Deuteronomio 32
Cántico De Moisés
Y oiga la tierra las palabras de mi boca.
Y destile como el rocío mi discurso,
Como llovizna sobre el verde prado
Y como aguacero sobre la hierba.
Atribuyan grandeza a nuestro Dios.
Porque todos Sus caminos son justos;
Dios de fidelidad y sin injusticia,
Justo y recto es Él.
No son Sus hijos, debido a los defectos de ellos;
Son una generación perversa y torcida.
Oh pueblo insensato e ignorante?
¿No es Él tu Padre que te compró?
Él te hizo y te estableció.
Considera los años de todas las generaciones.
Pregunta a tu padre, y él te lo hará saber;
A tus ancianos, y ellos te lo dirán.
Cuando separó los hijos del hombre,
Fijó los límites de los pueblos
Según el número de los israelitas.
Jacob es la parte de Su heredad.
En la horrenda soledad de un desierto;
Lo rodeó, cuidó de él,
Lo guardó como a la niña de Sus ojos.
Que revolotea sobre sus polluelos,
Extendió Sus alas y los tomó,
Los llevó sobre Su plumaje.
Y con él no hubo dios extranjero.
Y comió el producto del campo;
Le hizo gustar miel de la peña,
Y aceite del pedernal,
Con grasa de corderos,
Y carneros de raza de Basán y machos cabríos,
Con lo mejor del trigo;
De la sangre de uvas bebiste vino.
(has engordado, estás cebado y rollizo);
Entonces abandonó a Dios que lo hizo,
Y despreció a la Roca de su salvación.
Con abominaciones lo provocaron a ira.
A dioses que no habían conocido,
Dioses nuevos que vinieron recientemente,
A los que los padres de ustedes no temieron.
Y olvidaste al Dios que te dio a luz.
A causa de la provocación de Sus hijos y de Sus hijas.
Veré cuál será su fin;
Porque son una generación perversa,
Hijos en los cuales no hay fidelidad.
Me han irritado con sus ídolos.
Yo, pues, los provocaré a celos con los que no son un pueblo;
Los irritaré con una nación insensata.
Que quema hasta las profundidades del Seol,
Consume la tierra con su fruto,
E incendia los fundamentos de los montes.
Emplearé en ellos Mis flechas.
Y destrucción amarga;
Dientes de fieras enviaré sobre ellos,
Con veneno de serpientes que se arrastran en el polvo.
Y dentro el terror,
Tanto al joven como a la virgen,
Al niño de pecho como al hombre encanecido.
Borraré la memoria de ellos de entre los hombres”,
No sea que entendieran mal sus adversarios,
No sea que dijeran: “Nuestra mano ha triunfado,
Y no es el SEÑOR el que ha hecho todo esto”’.
Y no hay en ellos inteligencia.
Que comprendieran su futuro.
Y dos hacer huir a diez mil,
Si su Roca no los hubiera vendido,
Y el SEÑOR no los hubiera entregado?
Aun nuestros mismos enemigos así lo juzgan.
Y de los campos de Gomorra;
Sus uvas son uvas venenosas,
Sus racimos, amargos.
Y ponzoña mortal de cobras.
Sellado en Mis tesoros?
A su tiempo el pie de ellos resbalará,
Porque el día de su calamidad está cerca,
Ya se apresura lo que les está preparado’.
Y tendrá compasión de Sus siervos,
Cuando vea que su fuerza se ha ido,
Y que nadie queda, ni siervo ni libre.
La roca en que buscaban refugio,
Y bebían el vino de su libación?
¡Que se levanten y los ayuden!
¡Que sean ellos su refugio!
Y fuera de Mí no hay dios.
Yo hago morir y hago vivir.
Yo hiero y Yo sano,
Y no hay quien pueda librar de Mi mano.
Y digo: Como que vivo Yo para siempre,
Y Mi mano empuñe la justicia,
Me vengaré de Mis adversarios
Y daré el pago a los que me aborrecen.
Y Mi espada se hartará de carne,
De sangre de muertos y cautivos,
De los jefes de larga cabellera del enemigo’.
Porque Él vengará la sangre de Sus siervos;
Traerá venganza sobre Sus adversarios,
Y hará expiación por Su tierra y Su pueblo”.
Se ordena a Moisés subir al monte Nebo 44Entonces llegó Moisés y habló todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él, con Josué, hijo de Nun. 45Cuando terminó Moisés de hablar todas estas palabras a todo Israel, 46les dijo: “Fijen en su corazón todas las palabras con que les advierto hoy: ordenarán a sus hijos que obedezcan cuidadosamente todas las palabras de esta ley. 47“Porque no es palabra inútil para ustedes; ciertamente es su vida. Por esta palabra prolongarán sus días en la tierra adonde ustedes van, cruzando el Jordán a fin de poseerla”.
48En aquel mismo día, el SEÑOR le dijo a Moisés: 49“Sube a estos montes de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab frente a Jericó, y mira hacia la tierra de Canaán, la cual doy en posesión a los israelitas. 50Morirás en el monte al cual subes, y serás reunido a tu pueblo, así como tu hermano Aarón murió sobre el monte Hor, y fue reunido a su pueblo; 51porque ustedes me fueron infieles en medio de los israelitas en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin, porque no me santificaron en medio de los israelitas. 52“Por tanto, solo de lejos verás la tierra, pero no entrarás allí, a la tierra que doy a los israelitas”.