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Summary: Qué hacer ante los sueños frustrados

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Sueños Frustrados 1 Samuel 1:1-2:11

Intro. Hay momentos en nuestras vidas en los que nuestros sueños se frustran. Se acuerdan de la historia de la lecherita que llevaba al mercado su producto e iba ilusionada con los planes de vender la leche para comprar unos huevos, que se convertirían en pollos, que se convertirían en una vaca que le daría más leche para tener más dinero, y de pronto . . . una piedra y un tropezón acabó con sus sueños. ¿Has estado en ese punto? ¿Estás en ese punto?

Hace cientos de años, una mujer llamada “Ana” estaba al final de la soga, estaba en el fondo del pozo, tenía sus sueños frustrados.

Ana, la esposa de Elcana, tenía el sueño de tener un hijo. Ella era estéril. Aunque tenía el amor de su marido, no le era suficiente. Ella anhelaba ser madre. Los años habían pasado y ella seguía sin tener un hijo.

De la historia de Ana aprendemos a ver nuestros sueños (frustrados o realizados) a luz del gran plan de Dios para este mundo.

I.En nuestros sueños frustrados, acudamos a Dios

a.¿Qué haces ante los sueños frustrados?

i.Algunos quedan amargados y se pelean con todo el mundo alrededor.

ii.Otros caen en depresiones profundas

iii.Otros se quitan la vida

b.¿Qué hacía la gente de la Biblia?

i.Acudían a derramar su alma delante de Dios.

ii.Acudían a Dios reconociendo que él era el único que podía hacer algo al respecto

iii.Hablaban a Dios con humildad y fe, presentando su dolor y su petición

iv.No se trataba de un berrinche o un reclamo o murmuración, sino mas bien, de un derramar el alma desnuda delante de Dios.

c. El caso de Ana:

“Y se levantó Ana, después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová y lloró abundantemente. E hizo voto diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares a mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza” (v.9-11)

i.Acudió a Dios y derramó su alma: oró y lloró abundantemente.

ii.E hizo votos delante de Dios: Esta no era una petición egoísta (quiero un hijo para disfrutarlo). Ni siquiera lo iba a ver crecer, lo iba a dedicar a Dios.

c.En virtud de lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz, nosotros también podemos llegar libremente delante de Dios.

i.¿Estás pasando en una situación así, un sueño frustrado? No te amargues ni pelees con todo el mundo, no sigas el camino de la depresión, no consideres quitarte la vida. Hay alguien a quien puedes acudir. Él es el único que puede hacer algo al respecto. Es el único que puede cambiar la situación, pero sobre todo, él es único que puede cambiarte a ti.

II.En nuestros sueños frustrados, confiemos en Dios

a.¿Qué haces después de haber acudido a Dios?

i.Algunos seguimos empeñados en querer encontrar la solución en cualquier otro lado, menos en Dios.

ii.Otros volvemos a cargar nuestras maletas de amargura y seguimos así por la vida.

b.¿Qué hizo Ana?

i.Elí pensó que estaba ebria e inclusive la reprende por estar orando así al Señor. Pero Ana le explica cuál era la situación. Había “derramado su alma delante de Dios”.

“Elí respondió y dijo: “Ve en paz y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste” (v.17-18)

ii.Ana confió en Dios. No le habían dado la respuesta. No sabía si Dios le concedería o no un hijo. Pero ya no estuvo más triste. Tuvo la consolación de creer que Dios es bueno y que escucha nuestras oraciones.

c.Hermanos, nosotros también en nuestros sueños frustrados, confiemos en Dios. Trae al Señor tus congojas, derrama tu alma delante de él, pero luego confía en él. Descansa en que él es un Dios grande y bueno, un Dios que tiene un plan para nuestras vidas.

d.Su Palabra nos dice: “El que no escatimo ni a su propio hijo, sino lo entregó por todos nosotros ¿Cómo nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:32)

iii.Dios nos ha demostrado en Su hijo que podemos confiar en él.

iv.El entregó lo más grande: Su hijo, por lo tanto podemos confiar que en Cristo, tendremos todas las cosas que son para nuestro beneficio.

v.Por eso en tus sueños frustrados (se realicen o no), confía en Dios.

III.En nuestros sueños frustrados, obedezcamos a Dios.

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