Nahúm 2
Ataque Contra Nínive
Monta guardia en la fortaleza,
Vigila el camino;
Fortalece tus lomos,
Refuerza más tu poder.
Como la gloria de Israel,
Aunque devastadores los han devastado
Y destruido sus sarmientos.
Los guerreros están vestidos de escarlata,
Y de acero centelleante los carros
Cuando están en formación,
Y se blanden las lanzas de ciprés.
Se precipitan por las plazas,
Su aspecto es semejante a antorchas,
Como relámpagos se lanzan.
Que tropiezan en su marcha,
Se apresuran a su muralla,
Y es preparada la defensa.
Y el palacio se llena de terror.
La reina es despojada y deportada,
Y sus sirvientas gimen como palomas,
Golpeándose el pecho.
Ahora ellos huyen.
“¡Deténganse! ¡Deténganse!”.
Pero nadie se vuelve.
¡Saqueen el oro!
No hay límite a los tesoros,
A las riquezas de toda clase de objetos codiciables.
Los corazones se derriten y las rodillas tiemblan;
Hay también angustia en todo el cuerpo,
Y los rostros de todos han palidecido.
Y el lugar donde comen los leoncillos,
Donde andaban el león, la leona y su cachorro,
Sin que nada los asustara?
Mataba para sus leonas,
Llenaba de presa sus cuevas
Y de carne desgarrada sus guaridas.
13“Aquí estoy contra ti”, declara el SEÑOR de los ejércitos. “Quemaré y reduciré a humo tus carros, la espada devorará tus leoncillos, arrancaré de la tierra tu presa, y no se oirá más la voz de tus mensajeros”.