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Summary: Donde esté tu tesoro, estará tu corazón

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Tesoros 28/12/08

Intro: Ya estamos en los últimos días de este año 2008. Hay algo que siempre pasa cuando llegamos a estas fechas; como que el tiempo se detiene un poco y nos damos más a la tarea de reflexionar sobre todo el año que ha pasado y comenzamos a pensar en el que viene. Creo que es una buena disciplina personal revalorar y replantearse el camino.

¿Cómo ves el año que pasó? Al pensar en 2008 ¿Qué asuntos vienen a tu mente inmediatamente? ¿Qué cosas ocuparon tu atención o consumieron tu tiempo? ¿Qué te emocionó? ¿Qué te hizo llorar o vivir con intensidad emocional este año? ¿Cuáles eran los asuntos que te hacían salir de la cama todos los días animado para recorrer el camino? Si repasáramos un video de tu vida este último año ¿Qué escena o escenas serían recurrentes?

La Biblia usa una metáfora muy interesante y descriptiva para referirse a ese tipo de cosas o asuntos que nos hacen vibrar, movernos, soñar, actuar y dan razón a la vida. La Biblia usa la palabra “Tesoro”…¿Qué o quién fue tu tesoro este año 2008?

Un tesoro es algo o alguien a quien asignamos un valor. Pero los tesoros tienen tal naturaleza, que una vez que les hemos adoptado como nuestro tesoro, inmediatamente comienzan a tener influencia en nuestras vidas.

Los tesoros comienzan a dictar lo que hacemos, pensamos, sentimos o decimos. Comienzan a dictar con quien nos debemos llevar y con quien no, cómo nos debemos sentir y cómo debemos vivir.

La Biblia no sólo nos habla de la existencia de los tesoros, sino también nos enseña qué hacer con ellos y cómo tratarlos-

Jesús, el Señor, nos dice en Mateo 6:19-21:

“19 »No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar.20 Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar.21 Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.”

Jesús nos habla de dos tipos de tesoros: Tesoros en la tierra y Tesoros en el cielo.

Los tesoros de la tierra tienen unas características contrarias a los tesoros en el cielo. Los tesoros de la tierra (aquellas cosas a las que les asignamos valor en la tierra) son temporales e inseguros. La polilla y el óxido los puede destruir; y los ladrones se los pueden llevar fácilmente.

Sin embargo, tal parece que nuestra tendencia es acumular muchos de estos tesoros. Nuestra tendencia es llenar nuestras manos de tesoros inseguros y temporales. Creemos que si llenamos nuestras vidas de ellos nuestras vidas serán mejores. Ciframos nuestras esperanzas, felicidad, gozo y llenura en ellos, pero así como vienen se pueden ir y nadie nos puede garantizar que los tendremos mañana:

Por ejemplo, quizá este año hiciste de la salud tu tesoro. Cifraste tus esperanzas y felicidad en una buena salud, sólo para descubrir cuán frágil y temporal puede ser.

Quizá el control sobre las situaciones o el poder para cambiar las cosas fue tu tesoro, pero la escena ha cambiado y te das cuenta cuán limitado estás y cuán fuera de tu control están los asuntos a tu alrededor.

Quizá tu tesoro fue tu negocio o tu trabajo y ahora ves que con la crisis como la polilla y el oxido se lo están llevando o los “ladrones” se lo han estado llevando.

No se, quizá tu tesoro fue una nueva relación, un nuevo vehículo, los logros académicos, la aceptación de las personas, un inmueble, una herencia, en fin….tantas cosas a las que les asignamos valor en nuestras vidas en esta tierra.

Jesús porque nos conoce nos dice, cuidado con los tesoros de la tierra, porque no duran y son inseguros…no desperdicies tu vida en ellos. No hagas el centro de tu vida el acumularlos.

Más bien, dice Jesús, acumula tesoros en el cielo. Has que lo que te levante entusiasmado cada día sean los intereses del Reino de los Cielos. Que lo que anime y aliente sea la voluntad de Aquel que tiene su trono en el cielo. Llena tus manos con tesoros que el ojo no puede ver, los cuales la polilla y el óxido no pueden destruir, ni los ladrones pueden robar.

Estos tesoros son eternos y son seguros. No hay nadie que te los pueda quitar. Llena tus manos de tesoros como el ser transformado a la imagen de Jesús, como el amor al prójimo, como la generosidad y el temor al Señor.

Jesús nos habla de la importancia de todo esto de los tesoros: “Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”. Aquello que sea tu tesoro controlará nuestras vidas. Aquello que volvamos nuestro tesoro atraerá como un imán nuestro corazón. Nuestros deseos, emociones, pensamientos de nuestros corazones estarán centrados en ello.

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