Introducción:
Quiero hablar en este día acerca de la libertad en Cristo y cómo vencer algunos hábitos que creamos aun siendo cristianos. Me gusta como lee los versos en la NIV. Gálatas 5:1, “Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, mantenganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud”. Luego en 2 Pedro 2:19 dice, “Les prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, ya que cada uno es esclavo de aquello que lo ha dominado”.
Muchas de las veces cuando hablamos de temas que tienen que ver con libertad pensamos que es un buen mensaje para el drogadicto o para el alcohólico. Decimos es un buen mensaje para ellos. Pero hay personas que son esclavos al trabajo, otros a los celos, algunos al chisme, etc.
Hoy yo quisiera mirar algunos hábitos negativos que tenemos en nuestras vidas que necesitan ser quebrados, en el nombre de Jesús.
Hay algunas preguntas que quisiera hacer. La primera:
I. ¿Cómo identificamos un hábito?
a. Un habito negativo controlante es algo que te encuentras haciendo aunque es destructivo sea física, mental, emocional, relacional o espiritualmente hablando. O quizás, algo que consistentemente haces aunque no lo quieres hacer; te encuentras haciéndolo como quiera.
b. Pablo decía en Romanos 7:15, “No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco”.
Hay que entender el dilema como Pablo lo entendió. El tenía buenas intenciones pero luchaba con é mismo. Hay gente buena que está atada a hábitos malos. A veces, pensamos que si admitimos que tenemos un mal habito, somos menos espirituales. No seas engañado. Negar el problema es peor.
c. Hay que ser honestos. Auto examinarnos y evaluar las cosas que estas haciendo que tú detestas. Tomar un momento escribir las cosas que tu quieres tener victoria sobre eso.
II. ¿Por qué los hábitos son tan poderosos?
a. Ellos te atan muy sutilmente. Los hábitos controlantes se forman muy lentamente casi sin uno darse de cuentas. Usualmente, la persona ni sabe que ha formado un hábito en su vida. Si alguien le pregunta, ellos dice, “yo puedo dejarlo en cualquier momento. Esto no es un problema”. Los hábitos son como un cable. Cada día hacemos algo en un patrón, ínter lazamos una cuerda con la otra. Mientras las cuerdas se van ínter lazando, el cable se va formando. Cualquier día normal, las cuerdas eran muy pequeñas, tal vez, para darnos cuenta. Pero pasando el tiempo, mientras se van cociendo juntas, nos damos cuenta que se han convertido en un cable que no se puede romper. Es con el tiempo que los malos hábitos se convierten en casi indestructible. Los malos hábitos son como las buenas camas: fácil de meternos en ellas, pero difícil de salir de ellas. Ilustración: La persona que es adicta a los cigarrillos no es adicta el primer paquete. Toma tiempo y más tiempo, fumar y más fumar hasta que el cuerpo es dependiente de la nicotina. Los hábitos se forman voluntariamente. La persona ha entregado su voluntad al hábito tantas veces que se convierten en adictos.
b. No solamente atan muy sutilmente, sino que quiebran tu voluntad. Los hábitos rompen tu voluntad. El momento que tu permitas que un habito te controle, la Biblia dice que, “eres esclavo de aquello que te domina”. El habito de quiebra al punto que ya tu no tratas de resistir porque piensas que no puedes romperlo. La actitud viene a ser, “para que tratar si voy a regresar a lo mismo”. El hábito te rompe la voluntad de pelear. Ilustración: Escuche una historia de cómo es que los elefantes entra en captura. ¿has alguna vez ido a un circo y has visto un gran elefante con una cuerda pequeña atando su tobillo? ¿has alguna vez pensado, esperate un segundo? Físicamente hablando, ¿Cómo va ser que este elefante este atado por esta cuerda tan pequeña? ¿has pensado como es que un elefante tan grande puede ser contenido en un lugar por algo que no tiene el poder para contenerlo? Así es como funciona. Cuando los entrenadores doman al elefante bebe, ellos le ponen una cadena bien pesada en el tobillo y lo cimientan en la tierra. día tras día, el bebe trata de escaparse pero no puede. Después de tanto luchar, se rinde y deja de pelear. Simplemente, no puede desatarse de las cadenas que lo atan. El resuelve en su mente que no hay manera de escaparse. El dice nunca seré libre. Entonces al pasar el tiempo, reemplazan la cadena pesada con una cuerda. Si el elefante abriese sus ojos, podrá ver que solo tiene que tomar un paso y será libre. Pero el no sabe y se mantiene atado. Esta atado a algo que en si, no tiene poder sobre él sino el poder que él le permite.
c. ¿Por qué son tan poderosos?, destruyen tu vida. Cuando se establecen, se convierten en fortalezas y dominan, no solo tu voluntad, sino que también tu vida. ¿Cuántos matrimonios no han sido rotos por los hábitos? ¿Cuántas familias no han sido divididas por los hábitos? ¿Cuántos trabajos no han sido perdidos por los hábitos? ¿Cuántas relaciones no han sido destruidas por los hábitos? ¿Cuántas enfermedades no han surgido por los hábitos?
III. ¿Cómo podemos ser libres?
Hay recordar lo que dice 1 Corintios 10:13, “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejara ser tentados mas de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. Dios te dice que con la situación El provee la victoria.
a. Primero, admite que tienes un problema. Todo comienzo con la confesión. Aceptando la responsabilidad del problema. Tú no podrás tener victoria si no admites que hay un problema.
b. Depende del poder de Dios para combatir los hábitos. Filipenses 4:13 dice, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Cuando se habla de la libertad, Cristo puede hacer en un momento lo que a los doctores le cuestan ser en una vida entera. El es nuestra fuente de poder. No trates de hacerlo solo con tus propias fuerzas. Depende de El y tendrás la victoria.
c. Los malos hábitos tienen que ser reemplazados por buenos hábitos. En Números 33 Dios le dice a Moises que ellos tenían que sacar a los bárbaros de la tierra sino ellos iban a ser piedra de tropiezo. Si nosotros no sacamos lo que hay mal primero, lo bueno que tratemos de meter se va a ligar y tarde o temprano, lo malo lo vencerá. Reemplaza con buenos hábitos tales como: Memorizando versos bíblicos. Hebreos 4:12, Salmo 1:1-3, etc.
d. Busca el apoyo de otros. Es importante el congregarse. Es importante el orar el uno por el otro. En la unión hay fuerzas tremendas.
e. Tómalo un día a la vez. Recuerda, “TODO LO PUEDES EN CRISTO, QUE TE FORTALECE”.
Conclusión
No dejes que los hábitos de la vida te dominen. Ellos te destruirán. Ellos te harán pedazos. Deja que Cristo te haga libre. Y seréis verdaderamente libres.