La viña y su amo
Isaías 5.1-7
Lectura paralela: Juan 15.1-8
INTRODUCCIÓN
Este es uno de los hermosos cantos que encontramos en Isaías. El canto de la viña trató de demostrar, en tiempos del profeta, el cual la relación entre el pueblo y su Dios. Hoy día, Dios continúa relacionándose con su pueblo: la iglesia de Cristo. Como en toda relación, siempre se espera algo; en las relaciones humanas esto es así, y negarlo sería un contrasentido. ¿Qué se espera de nuestra relación con Dios? Esta e una pregunta cuya respuesta es clara en este canto. Como en toda relación, también, siempre es uno quien toma la iniciativa, y bien sabemos que en nuestra relación con Dios, él tomó la iniciativa. ¿Qué espera Dios de nosotros? Veámos...
I. EL AMO DE LA VIÑA Y SU ESPERANZA. Vv.1-2
Toda esperanza tiene un fundamento...
1. Fundamento: el amor
a. Ladera fértil. V. 1b (Canaán: tierra de leche y miel)
b. Cercado. V.2ª (ubicación, protección)
c. Despedregado. V.2b
d. Vides escogidas. V.2c
e. Torre. V.2d (Protección y vigilancia)
f. Lagar. V.2e (Máxima muestra de esperanza)
2. La esperanza: que dé buen fruto. V. 2f
II. EL AMO DE LA VIÑA Y SU FRUSTRACIÓN Vv. 2g-4
1. Esperanza frustrada: uvas hediondas. V. 2g
2. Apelación del amo de la viña:
a. Convocación de testigos. V.3
b. Su defensa. Vv.4
III. EL AMO DE LA VIÑA Y JUICIO Vv.5-7
1. Obvio fallo de los testigos (El silencio de los testigos lo dice todo)
2. Sentencia:
a. Quitar el vallado para que sea comida de animales. V.5ª
b. Aportillar el muro para que todos la pisoteén. V.5b
c. La dejará desierta, abandonada. V.6ª
d. No será podada ni desyerbada. V.6b
e. No lloverá sobre ella. V.6c
3. Presentación de los acusados: Israel que no dio fruto de justicia. V.7
CONCLUSIÓN
Dios nos ha dado muestras de su gran amor: nos ha puesto en una ladera fértil como lo es nuestro país, nos ha cercado protegiéndonos, nos ha despedregado: quitado de todo obstáculo que impida nuestro crecimiento; somos sus vides escogidas; nos edificó una torre para vigilarnos y protegernos: a Cristo Jesús y su Palabra. Es más Dios tiene listo un lagar para recoger el vino que los Bautistas vamos a dar. ¿Tiene o no tiene Dios el derecho de esperar fruto? Claro que sí. No frustremos su esperanza: la cosa no es tan solo no dar, sino dar frutos hediondos. Porque el juicio contra el Israel improductivo se torna en una advertencia hacia nosotros: destrucción, desolación, escarnio.