cruzan los mares con miles de pasajeros abordo. Los navíos de hoy son ciudades flotantes. Los cargueros, portaviones navales y otros barcos tiene el tamaño de 3-4 estadios, pero el principio de su conducción es el mismo.
3. Barcos del primer siglo parecían grandes para las personas de aquellos tiempos. Lucas, por ejemplo, menciona un navío alejandrino con su carga trigo y que además viajaban en él 276 personas, incluyendo a Pablo quien iba rumbo a Roma (Hechos 27:37.38).
4. Un barco con 276 pasajeros y cargado de trigo era demasiado grande para aquellos tiempos como para que fuera dirigido por un pequeño timón.
5. El timón de los barcos de aquellos como lo es el timón de los transatlánticos modernos, es el instrumento de navegación mas esencial, pues el timón determina el rumbo y destino del navío y sus ocupantes.
6. De la misma forma la lengua, aunque pequeña en tamaño en comparación con el cuerpo, es super-poderosa para determinar no solo mi rumbo y destino, sino que puede ser usada para definir que el destino de las personas sea el cielo o sea el infierno. ¿Pequeño instrumento? ¡No lo creo!
7. En el 3:5a Santiago dice, “Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas...” Me trae a la mente lo que dice el salmista (73:9), “Dirigen contra el cielo su boca, y sus lenguas recorren la tierra.”