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Corazones Errantes: Ciclos De Desobediencia
Contributed by Wilbur Madera Rivas on Jun 7, 2025 (message contributor)
Summary: Aun en el período más oscuro de la historia del pueblo de Dios, podemos ver al Dios fiel del pacto que no abandona a su pueblo.
Cuando estás conduciendo tu automóvil en línea recta y de pronto dejas de apoyar tus manos en el volante por unos segundos y el carro comienza a irse levemente hacia la izquierda o la derecha ¿Qué quiere decir?
Generalmente, esto es un indicador de que hay algún desajuste en las llantas de tu carro. Puede ser que están mal calibradas o tienes un problema más complejo de alineación y balanceo. Sea como sea, es una señal de que tienes que atender el sistema neumático de tu carro.
Comparando esta situación mecánica de nuestros carros con la nueva serie de sermones de este mes, “Corazones errantes”, podríamos decir que cuando vemos ciertas pautas de nuestros corazones respecto a nuestra relación con Dios, cuando vemos cuán fácil nuestros corazones comienzan a salirse del camino, cuán fácilmente comienzan a desviarse del camino recto, y cuán reincidentes somos en estas pautas, todo esto nos indica que tenemos un problema de corazón. Nos indica que tenemos que poner atención a nuestros corazones. Porque con mucha facilidad se vuelven corazones errantes.
Esto es lo que vemos en el libro de Jueces. El libro de jueces nos narra uno de los períodos más oscuros de la historia del pueblo de Dios. Encontramos en el libro todo tipo de cosa: sangre, perversión, idolatría, apostasía, juicio y cosas semejantes.
Y estas cosas van empeorando conforme avanza el tiempo. Comenzamos bastante bien, pero luego se va viendo en el libro un deterioro paulatino que cada vez es más grave, hasta el punto de escuchar que en Israel están pasando cosas como las que solo se habían escuchado en ciudades como Sodoma y Gomorra que fueron destruidas por su perversión.
El cuadro que nos pinta el libro es uno de caos, sufrimiento y sin sentidos que vienen porque el pueblo seguía su corazón errante hacia los deseos pecaminosos e idolatrías de sus corazones, lejos del único y verdadero Dios del pacto.
El libro nos ofrece una especie de radiografía de nuestros propios corazones para que nos sirva como advertencia y nos pongamos en guardia, manteniendo nuestro corazón alerta al desvío que sutilmente puede irse dando en nuestro alejamiento del Señor.
Al mismo tiempo, aun en el período más oscuro de la historia del pueblo de Dios, podemos ver al Dios fiel del pacto que no abandona a su pueblo, al Dios del pacto que es misericordioso, al Dios del pacto que da nuevas oportunidades, al Dios del pacto que trae bendición aún sobre personas que no las merecen.
Y ahí estamos tú y yo, ante esta historia y ante esta realidad de nuestros corazones y ante el mismo Dios del pacto que nos ha mostrado su gracia a través del Señor Jesucristo.
Por eso hoy, al estar considerando los capítulos 3 y 4 del libro de Jueces, veremos cómo, a pesar de la rebelión de su pueblo, el Dios del pacto sigue siendo fiel a sus promesas y aun muestra su misericordia a los corazones errantes.
En estos dos capítulos del libro de Jueces, básicamente, hay tres historias diferentes pero que al mismo tiempo son muy semejantes. Aunque los personajes involucrados son diferentes, las pautas que siguen tanto el pueblo como Dios, son las mismas.
Así que tratemos de considerar la enseñanza de estas tres historias, aunque sólo veremos concentradamente una de ellas.
Primero, presentemos a los personajes principales de las tres historias en estos capítulos. En primer lugar, tenemos a Otoniel (capítulo 3:7-11), en segundo lugar está Aod (capítulo 3:12-30) y por último están Débora y Barac en el capítulo 4.
Repito, sólo nos concentraremos en la historia de Otoniel en el capítulo 3, pero haremos referencias breves a las pautas que se repiten en las otras historias en estos capítulos.
Debemos partir del hecho de que Josué, el sucesor de Moisés había muerto y toda esa generación también murió. Las nuevas generaciones no conocían al Señor al mismo nivel de como lo habían hecho las anteriores. Aunado a esto, estaba el hecho de que no lograron la conquista total de la tierra prometida y en lugar de desplazar a todos los pueblos que habitaban allá, hicieron alianzas con algunos de ellos y vivieron entre ellos. Recibieron la influencia de su cultura y de sus dioses.
Así nos dice el capítulo 3:5-6: 5 Los israelitas vivían entre cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. 6 Se casaron con las hijas de esos pueblos, y a sus propias hijas las casaron con ellos y adoraron a sus dioses.
Justamente lo que se les había advertido e instruido que no hicieran, eso es lo que hicieron. Se acomodaron a la vida y cultura de los pueblos de Canaan. Hicieron alianzas a través de los matrimonios y adoptaron sus religiones paganas. Precisamente, la perversidad de esas culturas paganas y las atrocidades que cometían adorando a sus dioses falsos, había sido la causa por la que Dios había traído juicio sobre ellos por medio de Israel; pero el mismo pueblo de Dios, se había mezclado y acomodado a estos pueblos.