“SIRVE”
Intro. Hemos estado hablando de cómo nuestra relación con Dios tiene todo que ver con nuestra relación con las personas. Se nos decía que una buena relación vertical debe dar como resultado buenas relaciones horizontales. Y una buena relación horizontal es la evidencia de una buena relación vertical. Se nos enseñó también que si trato a los demás como he sido tratado por Dios, esto implica que debo perdonar. Puesto que he sido perdonado, también debo y puedo perdonar a los que me hacen mal. Debo tratar a los demás como Dios me ha tratado.
Hoy, siguiendo con esta misma línea de pensamiento, hablaremos de otra de esas actitudes horizontales, que se basa, se funda y se sustenta en tu relación vertical: El Servicio. La semana pasada era perdona; está semana es sirve.
Definamos servicio de una manera muy concreta y sencilla: “Ver una necesidad y suplirla; ver algo que necesita hacerse y hacerlo”.
1.Llegas a tu casa, después de un día de trabajo, ves zapatos tirados en el camino. Piensas: “alguien debía recoger esos zapatos”. Recuerda servicio es “ver algo que necesita hacerse y hacerlo”.
2.En tu centro laboral, hace tiempo están esas cajas estorbando el paso. Todos pasan a un lado, al otro, inclusive por encima o a través de ellas, y todos piensan, “alguien debería quitarlas de aquí; ¿dónde están los responsables?” – El servicio dice: “algo necesita hacerse, hazlo”
3.Un matrimonio tiene necesidad de realizar cierta actividad por las noches, pero no pueden porque no tienen con quien dejar a sus hijos. Tu tienes ese día libre, es tu día libre, sí podrías hacerlo, pero . . . es tu día libre. Piensas: “alguien debería ayudar a estas personas” – El servicio dice: “ves una necesidad, súplela”.
4.Ver una necesidad y suplirla, ver algo que necesita hacerse y hacerlo.
Pero ¡Qué difícil! ¿Por qué será más fácil dejar los zapatos regados, las cajas estorbando y disfrutar tu día libre sin pensar en los demás? Porque tenemos un problema fundamental en nuestro corazón. Nuestro corazón necesita estar en sintonía con Dios para poder realizar lo imposible.
Tenemos un problema en nuestro corazón que se manifiesta de varias maneras pero aquí hay tres manifestaciones muy comunes:
Enemigos del Servicio:
1.El egoísmo “Yo primero”
2.El orgullo “Yo soy mejor”
3.El rencor “No lo mereces”
Pero Dios envió a Jesucristo para que él nos liberara de estos enemigos que salen de nuestro corazón y nos renovara de dentro para afuera. Por eso, el creyente, que está conectado con Cristo, por la gracia que experimenta en su vida, puede sobrepasar estas manifestaciones y cambiarlas por el servicio.
Los creyentes en Galacia tenían problemas entre ellos. Unos pensaban que aunque Cristo había venido y había hecho su obra de salvación, todavía necesitaban obedecer los mandamientos de la ley de Moisés para que Dios los aceptara como hijos. Pensaban: “Si no obedecemos la ley de Moisés, Dios no nos aceptará”. Por otro lado, los que decían que entendían el evangelio, (quizá una minoría) creían que Cristo los había hecho libres de la ley de Moisés, puesto que él la cumplió perfectamente, y ya no tenían que preocuparse por ella. Y en su afán de libertad, estaban yendo al extremo del libertinaje. El Apóstol Pablo en Gálatas 5, les dice estas palabras:
“Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor. En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Pero si siguen mordiéndose y devorándose, tengan cuidado, no sea que acaben por destruirse unos a otros”. (Gálatas 5:13-15 NVI)
Hay varias cosas que queremos subrayar de este pasaje:
1.Cristo nos hizo libres de la condenación de la ley, pero no para hacer lo que nos de la gana.
2.La manera como evitamos seguir nuestras pasiones es SIRVIÉNDONOS CON AMOR.
La manera de no volverme orgulloso, egoísta, rencoroso es sirviendo.
3.El servicio con amor es la evidencia de que amo a Dios.
Toda la ley se resume en el mandamiento: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
4.El servicio evita que nos destruyamos unos a otros.
Dios nos dice: “Puesto que tienes una relación conmigo: Sirve”
1.Sirve a tu cónyuge
2.Sirve a tus hijos.
3.Sirve a tus hermanos
4.Sirve a tus padres
5.Sirve a tus compañeros de trabajo
6.Sirve a tus vecinos
7.Sirve a tus conciudadanos.
“Ves una necesidad, súplela, ves algo que necesita hacerse, hazlo”
Te preguntarás: Está bien, debo servir, pero ¿Hasta qué punto? ¿Hasta dónde? ¿Y mi dignidad? ¿No pensará que soy débil?
Se que tu caso es difícil, complicado y no es mi intención decirte específicamente qué hacer. Pero te muestro algo tremendo que hizo Jesús.
Era el último tiempo con sus discípulos antes de enfrentar la crucifixión. Era la última cena. Allí estaba Judas, el traidor; allí estaba Pedro que le iba a negar en breve; allí estaban los demás que serían cobardes en unas cuantas horas.
“Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía, así que se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a sus discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura” (Juan 13:3-5 NVI)
•Era su momento, “Todas las cosas estaban bajo su dominio”. Su origen y su destino estaban seguros “venía de Dios e iba a Dios”. Allí estaban los traidores, los cobardes y los que negarían. E hizo algo impresionante: “Les sirvió”
•Luego, les dijo:
“[. . .] ¿Entienden lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes […] ¿Entienden esto? Dichosos serán si lo ponen en práctica” (Juan 13:12-17 NVI)
•No conozco tu caso, el Señor sí. ¿Cómo puedes aplicar el ejemplo de Cristo a tu situación? Cómo puedes ver una necesidad y suplirla, ver algo que necesita hacerse y hacerlo.
•La Biblia dice que seremos dichosos si ponemos esto en práctica. Te estarás pareciendo cada día más a Jesús quién sirvió al traidor, al que lo negó, y a los cobardes.
Conclusión: Dios, yo y los demás: El servicio. Ver una necesidad y suplirla, ver algo que necesita hacerse y hacerlo. Cristo nos ha servido, por lo tanto podemos y debemos servir a las personas. Tu relación con los demás, es una evidencia de tu relación con Dios. “Dichoso serás si pones esto en práctica”.