Isaías 16
Desde Sela en el desierto al monte de la hija de Sion.
Serán las hijas de Moab en los vados del Arnón.
Da tu sombra como la noche en pleno mediodía;
Esconde a los desterrados, no entregues al fugitivo.
Sé para ellos escondedero ante el destructor”.
Porque ha llegado a su fin el explotador, ha cesado la destrucción,
Han desaparecido los opresores de la tierra.
Y en él se sentará con fidelidad, en la tienda de David,
Un juez que busque lo justo
Y esté presto a la justicia.
De su arrogancia, de su orgullo y de su furor;
Son falsas sus vanas jactancias.
Por las tortas de pasas de Kir Hareset se lamentarán,
Abatidos por completo.
Los señores de las naciones pisotearon sus mejores racimos,
Hasta Jazer alcanzaban y se extendían por el desierto;
Sus sarmientos se extendían y pasaban el mar.
Te bañaré con mis lágrimas, oh Hesbón y Eleale,
Porque sobre tus frutos de verano y sobre tu cosecha se ha extinguido el clamor,
En las viñas nadie canta de júbilo ni grita de alegría.
El pisador no pisa vino en los lagares,
Pues he hecho cesar el clamor.
Y mi interior por Kir Hareset.
Cuando se fatigue sobre su lugar alto,
Y venga a su santuario para orar,
No prevalecerá.
13Esta es la palabra que el SEÑOR habló antes acerca de Moab. 14Pero ahora el SEÑOR dice: “Dentro de tres años, como los contaría un jornalero, la gloria de Moab será despreciada con toda su gran muchedumbre, y su remanente será muy pequeño y débil”.