Los Salmos 71
Oración De Un Anciano
Jamás sea yo avergonzado.
Inclina a mí Tu oído, y sálvame.
Tú has dado mandamiento para salvarme,
Porque Tú eres mi roca y mi fortaleza.
De la mano del malhechor y del implacable,
Oh Señor DIOS, Tú eres mi confianza desde mi juventud.
Tú eres el que me sacó del seno de mi madre;
Para Ti es de continuo mi alabanza.
Porque Tú eres mi refugio fuerte.
Y de Tu gloria todo el día.
No me desampares cuando me falten las fuerzas.
Y los que acechan mi vida han consultado entre sí,
Persíganlo y aprésenlo, pues no hay quien lo libre”.
Dios mío, apresúrate a socorrerme.
Sean cubiertos de afrenta y de ignominia los que procuran mi mal.
Y aún te alabaré más y más.
De Tu justicia y de Tu salvación,
Porque son innumerables.
Haré mención de Tu justicia, de la Tuya sola.
Y hasta ahora he anunciado Tus maravillas.
Hasta que anuncie Tu poder a esta generación,
Tu poderío a todos los que han de venir.
Tú que has hecho grandes cosas;
Oh Dios, ¿quién como Tú?
Me volverás a dar vida,
Y me levantarás de nuevo de las profundidades de la tierra.
Y vuelve a consolarme.
Cantaré Tu verdad, Dios mío;
A Ti cantaré alabanzas con la lira,
Oh Santo de Israel.
Y mi alma, que Tú has redimido.
Porque han sido avergonzados, porque han sido humillados, los que procuran mi mal.