LLAMADOS A SERVIR AL NECESITADO
Mateo 25:31-46
INTRODUCCIÓN
A. Según recientes datos alentadores del gobierno federal, entre 2000 y 2002, más de 3 millones de mexicanos salieron del nivel de pobreza extrema. El número de mexicanos en condición de extrema pobreza disminuyó de 24.2 a 20.3 por ciento y la pobreza considerada moderada bajó de 53.7 a 51.7 por ciento, de acuerdo al informe. En pocas palabras, uno de dos mexicanos son –mejor dicho- somos pobres. También, según ese reporte, la pobreza extrema en 1996 era de un 37 por ciento, algo más o menos a más de 34 millones de personas en ese nivel. Hoy escuchamos que nuestro país ha logrado avances en salud, nutrición y educación.
B. De acuerdo con las mismas palabras de nuestro Presidente, la pobreza es el desafío más importante y más necesario de México y es un problema que no tolera indiferencia y no admite ocultación ni fingimiento.
C. Bien, esas son cifras que nos ofrecen un retrato de una parte de la cruda realidad de nuestra sociedad a la que hemos sido llamados a servir por amor de Jesús. Como cristianos tenemos el encargo de servir a la gente necesitada. Somos enviados también a mostrar compasión hacia aquellos que de forma temporal o más permanentemente se encuentran en situaciones materialmente difíciles.
D. A partir de la última tercera parte del siglo anterior se presentó el evangelio de la prosperidad, la creencia equivocada que anuncian muchas iglesias carismáticas de que ni la pobreza ni la enfermedad –y en general ninguna necesidad económica o física- son parte del plan de Dios para los que vienen a Cristo para la salvación. Es cierto que en Cristo tenemos promesas en las que el Señor nos asegura que él ha de proveernos de lo necesario; él es nuestro proveedor y ha prometido no abandonarnos en nuestra necesidad; sin embargo, nunca, en ninguna parte de las Escrituras se les ofrece a los creyentes una vida por encima de ese nivel.
E. Si el evangelio de la prosperidad es un engaño, o al menos, un error, ¿cúal debe ser nuestra actitud ante la gente necesitada? ¿Cuál es nuestro deber ante nuestros hermanos en alguna necesidad?
F. El texto que leímos nos ofrece tres grandes enseñanzas acerca de ayudar a los necesitados.
1. SERVIR AL NECESITADO NOS IDENTIFICA CON EL CARÁCTER Y EL ACTUAR DE DIOS.
A. En el pasaje de Mateo podemos descubrir cuál es la razón definitiva por la que el Señor recompensa o castiga a estos dos grupos de personas con las que está hablando. ¿Qué hizo la diferencia entre unos y otros? Bien, es claro que se trata de obras de misericordia que les fueron hechas o negadas a los suyos; en última instancia les fueron hechas o negadas en última instancia a Él mismo. Jesús deja sin dudas que el obrar a favor o en perjuicio de los suyos, de sus hermanos, de sus pequeños, tiene repercusiones directas en él. Pero, ¿por qué el Señor actúa de esta manera?
B. No es difícil entender que en la Biblia vemos a Dios identificarse de una manera particular con la gente necesitada: Dice el Salmo 68:5 Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada. El Salmo 10:14-18 también dice: Ciertamente tú ves el maltrato y la provocación; los miras para dar la recompensa. A tus manos se abriga el desdichado; tú eres el amparo del huérfano. El deseo de los humildes escuchas, oh Jehovah; tú dispones sus corazones y tienes atento tu oído, para juzgar al huérfano y al oprimido, a fin de que el hombre de la tierra no vuelva más a hacer violencia.
C. Por diferentes razones, en algún rincón oscuro de nuestro corazón, a la gente le incomoda la gente menesterosa. Los pobres, y en general, los que sufren alguna necesidad apremiante, los percibimos como gente incómoda. Y el rechazo de los demás por la condición externa es un elemento extra que la persona necesitada debe soportar. Es por eso que debe llamar nuestra atención que Dios no se avergüenza de ponerse delante de estas personas y autonombrarse Padre y Defensor de ellos.
D. La misma vida terrenal del Verbo hecho carne nos confirma esta identificación que Dios hace con los necesitados. Nuestro Señor se hizo pobre –siendo rico; se humilló, se autolimitó, se negó a sí mismo y padeció en carne propia las dificultades sociales de su época, pues sabemos que vivió en el nivel inferior de una atrasada sociedad agrícola.
E. Pero, ¿cuál podría ser una de las razones por las que el Señor se identifique con el necesitado? Bueno, puede ser que como esta gente tienen mayores carencias, están sufriendo y tiene muy pocos recursos para aliviar su situación, esta gente representa el grupo de personas en las que él se glorifica en gran manera, pues su bondad se hace más claramente visible. Pablo dice que el poder de Dios se hace más evidente en la debilidad.
F. En medio de un mundo materialista o –en el mejor de los casos- generoso por conveniencia- vemos a Dios complaciéndose en desplegar las riquezas de su gracia especialmente hacia aquellos que están en mayor miseria y aflicción.
G. Y eso es lo que quiere Dios que hagamos, que lo imitemos al ser generosos y mostrar compasión con los que padecen necesidad.
H. Al mostrar compasión al hermano necesitado, estamos imitando a Cristo; estamos imitándolo en su amor verdadero y real para los que están en condiciones de necesidad; estamos demostrando el evangelio mismo, pues eso es exactamente lo que Dios hizo por nosotros al morir Cristo por nosotros, pecadores condenados a la perdición eterna.
2. SERVIR AL NECESITADO DEMUESTRA UNA FE VIVA QUE SE TRADUCE EN OBRAS DE JUSTICIA.
A. Notemos más de cerca un detalle importante del pasaje: ¿Cómo fue que el Señor asignó recompensa eterna o castigo eterno a las personas que están delante de él para ser juzgadas? Vr. 35,36; 42,43.
B. El texto nos dice que fue por haber realizado las siguientes acciones en favor de gente necesitada: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, hospedar al extranjero y visitar a los presos y enfermos. Se tratan de acciones concretas, que implican gastos, esfuerzo y tiempo. No fueron sólo palabras de ánimo, de aliento, ni tan sólo palmaditas en la espalda y los buenos deseos que las cosas mejoren. No; se trataron de verdaderas acciones en favor del bienestar de esta gente en necesidad. Van más allá de simples palabras u oraciones en su favor. Son acciones directas, efectivas y contundentes.
C. Pero entonces, se nos presenta un problema: ¿significa este pasaje que uno puede ser salvo por medio de hacer buenas obras a favor de los demás? Nos queda muy claro la salvación que recibe el pecador no depende de obras meritorias; la salvación es solamente por la gracia, mediante la fe en Jesucristo. Así que, ¿cómo podemos reconciliar esta situación? Es posible ser salvo haciendo obras de caridad? Par responder correctamente, necesitamos mirar más allá en lo que Dios nos ha revelado en su palabra. Un pasaje que es extremadamente útil para resolver esta encrucijada es Santiago 2:14-17. El apóstol pregunta:
Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma
D. A la luz de toda la revelación bíblica, sabemos que estas personas no serán salvas meramente por haber realizado estas obras a personas necesitadas. Más bien, estos actos de bondad y compasión que Dios recompensa surgieron de un corazón gobernado por el deseo de obedecer los mandatos de Dios, pues esa es la esencia de una fe viva.
E. No perdamos de vista que apenas unos versículos anteriores Santiago mencionó que la verdadera religión, la práctica de la piedad de manera pura está asociada también con la ministración a los santos en sus necesidades (1:27).
F. Entonces, tenemos en el servicio a los necesitados una enorme oportunidad para expresar nuestra fe puesta en el Señor, una fe de la que se espera que produzca más frutos en su cuenta delante de Dios. Dios nos ofrece una amplia gama de vacantes en el servicio a los necesitados que no sólo incluyen dar cosas materiales, sino que también incluye visitar a los enfermos y orar por ellos, ir a las cárceles, dar hospedaje a hermanos que lo requieran, ir a buscar a hermanos que no pueden ir a la iglesia, compartir ropa y otros bienes a los que no tienen, y varias ideas más que pueden ser de gran ayuda a gente con carencias.
G. Y aun cuando nosotros mismos podamos vernos como necesitados, también somos llamados a proveerles materialmente, aunque sea poco. Pablo nos recuerda que las iglesias de Macedonia pudieron ser capaces de ofrendar generosamente en medio de su profunda pobreza a sus hermanos pobres de Jerusalén. Imitemos la fe de la pobre viuda que entregó al Señor todo lo que tenía, a pesar de que matemáticamente era casi nada. Siempre es posible ayudar a otras personas.
1. Servir al necesitado nos identifica con el carácter y el actuar de Dios.
2. Servir al necesitado exhibe una fe viva traducida en obras de misericordia al prójimo.
Finalmente,
3. SERVIR AL NECESITADO DEBE CONDUCIRNOS A BUSCAR MÁS INTENCIONADAMENTE LOS VALORES ETERNOS Y ESPIRITUALES DEL REINO DE DIOS.
A. Leer y enterarse de las estadísticas actuales en relación con la pobreza, la enfermedad, la delincuencia, y todos los otros males sociales, debería producir en todos nosotros –no sólo en los líderes cristianos- un alejamiento de nuestra búsqueda pecaminosa de las comodidades materiales de esta vida; en otras palabras, debemos distanciarnos de los símbolos de la riqueza material que con mucha frecuencia aspiramos a obtener y que nos desvían de nuestro llamado a vivir como peregrinos y extranjeros en esta tierra.
B. Lo que quiero decir, es que mientras más tomemos en serio la condición perdida y desesperada del mundo, deberíamos sentirnos más incómodo con el desenfrenado intento de nuestra sociedad por alcanzar lujos, comodidades, ostentaciones, sobre todo en épocas particulares como la Navidad, por ejemplo. Todos estos intentos por amar más las cosas de esta vida, incluyendo a millones y millones de hermanos y hermanas en los países menos desarrollados, nos alejan de los necesitados
C. Sin embargo, no quiero que concluyan que ingenuamente creo que la solución a la pobreza es deshaciéndonos de nuestros automóviles, refrigeradores y computadoras y andar en autobús y vivir a base de una dieta de frijoles y arroz. La solución no está en tomar un voto de pobreza, ni en darles la espalda a los adelantos de la tecnología moderna. De hecho, creo firmemente que debemos usar estas cosas con un gran corazón hacia nuestro prójimo y con gran discernimiento a favor de los que menos tienen. Pero sí creo que si pasáramos un año en algún poblado pobre de nuestro estado, (o de Chiapas, Oaxaca) alguna ciudad de la India, en Cuba, o en algún país de África, cambiaría profundamente nuestra forma de ver y apreciar los lujos que gozamos en nuestro medio.
D. Como creyentes y debemos mantenernos alertas a estas realidades para no quedar entumidos por la pequeña abundancia y prosperidad que gozamos muchos de nosotros en nuestro país.
E. Servir al necesitado debe impulsarnos a la gran tarea de buscar el reino de Dios y su justicia, de poner la mira en las cosas de arriba, de hacer tesoros en el cielo, de acumular la enorme ganancia que consiste en una vida de piedad acompañada de contentamiento; servir al necesitado es un recordatorio constante de que nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Por tanto, si tenemos sustento y abrigo, vivamos en contentamiento, y en gratitud a Dios con lo que nos provee.
CONCLUSIÓN
A. En resumen:
· Servir al necesitado nos identifica con el carácter y el actuar de Dios.
· Servir al necesitado exhibe una fe viva que se traduce en obras de misericordia al prójimo.
· Servir al necesitado debe conducirnos a una búsqueda más intencionada de los valores eternos y espirituales del reino de Dios.
B. Jesús nos recuerda en Marcos 14:7: siempre tendréis a los pobres con vosotros. Y lo mismo es verdad de la demás gente necesitada. Siempre tendremos la oportunidad de servirles con desinterés, con compasión sincera y con el deseo de reflejar el amor de Dios a los suyos.
C. Dios quiere que seamos instrumentos de ánimo, esperanza y consuelo en sus tribulaciones. Dios quiere que seamos promotores activos de la misericordia hacia los que menos tienen, porque así nos ha tratado el Señor. Hagámonos la decisión firme de que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. (Gálatas 6:10) Para la gloria de Dios y el gozo de su pueblo.