Sordera Espiritual Series

Ephphatha - Estar abierto a la ubicación divina. Si Dios lo dirige a un lugar en particular para predicar o servir a la iglesia, por favor adhiérase a él. No haga oídos sordos a la voz de Dios. Obedecer es mejor que sacrificar (1 Samuel 15:22).

El Espíritu Santo le prohibió a Pablo predicar la palabra en Asia; después de que llegaron a Misia, trataron de ir a Bitinia, pero el Espíritu se lo prohibió (Hechos 16:6-7); su voluntad fue anulada por el Espíritu Santo, pero luego se le permitió predicar en Éfeso por un corto tiempo (Hechos 18:18-21).

Dios le dijo a Jonás: "Levántate, ve a Nínive, esa gran ciudad, y clama contra ella, porque su maldad ha subido ante mí; pero Jonás se levantó para huir a Tarsis de la presencia de Yahveh" (Jonás 1:2-3), y sufrió las consecuencias: "Yahveh había preparado un gran pez para tragar a Jonás. Y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches". (Jonás 1:17) pero se arrepintió "y Jehová habló al pez, y éste vomitó a Jonás en tierra firme". (Jonás 2:10)

"Y en aquel día, los sordos oirán las palabras del libro" (Isaías 29:18).

"El que tenga oído, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias". Al que venza, le concederé el derecho a comer del árbol de la vida en el Paraíso de Dios" (Apocalipsis 2:7).

CONCLUSIÓN

El remedio para nuestra sordera no es oír, sino estar abiertos. La audición sigue a la apertura. "Ephphatha". Eso es lo que Jesús le dijo al sordo. No le dijo: "¡Oye ahora!". Le dijo: "'Ephphatha', es decir, 'Sé abierto'". Lo mismo nos dice a ti y a mí. Jesús siempre está hablando, "Ephphatha", a las partes cerradas de nuestras vidas.

El cielo está enviando señales que sólo nuestros oídos espirituales pueden decodificar. Transmite los mensajes y deja que la iglesia de Dios marche.

"Sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella". (Mateo 16:18). Las puertas de la sordera espiritual no prevalecerán contra la iglesia en el nombre de Jesús, Amén.

Padre Celestial, tu palabra dice: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano" (Juan 10:27). Por favor, ordena que nuestros oídos espirituales se abran ampliamente para que podamos escuchar tu voz. Tu voz protegerá nuestros corazones de todo engaño satánico y nos indicará la dirección correcta en nuestro camino cristiano. Enséñanos a ser santos y a depender de ti como nuestra única fuente, en el nombre de Jesús, Amén.

"Y he aquí que vengo pronto, y mi recompensa está conmigo, para dar a cada uno según su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que cumplen sus mandamientos, para que tengan derecho al árbol de la vida y entren por las puertas en la ciudad" (Apocalipsis 22:12-14).