Introducción: Es a través de tu vida que el mundo podrá conocer del evangelio. Como cristianos estamos llamados a ser personas que inspiremos a otros a seguir al Maestro y no a abandonarlo. Debemos ser personas que guiemos y tracemos el camino a los perdidos y no piedras de tropiezo para su salvación. Debemos ser personas de influencia y no personas controladoras. Debemos ser personas de unción y poder y no personas carnales. Hoy quiero que evalúes cuan intensa es tu luz. Sobre todo que evalúes si eres todo lo que el Señor desea que seas.
I. ¿Quiénes somos?
a. Somos personas con propósito
b. Somos personas que manifestamos un corazón limpio, nuestra boca lo manifiesta.
1. Lucas 6:45
c. Somos personas que conocemos hacia donde Dios quiere que nos dirijamos.
1. Santiago 4:13-15
d. Somos personas a través de las cuales Dios manifiesta su poder.
1. 1 Corintios 2:2-5
II. ¿Cómo aumentamos la intensidad de nuestra luz?
a. Cuando hablamos la verdad:
1. Juan 4:16
2. Si Cristo esta en nosotros es imposible que hablemos mentiras.
3. Es imposible que seamos personas hipócritas.
4. Es imposible que nos traicionemos como hermanos no hablando la verdad el uno del otro.
b. Cuando nuestro corazón es recto y perfecto:
1. Números 32:11
2. Salmos 51:10
3. Cuando lo que hacemos lo hacemos de corazón para el Señor y no por contienda o por celos.
c. Cuando nuestro anhelo es edificar a otros y no destruirlos:
1. Isaías 58:11-12
2. La humanidad esta en necesidad de ser amada y tener un sentido de pertenencia.
3. Estamos llamados a crear relaciones duraderas y en todo tiempo edificar las vidas.
4. No podemos ser destructores, estamos llamados a ser edificadores.
d. Cuando determinamos hacer la voluntad de Dios;
1. Marcos 12:30-31
2. No podemos expresar amor en Dios si no expresamos amor a nuestro prójimo.
3. No podemos esperar de Dios nada si no hacemos su voluntad.
e. Cuando tu impacto al pasar transforma las vidas.
1. Hechos 3:6
2. No podemos peregrinar en este mundo sin reconocer el valor de impartir a otros de lo que hemos recibido.
3. No podemos peregrinar en este mundo haciendo mal a nuestros hermanos.
Conclusión: Si existiera un instrumento que midiera la intensidad de la luz que emana de tu vida como cristiano. ¿Cuál tu dirías seria la medida que indicaría al ser probada en ti? Haz que tu vida sea una luz intensa, que refleje a otros el camino hacia el Maestro. Determina ser una luz que brille inspirando a otros a venir a Jesús.