Summary: Principios básicos para agradar a Dios

LO QUE AGRADA A DIOS

Miqueas 6:6-9

6¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? 7¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? 8Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. 9La voz de Jehová clama a la ciudad; es sabio temer a tu nombre.

INTRODUCCIÓN

1. Como iglesia, es nuestro deber agradar al Señor en todo lo que hagamos.

2. No podemos darnos el lujo de caminar en esta vida haciendo cosas para Dios sin considerar si son del agrado de Dios.

3. En este pasaje encontramos dos lecciones poderosas acerca de lo que es agradara Dios.

A. NUESTRO MÁS ALTO DEBER ES ADORAR A DIOS.

¿Con qué me presentaré y adoraré…daré?

1. Dios merece ser adorado principalmente por lo que Él es, y también por lo que ha hecho. Desde el inicio de la humanidad, Dios demandó que lo adoraran. Por ej. en Edén, vemos a Abel ofreciendo sacrificio a Dios, enseñanza que seguramente recibió de su padre Adán. Posteriormente a los patriarcas, Josué, Noé, etc.

2. En el libro de Levítico Dios dictó una serie de ofrendas y sacrificios que los israelitas debían ofrecer a Dios por su pecado. Los sacrificios que se mencionan aquí, exceptuando el sacrificar al hijo son ofrendas que comúnmente se entregaban al acercarse a la presencia de Disuene el templo.

3. Hoy Dios ya no espera estos tipos de ofrendas. Todo este sistema de sacrificios y ofrendas se cumplieron perfectamente en Cristo, y por tanto están abolidos. Sin embargo, sí hay un tipo de sacrificio que Dios espera de nosotros ahora que vivimos ene. Nuevo Pacto: Hebreos 13:15,16: Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. 16Y de hacer el bien y de la ayuda mutua no os olvidéis, porque de tales sacrificios se agrada Dios.

4. El principio es el mismo: Adorar es ofrecerle lo que él demanda de nosotros.

B. PARA ADORAR A DIOS HAY QUE HACERLO CON UN CORAZÓN RECTO

Él te ha revelado lo que es bueno…y lo que pide de ti… justicia… misericordia… humildad

1. Pero no todo acto de adoración es aceptado por Dios. Al igual que Abel, Caín también ofreció una ofrenda a Dios, pero fue rechazada. Los dos hijos de un sacerdote murieron fulminados por haber ofrecido fuego extraño a Dios. Dice Levítico 10: Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron en ellos fuego, le echaron incienso encima, y ofrecieron delante de Jehová un fuego extraño, que él nunca les había mandado. 2Entonces salió de la presencia de Jehová un fuego que los quemó, y murieron delante de Jehová.3Luego dijo Moisés a Aarón: «Esto es lo que Jehová afirmó cuando dijo:“En los que a mí se acercan me santificaré,y en presencia de todo el pueblo seré glorificado”».Y Aarón calló.

2. Esto nos enseña una terrible lección: es peligroso acercarnos a Dios en nuestras propias condiciones. Es altamente riesgoso tratar de acercarnos a Dios sin tomar en cuenta lo que él ha establecido. Muchos piensan que la adoración es un favor que le hacemos a Dios para que no se sienta deprimido, y que debería estar agradecido por lo que hacemos por él. Si esto no lo pensamos conscientemente, al menos eso es lo que expresamos por la manera en que decimos adorar al Señor.

3. Dios mismo es quien establece no sólo la orden de adorarlo, sino la forma y los motivos para hacerlo. Y aquí es donde debemos tener mucho cuidado.

4. Estos versículos (y muchos otros) nos enseña que de nada sirve entregarle al Señor una adoración externa cuando no proviene de un corazón recto ante él. De nada sirve cantar, leer, orar, testificar, si en realidad no estamos caminando día a día de cerca con el Señor. Es inútil hacer todo eso cuando en nuestro corazón no hay un arrepentimiento constante de lo que hacemos. Este es el significado de pasajes como: Sacrificio y ofrenda no te agradan; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no has demandado.

7Entonces dije: «He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí;8el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu Ley está en medio de mi corazón». O: porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto.17Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

5. ¿Entonces, qué es lo que pide el Señor? Precisamente este versículo responde esta pregunta:

a. Justicia. Dios espera que en nuestro trato diario con la gente, actuemos siempre justamente. Debemos andar de tal manera que tratemos bien a las personas que nos rodean. Nunca busquemos nuestro bien antes que el del prójimo. En el trabajo, en los juegos, en los negocios, inclusive en nuestras demandas, en cada contacto personal, nuestras palabras y emociones deben demostrar un trato respetuoso y justo.

b. Misericordia. Hay ocasiones cuando ser justos no es suficiente. (Ej. de las niñas cuando se les da algo que deban repartir: un refresco, pan, etc.) Por naturaleza somos egoístas y por eso siempre buscamos nuestro bienestar a veces a costa de los demás. El egoísmo impide que veamos las necesidades de los otros; así que el practicar la misericordia es una excelente oportunidad para contrarrestar ese egoísmo que caracteriza las relaciones entre la gente. Creo que en un mundo muy egoísta, además de practicar la justicia debemos amar y mostrar la misericordia. Ser justo es caminar una milla; ser misericordioso es caminar una más. Creo que cuando somos justos apenas hemos entendido la mitad de lo que Dios nos pide. Es cuando vamos más allá y practicamos la justicia empezamos a conformarnos al carácter de Cristo.

c. Humildad. Las dos características anteriores apuntan a nuestra responsabilidad hacia el prójimo. Pero ésta nos señala la dimensión vertical: nuestra relación con Dios. Y es que para actuar en justicia y misericordia, es obligatorio vivir en humildad y estricto sometimiento al Señor. Dios da gracia a los humildes. ¿Cómo podemos actuar con misericordia para con los demás, si primero no entendemos la misericordia que Dios nos ha mostrado al llamarnos a la salvación? ¿Cómo podemos actuar con justicia para con los demás, si primero no entendemos la justicia con la que Dios nos mira por estar en Cristo? Vivir humildemente es vivir cada día reconociendo la autoridad de Dios en todo lo que hago, pienso y digo. Es ponerme a sus órdenes y obedecerlo de todo corazón.

CONCLUSIÓN

1. Adorar a Dios es lo más grande que podemos hacer en esta vida. …es sabio temer a tu nombre. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuera traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.

2. Todo lo que hagamos en esta vida ha de pasar. Pero hay algo que realmente vale la pena: agradar a Dios siempre.