SERIE: LOS ATRIBUTOS DE DIOS
TEMA: EL DIOS QUE TE CONOCE
TEXTO: Isaías 40:13-14; Romanos 11:33-36
Intro: Estamos presentando una serie de mensajes sobre los atributos de Dios. El domingo pasado estuvimos estudiando acerca de la omnipresencia de Dios. Aprendimos que Dios está con nosotros todo el tiempo y en todo lugar. Les dije que esto significa que nunca estamos solos, que no necesitamos temer, que debemos vivir con un sentido de responsabilidad, y que no tenemos que buscar a Dios porque El no se anda escondiendo.
Esta mañana vamos a estudiar acerca de la Omnisciencia de Dios. A manera de repaso, la palabra OMNI es un prefijo que significa “universal”, y ciencia significa “conocimiento”. En otras palabras: Dios conoce todas las cosas. Hay muchos pasajes en la Biblia que enseñan esta verdad: Isaías pregunta: “...” 40:13-14
En la carta a los romanos, el apóstol Pablo manifiesta: Rom. 11:33-36: “...”
Escuchen lo que la Biblia nos dice acerca del conocimiento de Dios:
El sabe cuántos cabellos tienes en tu cabeza, Lc. 12:7
El conoce tus palabras antes que las digas, Sal. 139:4
El conoce tus pensamientos antes de que se te ocurran, Sal. 139:2
El conoce tus oraciones antes de que las pronuncies, Mat. 6:8
El sabe todo lo que vas a hacer mañana, la próxima semana, el próximo mes, el próximo año, a cada momento de cada día. Sal. 139:16
Permítanme hacer tres aclaraciones en cuanto a la omnisciencia de Dios:
En primer lugar, El conocimiento de Dios no es como el del hombre. El conocimiento de Dios es ilimitado.
En segundo lugar, su conocimiento no es aprendido, como el del hombre. Dios no tuvo que ir a la escuela para aprender las vocales. Lo que Dios sabe lo ha sabido desde siempre.
En tercer lugar, su conocimiento es completo y preciso. El conocimiento de Dios no es como las enciclopedias que compramos. El no necesita actualizarse.
Ahora que he presentado el caso, permítanme mostrarles algunas observaciones:
1. EL SABE QUIENES SOMOS
A. El conoce tus secretos. Si Dios conoce todas las cosas, eso significa que El conoce todo aquello que tú esperas que nadie llegue a saber. El conoce las cosas que has hecho, las cosas que tú has pensado, y la verdadera intención de tus obras. En Jeremías 16:17 leemos: “...”
Pasamos gran parte de nuestro tiempo tratando de crear una buena imagen. Somos expertos en hablar bien de nosotros mismos. Al igual que los políticos que tratan de encubrir sus fallas y sacar ventaja de todas las situaciones a su favor.
La verdad es que los cristianos podemos ser muy buenos en esto. Podemos ponernos nuestras mejores ropas y presentarnos como “dedicados” seguidores del Señor. Estamos vendiendo una imagen.
Por supuesto, esto es más fácil de hacer en una ciudad grande. Mientras más grande sea la ciudad donde usted viva, usted podrá presentarse como alguien espiritual y sobresaliente en la iglesia y ser todo lo contrario en su vida diaria y nadie se dará cuenta. En un pueblo pequeño la mayoría de la gente lo notará. Pero aún en lugares pequeños hay cosas que otros no pueden ver:
Nuestros pensamientos y nuestras fantasías
La envidia, el resentimiento, la sed de venganza, y la amargura que envenena nuestra alma.
La manera en que tratamos de manipular las situaciones con nuestras palabras inocentes y piadosas.
La manera en que tratamos de destruir la reputación de alguien con comentarios negativos.
La forma en que decimos cosas de nosotros mismos manifestando una falsa humildad.
Pero Dios lo conoce todo. Podemos esconder estas cosas de los demás, pero no de Dios.
B. El conoce tus cicatrices. Dios no sólo toma nota de las partes perversas y sucias de nuestras vidas. Dios conoce también nuestros dolores. Una de las cosas que nos hacen sentir más aislados en la vida es el sentimiento de que nadie nos entiende. La gente puede ser muy amable y bien intencionada... pero no nos entienden realmente. Dios sí lo hace.
El conoce tus decepciones
El conoce lo profundo de tu dolor a causa de la pérdida de un ser querido
El sabe la manera en que otros te han herido
El sabe el número de veces que has sido traicionado
El sabe todas las falsas acusaciones que han dicho acerca de ti
El sabe de las veces en que se te ha tratado injustamente
El sabe de las veces en que has trabajado duro para ayudar a alguien y nadie te lo ha agradecido.
Si sientes que nadie te entiende, Dios sí lo hace. De hecho, Dios es el único que realmente te entiende. Sólo Dios conoce todos los detalles, todas las variables, todas las circunstancias. El es el único que tiene toda la información.
C. El conoce tu servicio. Dios no sólo conoce tus secretos y tus cicatrices, El también conoce tu servicio.
“Dios está tomando nota de todo lo que haces para El. El sabe las veces que has preferido morderte la lengua en lugar de decir algo que contribuye a un rumor. El toma nota también cuando ayudas a un necesitado, o visitas a alguien en un hospital o en una prisión. Cada acto secreto de generosidad, convicción, valor y coraje que has hecho, no ha pasado desapercibido delante de la omnisciencia de Dios.” Bill Hybels
No les parece que estas son buenas noticias? Todas las veces que usted hizo algo correcto y bueno, y le pareció que nadie lo había notado... Dios sí se dio cuenta. Aquellas veces que usted trató de hacer algo en la forma correcta, pero las cosas no le salieron como esperaba... Dios se dio cuenta porque El conoce nuestro corazón. Todas las veces cuando usted trabajó duro y pensó que no valió la pena... Sí valió.
Hay mucha gente que sirve a Dios desde las sombras...
Las personas que contribuyen a que la casa de Dios luzca bonita
La persona que enseña año tras año en las clases de niños
La persona que se detiene para visitar a alguien que está enfermo u hospitalizado
La persona que comparte alimentos con algún necesitado
La persona que da de su tiempo para realizar un ministerio
La persona que comparte su fe en Cristo con otros
A menudo estas personas se sienten olvidadas y no apreciadas. Pero Dios lo sabe todo. Ningún acto de amor hecho en su nombre es pasado por alto.
2. EL CONOCE NUESTRA SITUACION
Dios no sólo nos conoce a nosotros... El conoce nuestra situación. Dios maneja el cuadro completo. El ve lo que tú y yo no podemos ver. El conoce lo que nadie más conoce.
El conoce hacia dónde nos movemos. Para la mayoría de nosotros la vida es un misterio. Es como manejar en la niebla, uno puede ver sólo a unos cuantos metros. Vivimos nuestras vidas, pero nuestros planes son sólo tentativos porque no sabemos qué sorpresa nos espera a la vuelta de la esquina. Pero Dios sí lo sabe. El sabe lo que es necesario para cumplir su propósito en tu vida.
Aun cuando no veamos hacia dónde se dirigen las cosas... el hecho de la omnisciencia de Dios nos asegura que no estamos vagando a la deriva. Dios tiene un plan. El sabe a dónde llegaremos. El sabe qué obstáculos habremos de enfrentar.
El sabe por qué has sufrido. Yo creo con todo mi corazón que el sufrimiento no es por nada. No creo que las penas de la vida son el resultado de eventos arbitrarios. Dios permite los dolores y las heridas por alguna razón. A menudo, no somos capaces de entender muchas de estas cosas... no podemos ver más allá, pero Dios sí puede. Dios ve el propósito.
Es como cuando usted lleva a sus hijos para vacunarlos. Como padre, usted sabe para qué sirven esas vacunas. Usted está preparando a su hijo para sobrevivir en un mundo de enfermedades. Usted voluntariamente trae a su hijo para que le causen dolor. Y lo hace porque usted ve el propósito y el resultado. Usted tiene un conocimiento más amplio.
La perspectiva del hijo es diferente. El puede sentir que ha sido traicionado, abusados, engañado. El puede preguntarse si sus padres realmente lo aman... cómo pueden permitir que le ocurran tales cosas? Es por causa de que el padre es impotente para protegerlo de esas situaciones? El niño no entiende que aún el dolor causado es porque sus padres lo aman.
Cuando estamos heridos y sentimos el dolor de una pérdida o decepción, debemos recordarnos a nosotros mismos que Dios tiene una respuesta a la pregunta ¿por qué? Podemos no entender, pero eso no significa que no hay una respuesta.
Dios sabe lo que es mejor.
LECCIONES PARA LA VIDA
A. ES ABSURDO SER CUALQUIER COSA MENOS HONESTO PARA CON DIOS
¿Alguna vez su hijo ha tratado de engañarlo sin saber que usted ya conocía la verdad? Es inútil, y lo único que consigue es enojar al padre. No existe en absoluto ninguna manera de engañar a Dios. Es muy refrescante llegar delante de Dios en oración y ser honesto con El. Yo puedo decir: “Señor, yo sé que tú quieres que perdone a los demás... pero tú también sabes que me siento herido por lo que me han hecho. Tú sabes que no quiero perdonar... Quiero vengarme. Quiero que me las paguen. Señor, tienes que ayudarme a hacer lo que es correcto.”
Hermano, no tienes que fingir ser espiritual delante de Dios. El sabe lo que tú has hecho. El sabe cómo te has alejado de El, y cómo te has rebelado delante de El. Pero aún El trata de alcanzarte. No existe amor más transformador que el amor que conoce la verdad, pero sigue amando de todos modos. Esta es la manera en que Dios nos ama.
B. ES INNECESARIO PERDER TIEMPO LLEVANDO LAS CUENTAS
Pablo dijo: “...” , Jesús también dijo: Mateo 19:29-30 “...”
A menudo queremos recibir reconocimiento por lo que hemos hecho. Queremos que el mundo se dé cuenta cuando hacemos algo noble. Pero no necesitamos llevar las cuentas... Dios se encargará de que todas las cosas estén registradas. Ninguna obra pasará desapercibida. Ninguna cosa buena quedará sin reconocimiento.
En lugar de mirar hacia atrás, debemos mirar hacia adelante. En lugar de mirar a otros, debemos mirarlo a El. El problema es que tenemos un concepto más inflado de nosotros mismos que lo que debemos. Sufrimos de memoria selectiva. Recordamos lo bueno que hemos hecho... y olvidamos el resto. Dios lo ve todo. Afortunadamente para aquellos que confían en Cristo, Dios recompensará todo acto de fidelidad y (gracias a Dios) perdonará todo lo demás... Dios no ha pasado por alto nada.
C. ES SABIO ENCOMENDAR NUESTROS CAMINOS A EL
Si Dios lo sabe todo y sólo El conoce lo que es mejor... ¿no deberíamos prestarle atención? Los mandamientos de Dios son simples:
Arrepiéntete. Arrepentirse significa tomar la decisión de confesar nuestros malos actos y rebelión con un sincero deseo de cambiar.
Creer. Pero creer de corazón no sólo con la mente. Significa que nos comprometemos con El. El creer significa poner nuestra confianza y esperanza en Cristo y en lo que El ha hecho por nosotros.
Seguir. Jesús dijo que si le amamos, guardaremos sus mandamientos. La verdadera evidencia de nuestra fe es la voluntad de confiar en Cristo en nuestro diario vivir.
A la luz de lo que hemos aprendido el día de hoy, yo tengo una pregunta final. ¿Obedecerá usted? ¿Confiará usted en Dios lo suficiente como para:
Ser honesto consigo mismo y confesar sus pecados a Dios?
¿Colocará usted toda su confianza en lo que Dios ha hecho por usted por medio de Cristo? ¿Confiará usted en El y no en su propia bondad? ¿Dejará usted de preocuparse por la eternidad y tomará la promesa de Dios como su garantía?
Finalmente, ¿seguirá usted a Dios, en lugar de seguir a la gente? ¿Dependerá usted de Su sabiduría en lugar de la sabiduría del mundo?
Yo le animo a usted a volverse a Dios el día de hoy y no retardar esta decisión por más tiempo. Confíele su vida a aquel que sabe lo que está haciendo.