Summary: Lo que le da forma a las características de una familia son los individuos que la integran y no la sociedad en la cual se desarrolla.

Tópico # 2

VIVIENDO EN EL CONTEXTO PSICO-SOCIAL QUE NOS RODEA

Deuteronomio 7:1-11

Introducción:

La relación familiar es un proceso constructivo. Se edifica progresivamente ya que cada uno de los miembros de una familia está expuesto a una serie de influencias y experiencias diversas que afectan el sistema familiar.

Ya hemos visto que la familia no es una entidad aislada del contexto que la rodea. Familia y contexto están interactuando constantemente. Bíblica y teológicamente, la familia cristiana ocupa un lugar prominente dentro del plan y propósito de Dios por las siguientes razones:

a. Comunica el designio de Dios para el matrimonio y la familia.

b. Sus principios y valores le permiten desarrollarse en la sociedad y al mismo tiempo cumplir con sus funciones básicas: formar personas, educar en la fe y promover el bien común.

c. Su experiencia con Cristo le permite mantener el equilibrio y a fortalecer las diversas relaciones familiares: conyugal, parental, filial y fraternal.

Lo que le da forma a las características de una familia son los individuos que la integran y no la sociedad en la cual se desarrolla.

Como vimos Deuteronomio 7:1-11 no solo se limita a la advertencia de los matrimonios mixtos, sino que también señala los peligros de la influencia de la sociedad cananea así como las características que deberían tener las familias de Israel: Fidelidad a Dios, Dependencia de Dios y Obediencia a Dios.

Por la Biblia nos enteramos que la influencia del contexto cananeo arrastró a las familias israelitas por un camino diferente ya que muchas de las “costumbres” se fueron filtrando en la unidad básica de la nación: La familia.

No quiero culpar a la sociedad ni al contexto en donde vivimos por nuestras decisiones. Nosotros también somos responsables ya que teniendo al Señor en nuestra vida muchas veces hacemos caso omiso de lo que dice la Biblia.

Pero hoy en día la historia se repite nuevamente. Muchas de las costumbres de nuestro contexto se han dejado filtrar en nuestra familia de la siguiente manera:

1. RELIGIÓN EN LUGAR DE RELACIÓN CON DIOS

“Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra” (v.6)

El pacto de Dios con el creyente está basado en una relación personal con Cristo. Esa relación es la que nos da una perspectiva diferente de la vida y de lo que es la familia. Hermanos, si siendo creyentes se nos mueve el piso con los problemas familiares que enfrentamos, ¡que tal sino tuviéramos al Señor en nuestras vidas!

¿Qué es lo que está causando grandes estragos en la vida familiar de nuestra sociedad? El hecho de que nuestra sociedad ha sustituido la relación con Dios por parámetros netamente religiosos.

El contexto actual nos dicta que es bueno tener a una religión, siempre y cuando Dios no interfiera en la vida privada de las personas.

La ausencia de Dios en la vida hogareña ha llevado a muchos esposos y padres ha abusar del poder y la autoridad. Por eso encontramos hogares destruidos, hijos y mujeres maltratados. La religión no puede hacer volver los corazones de los padres hacia lo hijos y el de los hijos hacia los padres.

En numerosas ocasiones Dios hizo un llamado a las familias y al pueblo en general, a corregir su camino, a serle fiel y a servirle con el corazón.

2. AFANES EN LUGAR DE DEPENDENCIA DE DIOS

Un censo realizado en el 2001 indica que en Canadá hay 8.654.845 creyentes evangélicos, pero que solamente el 22%, o sea 1.904.066 asisten regularmente los domingos a su iglesia.

¿Qué nos indica esto? Que vivimos en un contexto en donde todo el mundo anda acelerado. Tan acelerado que no hay tiempo para nada ni aun para la familia. Al igual que en el tiempo de Jesús el afán y la ansiedad parece ser la característica común de muchos hoy en día.

Por eso en una ocasión el dijo en Lucas 12:22-31: "No se pasen la vida preocupándose de qué van a comer, qué van a beber, o qué ropa van a ponerse. La vida no consiste sólo en comer, ni el cuerpo existe sólo para que lo vistan. ¿Creen ustedes que por preocuparse mucho vivirán un día más? Si no pueden conseguir ni siquiera esto, ¿por qué se preocupan por las demás cosas?

No se desesperen preguntándose qué van a comer, o qué van a beber. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Dios, el Padre de ustedes, sabe que todo eso lo necesitan. "Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey. Todo lo demás, él se lo dará a su debido tiempo.”

En la parábola del sembrador en Lc. 8:4-15, el Señor Jesús dijo que “los afanes, las riquezas, y los placeres de la vida, ahogan la palabra de Dios en nuestras vidas. Todos queremos darle lo mejor a nuestra familia, por eso debemos evitar que los afanes nos desenfoquen del propósito de Dios para nuestra familia y así como de la dependencia total de Dios.

“Conoce pues que Jehová tu Dios, es Dios fiel…” (v.9)

3. RELATIVISMO EN LUGAR DE OBEDIENCIA A DIOS

Protágoras creía que nada era bueno o malo, verdadero o falso. Dijo que el hombre es la medida de todas las cosas. El relativismo es una doctrina filosófica que sostiene que toda verdad es verdad relativa al hombre. No reconoce nunca lo absoluto ya que todo depende siempre del contexto en que el hombre se halla; ya que el contexto le impone o dicta qué pensar y cómo actuar.

Luego entonces, si nada es malo o bueno, verdadero o falso, obedecer a Dios no tiene ningún sentido. ¿Es pecado las relaciones sexuales prematrimoniales? No. Al fin y al cabo de igual manera se van a casar. ¿Es pecado mentir? No. No toda mentira es mala, hay mentiras piadosas. ¿Es la promiscuidad pecado? No. Siempre y cuando se usen las precauciones debidas para no contraer enfermedades venéreas.

Esta semana en los noticieros se buscaba a un hombre que es HIV positivo. El delito no fue que este hombre haya tenido relaciones sexuales con mujeres y hombres. Su delito era no haberles dicho a estas personas que él era un portador del SIDA.

No es de extrañarnos entonces de encontrar hogares no realizados, matrimonios frustrados, y adolescentes con problemas que van desde la búsqueda de identidad que es normal, hasta el extremo del suicidio.

El contexto y la cultura no deben nunca condicionar nuestra obediencia a los mandamientos de Dios. El pecado es pecado ¡punto! ¡Cuidado mis hermanos! La desobediencia a Dios nos enfría, desenfoca, trastorna las relaciones familiares y no nos beneficia en nada cuando tenemos que enfrentar las crisis familiares.

“Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy” (v.11)

El Señor nos ha puesto para iluminar nuestra sociedad. Seamos imitadores de Dios, andemos en amor, siempre gozosos y agradecidos en todo y con todos, que nadie nos engañe con palabras vanas, vivamos en la luz de Cristo, en bondad, rectitud y verdad.

¡Hagamos lo que agrada al Señor! Como familia aprovechemos bien el tiempo que Dios nos da porque nos aguardan días difíciles para el futuro. Mantengámonos fieles en nuestra relación con Dios, dependamos de él y sobre todo, andemos en obediencia.

“Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican” Sal. 127:1

“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mt. 5:16

El próximo domingo continuamos.

Mayo 22, 2005