LA AGENDA DETRÁS DE LA PASIÓN DE CRISTO
Tito 2:11-15
INTRODUCCIÓN
Cambio. Todo el mundo habla del cambio. La gente vive impulsada por un deseo de cambiar. En el interior de todos los seres humanos existe un deseo de no permanecer iguales; tenemos una insatisfacción del estado en que se encuentran las cosas. Es por ello que nos disgusta la monotonía y buscamos la variedad. Variedad es cambio. Un ejemplo de esto es el 31 de diciembre, una fecha cuando las personas se proponen realizar cambios en sus vidas, cambios que apuntan a una nueva dirección, nuevas metas, nuevos destinos, y nuevos sueños por alcanzar.
Pero no solo en el nivel individual existe el deseo de cambiar. Todo lo que está a nuestro alrededor está dirigido por un deseo de cambiar. La escuela es una institución destinada para lograr cambios en la sociedad a través de la educación de los niños y jóvenes. Los políticos también están interesados en el cambio, pues lo toman como bandera para postularse a ocupar algún puesto de elección. El gobierno, y particularmente el actual habla de los cambios que se han llevado a cabo. Las próximas elecciones a alcaldes y diputados será una oportunidad para producir un cambio en nuestro estado. Hablando de asuntos personales, organizaciones como AA, NA y Comedores Compulsivos también pretenden tienen como metas más altas que las personas realicen cambios importantes en algunos hábitos considerados nocivos para la salud.
Las religiones también están interesadas en el cambio. Nuevas o antiguas, sus metas incluyen que las personas sean diferentes, sean mejores, aunque entre ellas difieran en el cómo. En fin, el cambio es una preocupación que está siempre en la mente de la gente, ya sea religiosa o no.
En estos días cercanos a los eventos de la llamada Semana Santa, queremos ver a la luz de la Palabra de Dios, lo que significa realmente eso que llamamos evangelio. Como ustedes saben finalmente llegó la película “La pasión de Cristo” a Mérida. Quienes la han visto aseguran que fue una experiencia muy conmovedora. Se comenta que muchas personas salen del cine llorando por las escenas tan impactantes que muestran los sufrimientos de las últimas horas de Cristo antes y durante su crucifixión.
La gente sale conmovida por los sufrimientos horrorosos que tal vez jamás hayan visto, y lo más probable es que ahora tengan una perspectiva más a la mano de los eventos de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo.
Pero a mi gusto, hay la posibilidad de un problema, que la gente piense que la pasión y muerte de Cristo se haya tratado tan sólo de una muestra de amor, una demostración de la entrega de un hombre que estuvo dispuesto a morir pro sus amigos. El peligro consiste en creer que, como algunas otras personas en otras épocas, la pasión y muerte de Cristo haya sido sólo un digno ejemplo de lo que es el amor a la humanidad.
Pensar en la muerte de Jesucristo en esos términos es opacar y distorsionar toda la obra de Dios que había planeado desde antes de la fundación del mundo. Es reducir la Gran y Máxima Historia a una historia más, aunque un poco más cruel y despiadada. Es restarle toda su fuerza y esplendor a la Obra Maestra de Dios y reducirla a un acto que otros hombres pueden imitar.
Entonces, si lo que hizo Jesús en el Calvario no fue meramente eso, entonces ¿qué significa la pasión y muerte de Cristo? ¿Qué planes tiene Dios a través de ella? ¿Me incluyen esos planes a mí? ¿Cómo puedo beneficiarme de todo eso?
El pasaje de Tito 2 nos ayuda a entender mejor cuales fueron las intenciones principales de la obra de Cristo cuando estuvo aquí en la tierra.
Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús, quien se dio a sí mismo por nosotros, para REDIMIRNOS DE TODA INIQUIDAD y PURIFICAR PARA SÍ UN PUEBLO PARA POSESIÓN SUYA, celoso de buenas obras.
Esto habla, exhorta y reprende con toda autoridad. Que nadie te desprecie.
Estos versículos dejan bien claro que la intención de Dios con la muerte de Su Hijo significan buenas noticias, pues anuncian los cambio más serios y más importantes que una persona jamás pueda llegar a experimentar en su propia vida.
I. CAMBIO EN NUESTRA RELACIÓN CON DIOS
11 “…la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación…”
13 “esperando la manifestación de nuestro Salvador… quien se dio a sí mismo por nosotros…”
Pensemos en todas las relaciones que nos rodean: amigos, padres, maestros, hermanos, colegas, conocidos, etc. Todas ellas juegan muy importante en nuestras vidas pues nos acompañan todos los días, enriquecen (o a veces complican) nuestra existencia. Sin embargo, por más importantes y placenteras que pudieran llegar a ser, ninguna de ellas es más seria que LA Relación más importante que un ser humano pueda tener: su relación con Dios. Nuestra relación con Dios es la más importante pues es ella la que decide determinantemente el destino final de nuestras almas. Uno puede pasarse toda esta vida en enemistades con los amigos y familiares, y al final de cuentas salir bien librado; pero es imposible vivir estando en enemistad con Dios. El pecado contra Dios es un asunto serio, es una ofensa eterna contra un Dios que es santo, puro y apartado de todo mal.
La Biblia enseña que el castigo por el pecado es la muerte, la separación de Dios en espíritu, para vivir eternamente lejos de la presencia de Dios, condenados para siempre. El pecado no sólo es un estorbo entre Dios y nosotros, sino una gigantesca muralla que nos separa de Dios. Cada pecado, cada rebelión, cada ofensa nos aleja más y más quedando a la deriva y perdiéndose más en el océano.
El pecado es esclavitud. Jesús dijo: el que comete pecado es esclavo del pecado. Al pecar, la gente se encadena más fuerte, se encierra y aleja más de Dios. Se vuelve más y más insensible a la voz de Dios a través de la conciencia. Se vuelve más tolerante a aquello que Dios detesta con toda su alma. SE vuelve más y más esclavo a sus propias pasiones, deseos y mentiras.
Así que la obra de Cristo son buenas noticias: salvación a personas todos aquellos que viven en una desesperada necesidad de ser perdonados por Dios, a quien han ofendido seriamente.
Cristo vino para reunirnos de nuevo con Dios, vino a restablecer la relación original que el hombre tenía con Dios en el jardín de Edén. Con su muerte, Cristo pagó la ofensa gravísima que hemos cometido contra Dios. En la cruz, Jesús sufrió la descarga de la ira de un Dios que no tolera lo mínimo de pecado. Jesús padeció y sufrió una muerte espantosa debido a la gravedad de mi relación con Dios. La Biblia enseña que las personas que fuimos creados para entender y darle sentido a la vida de acuerdo con la luz de la Palabra de Dios. Dice que fuimos creados para reflejar su carácter; dice que fuimos creados para honrarlo, adorarlo, servirlo y vivir la vida teniéndolo a Él como la fuerza móvil. Pero el pecado ha puesto de cabeza todo esto. En lugar de entender esta vida a la luz de sus mandamientos, a la luz de cómo él interpreta nuestro mundo, hemos decidido seguir nuestros propios pensamientos; en lugar de seguir y obedecer sus deseos para nosotros, hemos decidido vivir para nuestras propias metas, sueños y planes, haciéndolo a él a un lado. Es claro que nuestra relación con él está no sólo mal, sino totalmente destruida, en enemistad, y por ende, en grave peligro de quedar condenado para siempre.
Es imposible vivir en paz en esta vida estando en enemistad con Aquel que es el Creador y el que Sostiene too lo que existe. Es imposible vivir en paz en esta vida estando en enemistad con Aquel que sabe con suma precisión cada uno de nuestros pensamientos, actitudes, palabras que lo han ofendido. Es imposible vivir en paz en esta vida estando en enemistad con el que un día se levantará como el Juez justo de todos los hombres y que ha dicho que no declarará inocente al culpable.
Pues a través de su muerte, Cristo pagó la deuda impagable que teníamos con Dios. Destruyó la muralla que nos separa eternamente de Dios. Con su muerte, Cristo nos lleva hasta la presencia de Dios y por la fe nos ha convertido en hijos de Dios.
Cristo altera radicalmente la condición de un pecador culpable ante Dios. Al morir y sufrir el castigo en mi lugar, ahora estoy en una nueva relación con Dios. Ya no más soy su enemigo, ahora soy su hijo. Ya no estoy solo, él está conmigo como un Padre amoroso. Dios ha extraído el corazón duro y terco que nos gobernaba y ahora nos ha dado un nuevo corazón que está dispuesto a buscarle, a adorarle en cuerpo y alma, que busca conocerle para obedecerle. Mi destino final también ha sido cambiado: ya no hay condenación para aquellos que tienen la vida de Cristo en ellos. El creyente arrepentido sabe que un día estará para siempre con el Señor, para siempre, cerca, junto a él.
Con razón Cristo estuvo dispuesto a morir por los pecadores.
II. CAMBIO EN NUESTRA CAMINAR DIARIO ANTE DIOS
Nos enseña: enseñar es instruir, es entrenar para hacer algo.
Salvación: no meramente un evento pasado, sino un cambio radical que tiene efectos cada día.
A. Decir no
a. a la impiedad: la disposición básica de una vida ajena a Dios; a ignorar voluntariamente su presencia en mi mundo.
i. Es una falta de temor, reverencia a Él. Es un abandono básico de él, de sus deseos, de sus mandamientos, de su verdad.
ii. No nos importa su gloria, su santidad, su plan.
iii. Es un hábito, una disposición natural. Nacemos con esa tendencia.
b. a los deseos pecaminosos: lo que Dios me prohíbe tener, y los deseos que me controlan.
i. Efe. 2:3 Vivíamos controlados por los deseos de nuestra naturaleza pecadora.
ii. Stgo. 4 Dice que son las pasiones (deseos) y pensamientos lo que controla la conducta de la gente. Deseas algo y no te detienes hasta alcanzarlo. No es el ambiente, el pasado, tus genes, tus necesidades.
iii.Los deseos de la naturaleza pecaminosa se manifiestan en una variedad de malos frutos Mar. 7:21-23 y Gál. 5:16-21
iv. “Los que siguen los corrompidos deseos de la naturaleza humana desprecian la autoridad del Señor” 2 Pedro. 2:10
v. Principio de la influencia inescapable: todo aquello que controle tu corazón ejercerá una influencia inescapable sobre tu conducta y tu vida.
c. Dios nos pone su gracia a nuestro alcance para que podamos renunciar a vivir de esta manera. Dios nos llama a romper con este estilo de vida, porque él ha roto el poder del pecado en nuestra vida.
B. Decir sí
1. Muchos piensan que la vida cristiana consiste principalmente en seguir una serie de prohibiciones. La gente nos pregunta: en tu iglesia, ¿te permiten- les prohíben- hacer X cosa? ¿puedes hacer esto o aquello? Tienen una mentalidad de que sólo estamos para obedecer ciegamente listas de prohibiciones. Es cierto que hay prohibiciones debido a que nuestra tendencia natural es a satisfacer los deseos y pasiones, y para ello necesitan un freno. Ej. 10 mandamientos (8 son prohibiciones) y varios textos distribuidos en toda la Biblia.
2. Sin embargo, la nueva vida en Cristo también consiste en expresiones positivas del carácter cristiano, como el fruto del E.S.:amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe mansedumbre, autocontrol. Pablo introduce un concepto interesante para entender la dinámica de la vida nueva en la que Dios nos va transformando usando una comparación con una situación cotidiana: desvestirse y vestirse. Efe. 4:22,24: Por eso, deben ustedes renunciar a su antigua manera de vivir y despojarse de lo que antes eran, ya que todo eso se ha corrompido, a causa de los deseos engañosos. 23Deben renovarse espiritualmente en su manera de juzgar, 24y revestirse de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se distingue por una vida recta y pura, basada en la verdad.
3. Un autor comenta que para entender mejor esta doble acción podemos pensar en las dos hojas de una tijera. Sabemos que con una sola no puede hacer el trabajo para lo que fue diseñada. Se necesitan las dos, al mismo tiempo trabajando juntas para lograr resultados. Así es en al vida nueva: debemos ocuparnos en despojarnos de la antigua manera de vivir e ir vistiéndonos de la nueva naturaleza que tenemos en Cristo. Una cosa sin la otra no funciona.
4. Unas personas se enfocan casi únicamente en despojarse: dejar de hacer lo malo, pero no se enfocan en hacer lo que Dios manda. Y aquí hay tres áreas básicas. La gracia de Dios ha aparecido para que podamos decir sí a tres virtudes elementales:
a. Vivir con dominio propio (sobria). Esta es la dimensión personal, individual. Es vivir restringiéndonos, absteniéndonos de algunas cosas con tal de agradar y honrar a Dios.
b. Vivir en rectitud, con (justicia). Esta es la dimensión interpersonal, la del contacto con los demás, tratándolos como queramos que ellos nos traten a nosotros.
c. Vivir en piedad, con devoción a Dios. Esta es la dimensión vertical, en relación con Dios. Es vivir para su gloria, para sus propósitos, para sus planes, para su voluntad.
CONCLUSIÓN
¿Se da cuenta? Cristo no vino únicamente o principalmente para mostrarnos cuánto amor tiene por los pecadores, sino para transformarnos, para colocarnos en una nueva relación con Dios, y para que esa nueva relación se observe en una manera de vivir, sentir, pensar y actuar que lo honren. Vino a cambiarnos. (Llamado al arrepentimiento y la fe en Cristo)
Cristo vino a formar un pueblo conformado de personas transformadas para sí mismo que le sirva, que le glorifique, que refleje su carácter, que lo obedezca, que muestre al mundo entero su grandeza, su majestuosidad, su perfección.
Con razón Pablo le dice a Tito que este debe ser EL tema de su ministerio. La gracia ha aparecido para cambiarnos. El cambio es posible porque El Rey ha llegado. Hay esperanza.
Que en estos días en que se comenta el impacto de la película, Dios mueva nuestros corazones a dejarnos cada día que Dios nos purifique hasta que Él venga por nosotros.