RECONCILIACIÓN EN LA FAMILIA: Cuando eres responsable
Génesis 25-33
Intro: Don Jacinto estaba en el hospital. Los médicos dijeron que habían hecho todo lo que podían. Estuvo reflexionando en su propia vida, en sus 85 años. Vino a su mente el pleito que había tenido con su hermano Canuto hacía ya muchos años y que desde entonces se dejaron hablar. Así que en preparación para su hora final, hizo traer a su hermano canuto. Al llegar el otro ancianito, le dijo: “Canuto, se que en el pasado te hice cosas en tu contra, pero ahora quiero pedirte perdón y estar en paz contigo” – los dos ancianos se abrazaron y canuto se empezó a dirigir hacia la puerta, y cuando estaba a punto de salir. Don jacinto, lo llamó y le dijo: “Ah canuto una cosa más: Si salgo de esta, nada de lo que te dije vale”
¡Reconciliación en la familia! Qué hermosa es cuando se logra. Tal vez se trata de tus padres, de algún hermano o hermana, tía o tío, primo o prima, sobrino o sobrina, o alguien en tu familia cercana o extendida. Quizá hace años que no hay ese acercamiento por un conflicto del pasado, pero por algo que tu les hiciste. Y a veces ha pasado por tu mente la idea de ir en busca de la reconciliación, pero piensas no va a funcionar, no vale la pena, me van a rechazar, no creo que me perdonen, no creo que se pueda lograr, es inútil, no será de ningún provecho.
La Biblia nos enseña que la reconciliación si vale la pena y sobre todo cuando tu has sido el ofensor. Cuando tu has hecho daño a alguien de tu familia. Cuando tus palabras o tus acciones causaron ruptura en las relaciones. La Biblia dice adelante, levanta ese teléfono y marca, escribe esa carta, haz esa visita, que tanto tiempo has pensado en hacerla no has reunido el valor para hacerlo.
Hoy estaremos considerando la reconciliación de dos hermanos que estuvieron distanciados como por 30 años y cómo el que había ofendido llevo a cabo su acercamiento para la reconciliación. Esta historia se encuentra en el libro de Génesis de los capítulos 25-33.
1.Como ustedes recordarán Dios le prometió a Abraham una gran descendencia y le dio un hijo llamado “Isaac”
2.Isaac se casó con Rebeca y tuvieron unos gemelitos que se llamaron Esaú (el primogénito) y Jacob
3.Desde el vientre de su madre había conmoción y se decía que había una lucha de dos pueblos dentro de ella.
4.Esaú era cazador, hombre del campo, pero Jacob era muy tranquilo que le gustaba estar en la sombra. Esaú era el orgullo de su padre y Jacob el de su madre. (Ya desde allí empezaba la división en esa familia).
5.Esaú era el primogénito, esto quería decir que debía recibir una doble porción de la herencia paterna, tenía el derecho de ser la autoridad en la casa cuando el padre muriera. Esaú en un arranque impetuoso renuncia y menosprecia su primogenitura por un plato de potaje.
6.Cap. 27 – Ya pasaron varios años e Isaac era un ancianito que había perdido la visión y ya vislumbrando la inminencia de su muerte, llamó a su hijo Isaac para que le diera la bendición antes de morir. La bendición del padre en esa época era como una especie de profecía de lo que habría de pasar con la persona. Era algo sumamente importante, un privilegio reservado para los hijos primogénitos.
7.La cosa era todo un ritual, Esaú debía ir al campo, cazar y venir y cocinar el guisado favorito de su padre y luego recibiría la bendición.
8.Rebeca escuchó todas las instrucciones y llamó a Jacob, su preferido, escúchame y tu recibirás la bendición. Jacob siguiendo las instrucciones de su madre engaño a su padre para que le diera la bendición.
9.En la bendición le dijeron esto: “Sirvante pueblos y naciones se inclinen a ti; sé señor de tus hermanos y se inclinen ante ti los hijos de tu madre”.
10.Esaú llegó luego y ya le habían ganado la bendición. Esaú odió por esto a su hermano y dijo en su corazón: “llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob”
11.Rebeca cuando escucha esto envía lejos a Jacob para que salvarlo de la ira de su hermano Esaú.
Una relación rota. Por el engaño, por la mentira, por la astucia mal encaminada. A Jacob le ocurren muchas cosas en su vida, pero llegó el momento que más temía, después de cómo 30 años, cuando el ya tenía riquezas e hijos, llegó el momento de enfrentar a su hermano. Envió unos mensajeros para indicar a su hermano que él estaba viniendo. Los mensajeros regresaron y le dijeron: “vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él”.
“Jacob entonces tuvo gran temor” – no se como estarías tu, sabiendo que le defraudaste a tu hermano, que lo ofendiste en su honor, en su dignidad. ¿Cómo estarías si te dice que vienen con cuatrocientos hombres a recibirte?
Es aquí donde las acciones de Jacob, nos pueden ayudar para los que queremos buscar la reconciliación aun cuando fuimos los que ofendimos:
I.Tienes que depender de Dios.
Génesis 32: 9, “Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová . . .menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo . . .tu has dicho “yo te haré bien y tu descendencia será como la arena del mar”
•Tienes que depender en Dios. Lo que ocurra está fuera de tu control. El resultado de los esfuerzos tienes que confiarlo en Dios.
•El éxito está en la fidelidad, no en el resultado. Busca la reconciliación dependiendo en Dios.
II.Tienes que lubricar el ambiente.
•Le envió un regalo a su hermano: 200 cabras, veinte machos cabríos, 200 ovejas y veinte carneros. Y los fue enviando por oleadas.
•Su pensamiento era: “apaciguaré su ira con el presente que va delante de mí, y después veré su rostro; quizá le seré acepto”.
•Preguntate cómo podría ir apaciguando la ira de la persona a quién ofendí. Busca maneras de congraciarte con aquel familiar con quien tienes el alejamiento. Quizá enviarle un regalo para su cumpleaños, buscar maneras de favorecerlo en algún asunto. Cosas que muestren tu cambio de actitud y tu disposición para reconciliarte.
III.Tienes que mostrar profunda humildad.
•En todo este tiempo Jacob mostró profunda humildad. El lenguaje que siempre usó fue el de un siervo hacia su señor. Las ovejas que Jehová a dado a tu siervo. Cuando por fin llega el momento del encuentro organiza su campamento: el va delante, despúes los hijos de su concubina, luego los hijos de lea y por útimo Raquel y José. Y se inclinó a tierra siete veces hasta que estuvo cerca de su hermano.
•Cuando buscas reconciliación tienes que mostrar humildad. Reconocer tus faltas honestamente, sin excusas, sin racionalizaciones. Mostrar el arrepentimiento que tienes por tus acciones o palabras del pasado. La otra persona debe entender que tú te humillas hasta lo más profundo porque estás arrepentido de lo que hiciste en el pasado.
Escuchen lo que pasó Gen. 33:4 “Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, se echo sobre su cuello, y le besó y lloraron”.
No es otro final feliz de un cuento de hadas. Ciertamente no todas las historias terminarán así. Pero no pienses, no va a funcionar, no tiene caso, para qué intentarlo. Hay por lo menos, dos razones para buscar la reconciliación
1.En la búsqueda de la reconciliación conocerás a Dios
El angel de Peniel
2.En la búsqueda de la reconciliación afectarás positivamente a la siguiente generación
RECONCILIATE, NO ESPERES MÁS. DIOS QUIERE QUE LO HAGAS. HAZ SIDO LLAMADO A RECONCILIARTE.