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Un Varon Conforme Al Corazon De Dios Series
Contributed by Humberto Hilario on Nov 28, 2017 (message contributor)
Summary: Como nos habla la Biblia acerca de lo que Dios desea ver en nosotros
Debemos ser hombres y mujeres de un libro. Dice Elizabeth George, “Si sólo tienes tiempo para la lectura de un libro, que sea la Biblia”. Y es que hay razones sabias para ello, ya que nos dice Isaías 40:8 que “la Palabra del Dios nuestro permanece para siempre”. Ningún libro ha logrado tener los méritos de la Biblia a través de los tiempos, trascender de generación a generación, y superar toda la clase de persecuciones. No hay mejor libro para leer, para enseñarnos todo lo que necesitamos saber para vivir sabiamente. David declara que “lámpara es a mis pies Tu Palabra y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105). No podemos salir a caminar el mundo a oscuras. Necesitamos que su luz nos alumbre.
EL CORAZON CONFORME A DIOS TIENE AUTORIDAD SOBRE LO QUE SALE DE LA BOCA:
Existe una dinámica especial entre el corazón y nuestro hablar. Dice la Escritura en Mateo 12:34 “… porque de la abundancia del corazón, habla la boca.” El corazón que tiene un buen tesoro guardado en él, saca buenas cosas por la boca. Por el contrario, decía, Jesús, “el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas”. ¿Cómo puede un corazón lograr guardar un buen tesoro, del cual se puedan sacar buenas cosas a través de “este pequeño miembro de nuestro cuerpo que se jacta de grandes cosas”, como nos dice el Apóstol Santiago en el capítulo 3? David nos da una clave importante en el Salmo 119:11-13. “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. Bendito tú, oh Jehová; enséñame tus estatutos. Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca.” Dios desea que nuestro corazón se alimente y se nutra declarando su Palabra en todo momento. Proverbios 15:14 declara que “el corazón entendido busca la sabiduría; mas la boca de los necios se alimenta de necedades”. Dice el Salmo 37:31 que la “boca del justo habla sabiduría, y su lengua habla justicia. La ley de su Dios está en su corazón; por tanto, sus pies no resbalarán.” El corazón que atesora la palabra de Dios, tiene sometida a la lengua de manera que de ella sólo salga “agua dulce”.
Es necesario pedir al Señor que cada día examine nuestro corazón, El es el único que puede escudriñarlo hasta lo más profundo, pues “aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. (Salmo 139:4) Dejemos que sea el Señor ahora quien examine y pruebe nuestros pensamientos, que vea si hay en ellos camino de perversidad, antes de que salgan las palabras, que nos purifique con hisopo, pidamos que El cree en nosotros un corazón limpio, y un espíritu recto dentro de nosotros. No esperemos el momento que nos muestra la Escritura en Apocalipsis 20:12, de aquél día en que estaremos de pie ante Dios, los grandes y los pequeños, los que hablan correctamente su lengua y los que hemos cambiado las reglas del idioma y algunas veces no nos entienden, y serán abiertos los libros, y todos seremos juzgados, no por lo bonito y bien pronunciado que hayamos hablado, sino por las cosas que están escritas en los libros…”. Seremos juzgados por las bendiciones o maldiciones que hayan salido de nuestra boca, todas nuestras palabras están siendo registradas en los libros de Dios. Alguien dijo una vez que “que tus palabras sean dulces para cuando tengas que tragártelas”, pero preferimos que el cuidar nuestro hablar sea porque nuestro corazón tiene guardado el temor reverente a Dios, a través de guardar en él su palabra.