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Summary: Casado o soltero, voy a vivir contento con su llamado.

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Contentamiento en las relaciones.

Intro: Este mes hemos estado hablando acerca del contentamiento en la vida diaria. Hemos hablado del contentamiento en las diversas circunstancias de la vida, en la enfermedad, en el sufrimiento y hoy nos toca abordar el tema del contentamiento en las relaciones. ¿Qué será más bendición ser casado o soltero? ¿Cuál de estos estados trae mayor gloria a Dios?

En la cultura popular alrededor escuchamos bromas y comentarios negativos de ambos lados. Por una parte, escuchamos bromas diciendo de alguien que va a entrar al matrimonio: “Mi más sentido pésame”; “Dile adiós a la vida”. Por otro lado, también escuchamos bromas hechas al soltero: “Y tú, ¿para cuando?” “Ya te está dejando tu tren”, “Ya te quedaste”.

Hay una especie de doble mensaje en cuanto al matrimonio y la soltería. Esto va creando una atmósfera de inconformidad y de falta de contentamiento por el estado civil de uno. Por un lado, parece que los que están casados desearían no estarlo, y a los que son solteros se les presiona para dejar de serlo. Se va desarrollando una especie de ingratitud por el estado en el que te encuentras. Si eres casado, comienzas a ver como algo nada atractivo el estar ligado para toda la vida a esta mujer o a este hombre. Si eres soltero, comienzas a pensar que lo que haría tu vida verdaderamente feliz sería tener una persona junto a ti. Comienzas a desear lo que no tienes o no debes. Y tu falta de contentamiento puede llevarte a tomar decisiones que luego lamentes.

No se cuáles sean tus pensamientos este día al respecto, pero lo que sí se, es que la Escritura nos enseña de una manera muy distinta a la tendencia cultural. La Biblia nos enseña que ambos estados, la soltería y el matrimonio, son una bendición y que debemos tener contentamiento con el estado en que Dios nos permite estar. Cada estado presenta sus propios desafíos y oportunidades, pero ambos tienen bendiciones especiales de parte de Dios.

La Soltería es una bendición

1 Corintios 7:8-9 dice: “Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando”.

El apóstol Pablo hablando a los “solteros y a las viudas”, aquellos candidatos al matrimonio, no les dice: “apúrense que ya se les va su tren” o “Y ustedes ¿para cuando?” sino todo lo contrario: “bueno les fuera quedarse como yo”.

En otras palabras, ser soltero es algo deseable, es algo “bueno”, es una bendición de parte de Dios. Ser soltero, desde la perspectiva bíblica, no es ser disfuncional o incompleto o como que algo no está correcto. Ser soltero es una bendición.

Cuán diferente es esta perspectiva a la de la cultura que nos rodea. Hermanos, solteros, no sientan que hay algo incorrecto, disfuncional, incompleto en ustedes. Dios les ha dado esta bendición de ser solteros. Su soltería les da oportunidades que los casados ya no tienen. Si tu tendencia es ver tu soltería como una maldición, Dios dice que no es así. Administra bien la bendición que Dios te da.

Hermanos casados, no bromeemos ni presionemos a los solteros. A cada quien Dios le da la bendición de acuerdo con su buena y santa voluntad.

Por supuesto, la soltería tiene sus desafíos. El apóstol menciona uno de los más grandes desafíos de los solteros: “Pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando”.

Uno de los desafíos más grandes de los solteros (y realmente no sólo de los solteros) es mantener su pureza sexual. El casarse ayuda en este aspecto, pero no acaba con la tentación. Quizá en las damas solteras la tentación no sea explícitamente de índole sexual, sino más bien un deseo de ser cobijadas, apreciadas, protegidas o cosas como éstas. Es más un: “Cómo sería si fulatino se casara conmigo” “Cómo sería si muriera las esposa de fulanito y se casara conmigo”. El punto es que todos estos deseos cuando se les empieza a dar una atención no debida pueden llevarnos a la impureza sexual.

Por eso, hermanos y hermanas solteros, aunque digan: “Yo no tengo el don de continencia y deseo casarme”, no pienses que no estás llamado a buscar la pureza sexual. Querer casarte es algo bueno, pero no te exime de cuidar tu pureza sexual. Este será un gran desafío para ti. Por tanto, pon mucha atención a esta área de tu vida para vivir en pureza como Dios requiere de sus hijos, solteros o casados.

La soltería tiene sus desafíos, pero también presenta grandes oportunidades. El apóstol dice en los versículos 32 al 35 de 1 Corintios 7: “Yo preferiría que estuvieran libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarlo. Pero el casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposa; sus intereses están divididos. La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera, se preocupa de las cosas del Señor; se afana por consagrarse al Señor tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la casada se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposo. Les digo esto por su propio bien, no para ponerles restricciones sino para que vivan con decoro y plenamente dedicados al Señor”

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