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Summary: Huye de la Inmoralidad sexual

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Recuerdo haber quedado muy impactado, al ver las noticias, hace algunos años, que comunicaban que en el estado de California en los Estados Unidos había un incendio incontrolable contra el que habían estado luchando por varios días sin mucho éxito. Recuerdo que las imágenes mostraban a los residentes de unas casas a las que el fuego se estaba dirigiendo velozmente estar sacando, con lágrimas en los ojos, lo más valioso para ellos de sus casas, cosas como fotografías, papeles importantes y otras pertenencias irremplazables. El fuego no iba a perdonar nada que dejaran atrás.

¡Qué paradójico es que el fuego que es un elemento que tanto beneficio trae a la humanidad cuando sale de control se vuelva un asesino atroz! Una cosa es el fuego en la llama de la estufa cocinando los alimentos o el fuego circunscrito a una fogata a la luz de la luna dando calor a los que la rodean y otra cosa es el fuego en un incendio que arrasa, fuera de control, con todo lo que esté a su paso, dejando una estela de destrucción, caos y muerte. El fuego es algo muy bueno, pero fuera del contexto apropiado, se vuelve un elemento letal.

Algo parecido sucede con la sexualidad humana. Como vimos la semana pasada, El sexo de acuerdo con el diseño original de Dios, es algo precioso. Algo maravilloso, algo que nos deja agradecidos y en admiración de nuestro Dios.

El Señor lo ha creado para experimentarse en un contexto específico, pero cuando lo sacamos de ese contexto se vuelve un elemento fuera de control que arrasa con todo lo que esté a su paso dejando una estela de destrucción, lágrimas, caos e inclusive, la muerte.

Dios como nuestro Creador nos hizo a su imagen y semejanza estableciendo dos sexos definidos, él hizo al ser humano como hombre y como mujer. Estos sexos son complementarios y al unirse en una sola carne, en matrimonio, tienen la potencialidad de multiplicar la imagen de Dios en la tierra.

Dios diseñó el sexo para ser experimentado exclusivamente en el contexto específico del pacto matrimonial legalmente establecido entre un hombre y una mujer. Un pacto donde hay un contexto de legitimidad, fidelidad, respeto, compromiso y continuidad. Dentro del contexto del matrimonio, el esposo y la esposa pueden disfrutar y deleitarse en lo maravilloso que Dios hizo el sexo.

Dios fue el diseñador del cuerpo para que sea susceptible del placer sexual. Él es responsable de la anatomía y la fisiología de los órganos sexuales. Y cuando el esposo y la esposa se están relacionando sexualmente, Dios no sale de la recámara o mira hacia otro lado, porque esto es algo que le glorifica. El dice: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla”(Hebreos 13:4). Es decir, las relaciones sexuales entre el esposo y la esposa son algo honroso y que trae gloria al inventor de esta maravillosa idea de la sexualidad. Dios hizo el sexo como algo bueno en gran manera. Este es nuestro punto de partida en la cosmovisión cristiana de la sexualidad.

Ahora bien, lamentablemente, Génesis 3 ocurrió en la historia. Y cuando el ser humano decidió desobedecer a Dios, el pecado afectó todos los aspectos de la vida, incluyendo la sexualidad y así, lo que fue diseñado para la gloria de Dios en el contexto del matrimonio, fue extirpado de su contexto santo y se inició el incendio que ha causado el sexo pecaminoso en la humanidad hasta el día de hoy, dejando a su paso, lágrimas, destrucción y muerte.

La lista es larga…adulterio, relaciones sexuales premaritales, homosexualidad, transgenerismo, violaciones, abuso sexual, acoso sexual, bestialismo, voyerismo, necrofilia, pederastia, exhibicionismo, enfermedades de transmisión sexual, pornografía en todas sus variantes, prostitución, lujuria, pensamientos lascivos, deseos desordenados, confusión de la identidad sexual, conversaciones de doble sentido, bromas con contenido sexual, etc. etc. Todo lo precioso que es el sexo creado por Dios ha sido reducido a un caos desordenado que tanto sufrimiento trae al ser humano.

Quizá cuando leemos la Biblia de manera superficial podamos concluir que la Biblia está en contra del sexo, pero nada podía estar más lejos de la verdad. La Biblia no está en contra del sexo, sino está en contra del mal uso del sexo o de la distorsión del sexo que el pecado ha causado.

La Biblia usa una palabra para referirse a todo este sistema de ideas y prácticas que hacen uso del sexo de una manera ajena al plan o diseño de Dios. La Biblia usa una palabra griega en la cual encuentra su raíz la palabra pornografía.

Esta palabra en algunas versiones de la Biblia se traduce como “fornicación”. Sin embargo, la palabra fornicación en algunos círculos ha llegado a significar específicamente “relaciones sexuales premaritales”. Es decir, relaciones sexuales entre personas solteras. Pero el significado bíblico de la palabra que se traduce como fornicación es mucho más amplio.

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