Cuando el ejército israelita fue a pelear contra los filisteos, se encontraron con una situación sumamente difícil. Los filisteos tenían una arma secreta: ¡Un hombre de guerra gigantesco!. Él era impresionante por su estatura y por su capacidad para pelear. Era tan imponente que dentro del campamento israelí, no había quién quisiera confrontar a tal guerrero. Este hombre se atrevió a retar al ejército de los israelitas con estas palabras: “Dadme un hombre que pelee conmigo.”
Hoy en día, existe un Guerrero sumamente poderoso e imponente que busca también hombres que peleen con Él. La Biblia dice: “Jehová saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se esforzará sobre sus enemigos.” (Isaías 42:13). Aquellos que unan sus fuerzas a este Guerrero nunca perderán una sola batalla. Pero para pertenecer a Su ejercito deben llenarse ciertos requisitos. ¿Cuáles son los requisitos de los hombres que Dios pide para pelear con Él?
I. Que no se rebelan cuando se les dan tareas sencillas para desarrollar.
“Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto al campamento a tus hermanos. Y estos diez quesos de leche los llevarás al jefe de los mil; y mira si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos.” (1 Samuel 17:17, 18).
A. Antes de este evento, David ya había sido ungido rey de Israel por el profeta Samuel. (1 Samuel 16:11-13).
B. Había sido llamado para trabajar para el rey Saúl.
1. Era el músico oficial del rey. (1 Samuel 16:18, 19).
2. Era también el paje de armas de Saúl. (1 Samuel 16:21).
C. Vivió en el palacio del rey.
D. A pesar de todo esto, cuando su padre lo mandó llamar para una tarea simple, David obedeció.
1. Isaí llamó a David para llevarle alimento a sus hermanos en el campamento.
a. Había llamado para ser un simple mensajero.
i.. Sin embargo, David no se sintió humillado.
ii. David no se quejó ni replicó.
iii. Simplemente obedeció.
E. Hoy en día, Dios busca personas para poner en lugares de honor.
“El levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del muladar, para hacerlos sentar con los príncipes, con los príncipes de su pueblo.” (Salmos 113:7, 8).
F. Pero antes, es necesario llevar a cabo tareas que parecerán simples e indignas.
1. El ejemplo de Jesús.
a. El era Dios, pero no se aferró a esto como excusa para no obedecer o sentirse humillado.
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:5-8)
b. Su tarea fue la mas cruel, humillante y difícil.
i. Debía morir en una cruz como un maldito.
c. Pero no se quejó por su difícil tarea.
“Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” (Mateo 26:39)
d. Simplemente obedeció.
2. Dios nos ha dado importantes tareas a cumplir.
a. Amarnos unos a otros.
“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Juan 13:35)
b. Predicar el evangelio a todo el mundo.
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” (Marcos 16:15)
3. Pero nosotros hemos hecho de esas tareas cosas simples y poco importantes.
4. Hoy es el día de comenzar a obedecer sin mas quejas.
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.” (1 Samuel 15:22, 23).
II. Que no se dejan desalentar por las críticas de los demás.
“Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido. David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar? Y apartándose de él hacia otros, preguntó de igual manera; y le dio el pueblo la misma respuesta de antes.” (1 Samuel 17:28-30).
A. David llegó al campamento y comenzó a buscar a sus hermanos. (1 Samuel 17:22).
B. Mientras hacía esto, el gigante habló las mismas palabras amenazantes al ejército de los israelitas. (1 Samuel 17:23).
C. Al oír las palabras, David se interesó por la situación que su pueblo confrontaba y se empeñó en enterarse completamente de lo que sucedía.
D. David no se dejó llevar por chismes ni rumores.
1. Él necesitaba hechos verídicos y dignos de confianza.
2. Por eso indagó varias veces y con distintas personas.
E. Mientras hacía esto, apareció su hermano y comenzó a reprenderlo y a insultarlo.
1. Es curioso notar que el nombre “Eliab” significa Dios es Padre.
a. Sin embargo, actuó más como si el diablo fuera su padre.
b. Comenzó a atacar verbalmente a David sin haber razón alguna.
2. La crítica de cualquier extraño hubiera sido más fácil de aceptar para David.
a. Pero la crítica de Eliab fue dañina.
i. Eliab lo acusó de ser irresponsable.
ii. Lo acusó de ser soberbio.
iii. Lo acusó también de ser morboso o malsano.
F. Pero David fue lo suficientemente sabio como para refutar tales críticas sin herir a su hermano.
1. En ningún momento le respondió con dureza o con grosería.
2. Prefirió alejarse de él antes que agravar aún más el conflicto.
G. Definición de “crítica”: Examinar, juzgar y hacer notar los defectos de una cosa o una persona.
H. Hoy en día, habrá muchos que nos examinarán, juzgarán y harán notar nuestros defectos.
1. Usualmente, lo que digan o hagan contra nosotros los extraños no será tan dañino como lo que digan o hagan contra nosotros nuestros seres más amados.
“Porque no me afrentó un enemigo, lo cual habría soportado; ni se alzó contra mí el que me aborrecía, porque me hubiera ocultado de él; sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, mi guía, y mi familiar; que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, y andábamos en amistad en la casa de Dios.” (Salmos 55:12-14)
2. Nuestro deber es simplemente perdonar y hacer caso omiso de lo que se dice.
a. Perdonar: Acción de renunciar al derecho de venganza por un mal que se ha hecho.
b. Esto implica que renunciaremos a nuestro derecho de venganza:
i. A través de nuestras palabras.
“La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.” (Proverbios 15:1)
ii. Ni a través de nuestros hechos.
“No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” (Romanos 12:17-21)
c. Preferible es alejarnos de aquellos que nos han dañado para evitar hacer peor la situación.
d. Dejemos en manos de Dios cualquier ofensa y El hará justicia.
III. Que confían plenamente en Dios e infectan a otros esa misma confianza.
“Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Vé, y Jehová esté contigo.” (1 Samuel 17:32-37)
A. David estaba seguro que podía vencer al filisteo.
1. Su seguridad no estaba fundada en su propia fuerza o experiencia.
2. Su seguridad tampoco estaba basada en el deseo de obtener una gran recompensa.
3. Su seguridad estaba en Dios y establecida en las experiencias que había tenido con El.
a. Había derrotado al león.
b. Había derrotado al oso.
B. Contagió a otros su confianza.
1. Era evidente que nadie se había acordado de consultar a Dios.
2. Todos tenían centrado la mirada en el problema que había ante sus ojos.
3. Cuando oyeron las palabras de David entró en ellos una esperanza.
a. Tan ridículo como sonara, no se dieron cuenta que un niño le hablaba de valor y confianza a un grupo de endurecidos y experimentados soldados.
4. David fue llevado ante el mismo rey Saúl quien estaba escondido y aterrado en su tienda.
a. Saúl fue el único que reconoció que enviar a David contra el gigante era una tontería.
b. Sin embargo, el testimonio y la actitud confiada de David lo convenció para dejarlo ir.
C. Nuestro mundo actual está en seria necesidad de personas confiadas.
1. Confianza: Esperanza firme o seguridad que se tiene en que una cosa va a funcionar o que una persona va a actuar como se desea.
2. Nadie parece actuar de manera que den una esperanza firme o seguridad a los demás.
a. Los políticos son inconstantes.
b. La naturaleza es impredecible.
c. Aún los ministros y miembros de las iglesias son inconfiables.
3. Pero hay Uno que es fiel y verdadero.
a. El quizás no actúe de la forma que usted desea.
b. Pero actuará de la forma que Su Palabra garantiza.
“Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” (Números 23:19)
c. Todo y cuanto ha prometido, lo cumplirá.
d. Por tanto, sin importar cuál sea la situación que atravesamos, El estará con nosotros tal y como lo ha prometido.
“…y he aquí yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28:20)
4. Esa misma confianza la debemos también contagiar a otros.
a. El ejemplo de Pablo.
“Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin comer nada. Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá. Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer. Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo, comieron también..” (Hechos 27:22-25)
b. Estando en medio de una terrible tormenta, Pablo habló palabras de confianza.
c. Contagió a los demás y les dio ánimo.
IV. Que pelean haciendo uso de las armas que Dios les ha dado.
“Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas. Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo.” (1 Samuel 17:38-41)
A. Saúl pensó conveniente vestir a David con su armadura real.
1. Le pusieron las ropas de Saúl.
2. Le pusieron el casco de bronce.
3. Lo acorazaron por todas partes.
4. Hasta la espada del rey le fue puesta.
5. Pero David no pudo ni siquiera caminar con tanta armadura.
B. David prefirió hacer uso de sus propias armas.
1. Sabía que Dios le había dado las armas de un pastor.
a. Su cayado.
b. Cinco piedras lisas del arroyo.
c. El saco pastoril.
d. Su honda.
2. Para los adiestrados soldados, estas eran cosas inservibles.
3. Pero en las manos de David, estas eran armas mortales.
C. Hoy en día, Dios quiere que usemos las armas que El nos ha dado.
1. El canto.
“En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es Jehová, quien ha sido salvación para mí. Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación. Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido. Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra. Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.” (Sofonías 3:14, 15)
2. La oración.
“La oración eficaz del justo puede mucho.” (Santiago 5:16)
3. El ayuno.
D. Para el mundo, estas son cosas inservibles y ridículas.
“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas…” (2 Corintios 10:3, 4)
1. El solo mensaje del Evangelio es para muchos de ellos pura tontería.
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” (1 Corintios 1:18)
E. Pero estas son y deberían ser para nosotros las más especiales y útiles armas en nuestro arsenal.
F. No busque armas humanas.
1. Nada podrá ser más eficiente que lo que Dios nos ha dado.
2. Esas cosas pesarán tanto sobre nosotros que no podremos ni caminar.
Dios es un poderoso gigante que anhela tener en Su ejército personas obedientes, que no se dejen amedrentar por las críticas de otros, confiadas en El y dispuestas a usar las armas que El les ha provisto para pelear. Es por eso que El aún hoy sigue diciendo: “Dadme un hombre que pelee conmigo?” ¿Será usted uno de ellos?