Summary: Consejos acerca de como enfrentar los dias malos que llegan a nuestras vidas.

TEMA: COMO CAMBIAR UN MAL DIA

TEXTO: HECHOS 16:22-25

Introduccion: ¿Alguna vez ha tenido usted un mal día? Uno de esos días en los que todo parece indicar que nada va a salir bien, sino que por el contrario todo va a salir mal? Uno de aquellos días cuando ocurre una cosa mala tras otra antes de que usted se recupere de la anterior? Uno de aquellos días en los que usted dice “bueno, al menos las cosas no pueden empeorar.” Y luego empeoran? Permítame compartirle algunos ejemplos de lo que estoy hablando. Estas son historias verdaderas:

 El costo de rehabilitación de una foca después de que la compañía Exxon Valdez derramara petróleo en Alaska fue de $80,000. En una ceremonia especial, dos de los animales salvados más caros fueron devueltos al mar en medio de aplausos y vítores de partes de los espectadores. Un minuto más tarde ambas focas fueron comidas por una ballena asesina.

 Una mujer llegó a su casa y encontró a su esposo en la cocina, temblando frenéticamente con lo que parecía un cable que iba desde su pecho hasta la tetera eléctrica. Pensando que su marido se estaba electrocutando, esta mujer encontró un palo largo y lo golpeó en los brazos para liberarlo, quebrando uno de sus brazos en dos. Para su vergüenza, su marido sólo estaba escuchando su walkman.

 Tenemos también el caso del terrorista iraquí, Khay Rahnajet, que no puso suficientes estampillas en una carta bomba que envió. La carta le fue devuelta con un sello que decía: “devolver al remitente.” Adivinen lo que pasó: él abrió la carta y esta le explotó en la cara casi matándolo.

1. TRASFONDO

Nuestro pasaje nos muestra que el Apóstol Pablo y Silas estaban pasando por unos de esos días terribles. Ellos estaban realizando un viaje misionero en el área de Filipos e inicialmente las cosas parecían ir bastante bien. No había una sinagoga en el área, pero encontraron varias mujeres junto al río que tenían hambre de la Palabra de Dios, y que aceptaron el evangelio. Una de aquellas mujeres, Lydia, llegaría a ser un instrumento para la expansión del evangelio en Europa.

Cierto día, sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar. Ellos habían ido al río para una reunión de oración y cierta mujer que había sido una adivina, comenzó a seguir a Pablo y a Silas diciendo: “Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y proclaman el camino de salvación.”

Esto parecía una buena cosa al principio –propaganda gratis. Pero esto no ocurrió sólo una o dos veces. Ella lo estuvo haciendo por varios días. Lo que había comenzado como algo inofensivo, finalmente se estaba convirtiendo en algo incómodo y distrayente. Finalmente, Pablo no pudo soportarlo por más tiempo, de modo que se volvió y reprendió al espíritu inmundo que estaba posesionado y de parte de quien esta mujer recibía su poder para adivinar el futuro. “Te ordeno en el nombre de Jesucristo que salgas de ella.” Y ella fue liberada del espíritu demoníaco. Por supuesto, la mujer perdió inmediatamente su poder de adivinación.

Esta mujer estaba siendo usada por cierto hombre influyente de la comunidad para hacer dinero. Cuando ellos vieron lo que Pablo y Silas habían hecho, los detuvieron y los llevaron al mercado. Y las cosas comenzaron a ir de mal en peor para Pablo y Silas desde este momento.

Ellos fueron llevados delante de una corte de hombres impíos, donde fueron declarados culpables, fueron desvestidos azotados duramente y echados en la prisión de máxima seguridad donde sus pies fueron puestos en un aparato llamado cepo. Este había sido un mal día para estos siervos de Dios.

2. LOS DIAS MALOS SOLO SE VUELVEN PEORES PARA LOS PECADORES

¿Qué acerca de usted? ¿Alguna vez ha tenido usted un mal día? Yo le confieso que he tenido muchos malos días. He tenido épocas cuando las cosas parecían ir de mal en peor. Un pecador no puede esperar que las cosas mejoren significativamente. El profeta Amós describe al impío como un hombre que escapa de un león y va y se choca con un oso, y luego como alguien que logra llegar a su casa y se apoya en la pared cansado, y la pared se le cae encima (5:19).

Hace un par de años atrás escuché acerca de un hombre que huyo de una cárcel de Estados Unidos y estaba en plena fuga. El corrió por los matorrales y montes y llegó hasta una cerca alta con alambres filosos en la punta. Escuchando el sonido de los policías que lo perseguían a la distancia, se trepó a la cerca, cortándose y haciéndose heridas en el intento Poco después de que él hubo traspasado la cerca este hombre fue arrestado por los guardias de la prisión. El había escapado de un sector de la cárcel y sin darse cuenta se había metido en la sección de máxima seguridad de la misma cárcel. Ese sí que es un mal día. En el libro de Apocalipsis vemos que para aquellos que no estén listos para encontrarse con Cristo en su venida, las cosas irán de mal en peor. Habrá un juicio tras otro derramado sobre la tierra, y cuando todo haya terminado, las personas que no se hayan arrepentido serán lanzadas al lago de fuego donde serán atormentado día y noche para siempre (20:10).

3. COMO CAMBIAR UN MAL DIA

Para un hijo de Dios un mal día es sólo una preparación para mejores días más adelante. Si bien es cierto que aun los hijos de Dios pueden tener un mal día, un mal día no es la última palabra. Dios es quien tiene la última palabra y su palabra dice que “por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.” (Sal. 30:5). La palabra para el hijo de Dios es que El puede hacer que todas las cosas ayuden a bien (Rom. 8:28). La promesa de Dios para sus hijos es “en el mundo tendréis tribulación, pero yo he vencido al mundo.” (Jn. 16:33). Así que cómo se puede cambiar un mal día? La solución para Pablo y Silas funcionará también para nosotros. Dice así: “pero a medianoche Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos al Señor...” La victoria sobre los días malos se reduce a esta simple ecuación: oración + alabanza = liberación.

A. Comience con oración. Comience invocando el nombre del Señor. Santiago escribe en su carta, “no tenéis porque no pedís” (4:2). Jesús dijo a sus discípulos, “hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis para que vuestro gozo sea cumplido” (Jn. 16:24). No es extraño que a veces las crisis del momento nos hacen olvidar las cosas que nos pueden ayudar a salir de ella? Alguna vez se ha encontrado usted en una situación que le haya causado gran desánimo y después cuando la tormenta ha pasado usted ha pensado: “Oh, si yo hubiera hecho esto o aquello.”

A veces nuestros malos días son malos simplemente porque no lo llevamos al Señor en oración. Joseph Scrivens sabía del poder de la oración para sostener al creyente en tiempos de prueba. La novia de Joseph se ahogó la noche anterior del día de su boda. Más tarde, cuando su madre estaba enferma, El escribió una carta e incluyó las palabras de un poema que había escrito. Ese poema llegó a ser el famoso himno: Oh, qué amigo nos es Cristo. En la primer estrofa Joseph esta irónica verdad:

Vive el hombre desprovisto de paz, gozo y santo amor. Esto es porque no llevamos todo a Dios en oración.

No permita usted que Satanás te lleve por la vida apaleado y derrotado. No olvides de orar. Cómo puedes cambiar un día malo. Orando. Comienza cada día doblando tus rodillas y tendrás la fuerza para sostenerte de pie donde los demás han caído. Cuando venga una tormenta ora y Dios te sostendrá. Al final del día cuando los recuerdos y las preocupaciones vengan, invoca el nombre del Señor, coloca todas tus preocupaciones en las manos de él, coloca tu cabeza sobre la almohada y duerme como sólo los justos pueden dormir.

B. Continúa con la alabanza. Después de que Pablo y Silas habían orado, comenzaron a entonar himnos a Dios. Ellos oraron y confiaron en Dios, de modo que qué más faltaba por hacer sino hablar el lenguaje de la fe: La alabanza. –ya sea en canción o en palabra la alabanza es el lenguaje de la fe. Los ojos del hombre natural hubieran convencido a Pablo y Silas de que su situación no había cambiado para nada y no había nada por lo cual cantar. Pero por medio de los ojos de la fe ellos vieron que Dios no los había olvidado. La palabra dice que comenzaron a cantar “himnos a Dios.” Los prisioneros los escucharon, pero las alabanzas eran para Dios. Como es que cantaron canciones a Dios? Porque Dios no los había abandonado. Aunque había sido un mal día, e inclusive se hallaban presos, Dios estaba de su lado. Requiere fe para alabar a Dios cuando se tiene un día malo. Requiere fe para cantar “mira lo que hizo mi Señor.” Pero una vez que hemos orado y hemos colocado nuestros problemas en manos del Señor, qué más nos queda por hacer sino alabar al Señor? Si usted cree que Dios le escucha y que tiene cuidado de usted, entonces alábele. Una buena manera de cambiar un mal día en un buen día es alabar al Señor con cánticos.

Por esta razón el salmista dice: Salmo 113:3 “Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, Sea alabado el nombre de Jehová.” Donde quiera que estés, alaba al Señor, cuando puedas alaba al Señor. Por la mañana, al mediodía y a la noche, alaba al Señor.

C. Liberación. Oración + alabanza = liberación. En tanto Pablo y Silas cantaban, la cárcel fue sacudida, las puertas se abrieron y ellos fueron liberados. No solamente fueron liberados, sino que también guiaron al carcelero y a toda su familia a los pies del Señor Jesucristo. Ese sí que fue un buen día. Dios estaba organizando todas las cosas, aun las malas cosas, para bien. Dios no hace acepción de personas, si lo hizo para Pablo y Silas, también lo hará para ti. Pero no te olvides de orar, y no te detengas de alabarle. Alaba al Padre al Hijo y al Espíritu Santo.

CONCLUSIÓN:

Has estado pasando por malos días esta semana? Un mal año? Una mala vida? Es tiempo de cambiarla. Es tiempo de salir de las tinieblas y entrar en la luz maravillosa del Señor. No abandones este lugar derrotado. No abandones este lugar deprimido y desanimado. Hay una manera de dar la vuelta a un mal día. Hay una manera de encontrar la victoria y ser un vencedor.

Cuando nos presentemos delante de Dios no podremos echarle la culpa de haber vivido vidas derrotadas. No podremos echarle la culpa a nadie más. Nosotros daremos cuenta por nuestras vidas y si permitimos que Satanás nos arrastre durante nuestros setenta años o lo que sea de vida deprimidos, derrotados, desanimados y derrotados, es sólo porque no hemos permitido que Dios sea el Señor de nuestras vidas. Y él nos preguntará “por qué no lo dejaste ir?” Soltémonos el día de hoy. Que el cambio comience en el altar. Desprendámonos de nuestro orgullo y nuestros deseos egoístas. Despojémonos del pecado y aferrémonos de la cruz.