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Summary: La experiencia de todo cristiano y, sobre todo, ministro es que su autoridad va a estar constantemente desafiada. ¿Cuáles son las ténicas que emplea el enemigo para ello? ¿Qué se mueve en el mundo espiritual? ¿Cuáles son las consecuencias?

Introducción

El viernes estuve orando pidiéndole un mensaje para hoy. Había comenzado a trabajar algo, pero no sentía que era el mensaje para hoy. De modo que estuve orando, y el Señor me dio luz y entendimiento sobre un elemento espiritual con el que el enemigo nos va tentar a menudo. No importa cuál sea nuestra situación social, familiar, ministerial, laboral, etc. Es una táctica que el ser humano inconforme (esta es la característica humana evidente), molesto, orgulloso, rebelde quizá va a manifestar, pero a través de él o ella los espíritus van a hablar, y no son particularmente espíritus benignos, sino malos espíritus.

Y el texto que leímos muestra un caso típico en el contexto religioso de Israel en los tiempos de Jesús. Estos personajes viene a Jesús, que estaba enseñando en el templo, y lo vienen a cuestionar sobre su autoridad. Otra forma de decirlo es que le vienen a desafiar su autoridad.

Esta actitud no es una actitud humana. Sabemos que el Reino de Dios y el reino de las tinieblas son reinos de autoridad. La autoridad más grande es la que gobierna. Es una guerra por el poder y el dominio. Dios le había dado mandamiento a Adán y a la mujer para que gobernasen sobre la creación y la pusiesen bajo dominio. Al caer le entregaron ese dominio a Satanás. Pero por medio de la fe, Dios entró legalmente nuevamente a la tierra, para formar un pueblo que lo reconoce y reconoce su autoridad.

I. Algunos ejemplos de desafíos

Pero un elemento clave de las tinieblas, es desafiar a la autoridad. Con Jesús fue evidente desde el comienzo hasta cuando estaba en la cruz. Conocemos las tentaciones: “Si eres Hijo de Dios, di a estas piedras”. “Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz y creeremos”. Vemos un desafío constante a la autoridad y persona de Jesucristo.

Ciertamente en muchos casos son seres humanos los que hablan y canalizan este desafío. Pero otras veces, como en el caso de las tentaciones en el desierto, es Satanás mismo que viene a atacar. Hay formas directas de ataque, de desafiarte la autoridad, como formas indirectas. Pero detrás de un desafío a tu autoridad, ponle la firma que está Satanás, buscando erosionarla. Lo puede hacer vía sentimientos (esto es lo más común), lo puede hacer vía diálogo (serpiente y Eva), lo puede hacer sembrando duda o cualquier tipo de tentación.

Tenemos que entender que el diablo va a venir una y otra vez. Es lo que hizo con Jesús. Después del desierto, dice que lo dejó por un tiempo, y un tiempo breve. Para el colegio tendremos vacaciones. Para el trabajo tendremos también vacaciones. Pero Satanás no se toma vacaciones, está constantemente buscando erosionar, socavar tu autoridad, intimidándote, tentándote, confundiéndote, etc.

Un caso típico es cómo ataca Satanás a Adán. No va a Adán directamente, sino a su mujer. Pero el ataque, entendamos, fue a Adán, porque él era la autoridad sobre su mujer. Pero Eva también tenía autoridad y no la ataca directamente, porque si así lo hubiera hecho, se habría dado cuenta y la sacaba carpiendo a la serpiente.

Desde que el mundo es mundo, Satanás está desafiando el orden de autoridad puesto por Dios. ¿Por qué hace esto Satanás? Porque sabe que allí está la clave. Cuando tú no sabes cuál es tu lugar de autoridad, estás frito. Allí Satanás no te tienta, porque eres pan comido. Cuando no sabes quién eres en Cristo, perdiste antes de comenzar. Pero cuando tú lo sabes, cuando sabes la autoridad que Dios te dio, cuando estás convencido que la autoridad que tienes es para hollar serpientes y escorpiones y sobre todo el poder del enemigo, y sabes que esa autoridad de la Dios el Señor, allí eres peligroso para Satanás. Entonces va a tratar de erosionarla, socavarla para que dejes de ser un peligro para él, porque sabe que está perdido. Sabe que no puede contra ti.

“¿Con qué autoridad haces estas cosas o quién te dio esa autoridad?” En otras palabras, ¿quién te crees que eres? Este tipo de planteamiento, te repito, con todos los colores que puedas imaginarte, estuvo constantemente en los oponentes de Jesús. Y también en los apóstoles, y es la experiencia típica de todo cristiano. Somos tontos y ciegos si no nos damos cuenta.

Ahora, escúchame bien. Cuanto tú desenmascaras al enemigo que vino por un determinado canal humano, y sale corriendo, porque lo reprendiste, al poco tiempo va a venir otra vez, pero por otro canal humano. Si viene por el mismo canal, es porque todavía no lo reprendiste suficientemente. Va a venir por otro canal con otra argumentación, con otro cuento, con otra historia, con otra estrategia, pero con el mismo fin: desafiar tu autoridad. Y uno tiene que discernir quién viene allí, quizá con disfrazado de piel de oveja.

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