Summary: Un desafío a enfrentar el año nuevo con determinaciones que nos ayuden a ser fieles al Señor.

TEMA: RESOLUCIONES ESPIRITUALES PARA EL NUEVO AÑO

TEXTO: Santiago 4:13-17

Intro: Cuando Jonathan Edwards era sólo un jovencito, tomó cinco resoluciones y las cumplió fielmente durante su vida. Sus resoluciones eran estas:

 Vivir haciendo uso de toda mi capacidad

 Nunca perder el tiempo, sino aprovecharlo en la forma más provechosa que posible.

 Nunca hacer nada que yo considere despreciable en otra persona.

 Nunca actuar por venganza.

 Nunca hacer nada de lo cual tendría temor si estuviera en los últimos minutos de mi vida.

Las resoluciones de Jonathan Edwards son buenas resoluciones para cualquiera de nosotros, especialmente cuando estamos al final de un año y a las puertas de otro.

Todos nosotros en algún momento hemos tomado resoluciones en año nuevo. Alguien ha dicho que la debilidad de la mayoría de las promesas de año nuevo es que simplemente entran en un año y salen en el otro.

Al mirar nuestro pasaje este día vemos que Santiago está hablando acerca del futuro. En el v. 13 hace referencia a los planes que algunos han hecho para el año que tienen por delante. Leemos: “13¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;”

El habla acerca de la actitud que debemos tener frente al porvenir. Santiago nos dice que cuando consideramos el año que está delante de nosotros vamos a encontrar que hay mucho que es incierto. El dice en el v. 14 “14cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.” El nos recuerda que no sabemos lo que nos depara el mañana, mucho menos lo que nos depara un año.

Permítanme decirles que aunque no sabemos qué nos depara el futuro, sabemos cómo enfrentar el futuro.

Una de las maneras de enfrentar el nuevo año es estableciendo ciertas cosas en nuestro corazón y vida. Existen ciertas resoluciones espirituales que debemos tomar acerca de como vamos a enfrentar el nuevo año.

Quiero cavar un poco acerca de lo que Santiago dice con respecto a ciertas resoluciones espirituales para el nuevo año. Notemos que Santiago nos habla en primer lugar respecto a:

1. UNA VIDA QUE SE VIVE DIA A DIA

En el v. 13 Santiago habla de aquellos que estaban haciendo planes para el futuro. Leemos “¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;” Sus planes consistían en ir a cierta ciudad y durante el siguiente año comprar y vender y obtener ganancias. Las palabras “Vamos ahora” es semejante a la expresión: “Permítanme hablar un momento, ahora, por favor...”

Santiago está diciendo, “Ustedes están haciendo todos estos grandes planes, pero están fallando en olvidarse de algo muy importante.” El prosigue en el v. 14 “cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.”

Santiago no estaba condenando sus planes o su ambición, sino que les estaba recordando la incertidumbre de la vida y la perspectiva desde la cual deberíamos enfocar todos nuestros planes futuros.

A. COMO DEBE PROYECTARSE LA VIDA. Santiago hace la siguiente pregunta: ¿qué es vuestra vida? El mismo contesta diciendo que es neblina, o vapor. El nos dice que nuestras vidas son como neblina o vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece.

Santiago nos está recordando de la brevedad de la vida. Hay otros pasajes de la Biblia que también nos hablan de la brevedad de la vida: Job 7:6; Job 9:25-26; Sal. 39:4-5.

Al fin de cuentas, somos como neblina que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. Los jóvenes tienen la tendencia a mirar el futuro pensando que los años viejos nunca llegarán. Cuando era niño pensaba que nunca iba a llegar a cumplir 21 años. Sin embargo, los mayores que están aquí miran hacia atrás y se preguntan dónde se han ido sus años? Decimos “parece que fue ayer” pero en realidad los años han pasado. La vida es una experiencia corta.

Alguien ha escrito: “Ha sido demostrado que la vida matrimonial es saludable. Las estadísticas demuestran que la gente soltera muere más rápido que las personas casadas. Así que, si usted está deseando una vida larga y una muerte lenta, cásese.”

B. COMO DEBE SER ENFRENTADA LA VIDA. Leí la fábula de un mercader en Baghdad que envió a su siervo al mercado. El siervo retornó más pronto de lo esperado, pálido y temblando. Le dijo a su amo, “Cuando estaba en el mercado sentí que alguien me estaba empujando, cuando me di vuelta vi que era la muerte la que me empujaba. Ella me miró y me hizo un gesto amenazante. Por favor, présteme un caballo para que yo pueda escapar a Samarra y esconderme allí para que la muerte no pueda encontrarme.”

El amo le prestó el caballo y el siervo salió huyendo a todo galope. Más tarde el mercader fue al mercado y vio a la muerte entre la multitud. Se le acercó y le dijo, “¿Por qué has asustado a mi siervo esta mañana? ¿Por qué lo amenazaste?”

La muerte contestó: “Yo no lo amenacé ni quise asustarlo. Fue sencillamente que no pude contener un gesto de asombro. Yo estaba sorprendida de verlo en Bagdad, porque yo tengo una cita con él esta noche en Samarra.”

Nosotros también podemos decir que tenemos también una cita en Samarra. Tal como Santiago la describe: Algún día la vida se desvanecerá. La vida es impredecible y no es permanente.

El único día del cual podemos estar seguros es del día presente. Por lo tanto, la vida debe ser vivida un día a la vez. “El ayer está en la tumba del tiempo. El mañana está en el vientre del tiempo. Sólo el presente es tuyo.”

Ya que la vida tiene que ser considerada breve y debe ser vivida como si consistiera sólo del día que tenemos delante de nosotros, entonces una buena resolución que deberíamos tomar es ser todo lo que debiéramos ser, y hacer todo lo que debiéramos, el día de hoy.

A menudo decimos: “Uno de estos días me voy a dar tiempo para hacer esto o aquello.” No sabemos si tendremos otro día, por lo tanto debemos vivir un día a la vez. Lo que debemos hacer el día de hoy debe ser hecho el día de hoy. Lo que debemos ser el día de hoy, debemos serlo el día de hoy.

Si usted no es salvo, entonces usted necesita ser salvo el día de hoy. Si usted no está viviendo para el Señor, usted debe comenzar el día de hoy. Si usted está fuera de la voluntad de Dios, usted debe colocarse dentro de la voluntad de Dios hoy. Si usted no está sirviendo al Señor, usted debe comenzar a servirle el día de hoy.

Una determinación espiritual para el año nuevo podría ser que usted va a ser lo que usted debiera ser y hacer lo que usted debiera hacer cada día del resto de su vida, comenzando hoy. Viva un día a la vez, día tras día.

El ayer es un cheque anulado. El mañana es un pagaré. El único efectivo que tenemos es el presente.

1. UNA VIDA QUE SE VIVE DIA A DIA

2. UNA VIDA DIRIGIDA DIVINAMENTE

En el v. 13 leemos “vamos ahora, los que decís”, en el v. 15 leemos “deberíais decir”. Ellos estaban diciendo vamos a hacer esto y aquello, pero Santiago les recuerda que ellos deberían decir: “Haremos esto o aquello, Si el Señor quiere.” Leemos en Sant. 4:15 “15En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.”

Santiago está describiendo una vida dirigida divinamente. Es una vida que sugiere dos grandes verdades.

A. DIOS DECIDE LA EXISTENCIA DE LA VIDA. Santiago acaba de hablar de la vida usando la semejanza de la neblina o vapor que en algún momento se desvanece. En el v. 15 él nos dice que todos los planes futuros dependen de la voluntad del Señor, por lo tanto, nos recuerda que Dios es el único que decide la duración de nuestra vida y cuándo nuestra vida llegará a su final.

Job también afirma esta verdad en Job 14:5. Por encima de nuestro punto de partida y de nuestro punto de llegada se encuentra la mano de Dios. El es quien determina y pone los límites a nuestra existencia.

Veamos Sant. 4:16 “Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala.” Santiago nos recuerda que es incorrecto presumir que nosotros somos los amos de nuestro destino y jactarnos de todo lo que vamos a hacer como si nada pudiera ocurrir que esté fuera de nuestro control.

La pura verdad es esta, Dios es el único de quien depende si vamos a estar aquí dentro de un año, o inclusive un día más. Dios es el único que determina la existencia y duración de la vida.

B. DIOS DIRIGE LOS EVENTOS DE LA VIDA. Dios no sólo controla los “cuándos” de nuestra vida, él también controla el “qué”. Es decir, él no sólo determina cuánto habremos de vivir, sino también lo que va a ocurrir durante nuestra vida.

Veamos Hechos 16:10 “10Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.” Notemos las palabras “dando por cierto.” Es lo mismo que decir: “Llegamos a la conclusión de que Dios nos estaba llamando.” La expresión significa: “Todas las piezas se juntaron.” Estas palabras sugieren la idea de la figura de una chompa que está siendo tejido y finalmente la figura queda formada.

Pablo estaba diciendo que todas las cosas que habían ocurrido en su vida habían contribuido a que la voluntad de Dios se cumpliera en su vida. Las cosas que le habían ocurrido eran la manera de obrar de Dios a fin de que su propósito y voluntad sean cumplidos. La vida no es una serie de accidentes. Es una serie de encuentros. Dios dirige los eventos de nuestras vidas a fin de que su voluntad se cumpla en nosotros.

Por lo tanto, una determinación espiritual que debiéramos tomar para el nuevo año es esta: “Señor, quiero dejar que tú dirijas mi vida.” Es decir: “Jesús, quiero que seas el Señor de mi vida.”

Puesto que nuestras vidas están en sus manos, debemos poner nuestras vidas en sus manos.

1. UNA VIDA QUE SE VIVE DIA A DIA

2. UNA VIDA DIRIGIDA DIVINAMENTE

3. UNA VIDA DILIGENTEMENTE CONTROLADA

La última determinación espiritual que encuentro en este pasaje de Santiago se halla en el v. 17 “17y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” Santiago nos dice que debemos ser conscientes y cuidadosos en cuanto al pecado en nuestra vida. En lugar que el pecado nos domine, nosotros debemos dominar el pecado.

Como creyentes, no podemos tomar el pecado livianamente y no debemos pasar por alto ninguna clase de pecados en nuestra vida.

A. LA CONFESION DE PECADO. Lo que Santiago está diciendo es con el propósito de que reconozcamos nuestro pecado delante de Dios y lo admitamos delante de él. Santiago quiere que nos demos cuenta de nuestro pecado y que lo confesemos al Señor.

Al igual que David en Sal. 32:5, la confesión significa sencillamente estar de acuerdo con Dios. Cuando Dios dice que algo es pecado, debemos estar de acuerdo y luego venir a Dios y confesarlo. Por qué? Leamos Prov. 28:13 “...” Dios no puede bendecirnos con pecados inconfesos en nuestras vidas.

Pero notemos cuidadosamente la definición que Santiago da de pecado. Santiago dice que pecado no es solamente el hacer algo malo, pecado es también el no hacer algo que es bueno.

La palabra “pecado” que se usa aquí significa “fallar el blanco.” Esta expresión se usaba para describir tres cosas: Un arquero que falla el blanco. Un estudiante que tomando un examen pierde la respuesta de una pregunta. Cuando se usa en un contexto espiritual se refiere a la persona que conoce cierto nivel de conducta que es correcto, pero no las cumple.

Santiago está describiendo lo que llamamos pecados de comisión (hacer lo que sabemos que no debemos hacer) y los pecados de omisión (no hacer lo que sabemos que debemos hacer.)

Una profesora estaba enseñando a sus alumnos acerca de los pecados de comisión y de omisión. Cuando terminó quiso comprobar si los alumnos habían estado prestando atención, de modo que pidió un voluntario que le diga la diferencia entre los pecados de comisión y los pecados de omisión. Un muchachito levantó la mano y dijo, “los pecados de comisión son los pecados que no deberíamos haber cometido, y los pecados de omisión son los pecados que nos quedamos con las ganas de cometer.”

Santiago nos está diciendo que cuando sabemos que debemos hacer ciertas cosas y no las hacemos, es pecado. Cuando sabemos que debemos estar en la iglesia los domingos y no estamos, es pecado. Cuando sabemos que tenemos que dar nuestros diezmos y no lo hacemos, es pecado. Cuando sabemos que debemos testificar de Cristo y nunca lo hacemos, es pecado.

Creo que la mejor manera de terminar un año y comenzar uno nuevo es escudriñando nuestro corazón y resolviendo los pecados que pudieran estar allí. Pudiera ser algo que ha estado allí por años. La confesión es la purga de los pecados viejos y la prevención en contra de los nuevos.

B. LA LIMPIEZA DE PECADO. Juan dice en 1 Jn. 1:9 “9Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” Cuando confesamos nuestros pecados somos limpiados de nuestros pecados. Esta es la determinación espiritual que debemos tomar: “Señor, no quiero nada en mi corazón o vida que no te guste o te desagrade. Quiero ser limpio delante de ti.” Permítanme darles un versículo que sirve de base para esta determinación. Se encuentra en Prov. 4:23.

La palabra “guardar” se refiere a la labor de un guardián. El hombre más sabio de todos los tiempos nos aconseja guardar nuestro corazón. De hecho él pone un doble énfasis en sus palabras para mostrar la importancia.

La palabra “diligencia” tiene básicamente el mismo significado. Se refiere al guardián que está en la prisión vigilando a los prisioneros. En nuestro caso, no estamos cuidando nuestro corazón para evitar que algo se escape, sino para evitar que ciertas cosas se metan.

Leí la historia del funeral de una señora. Al final del servicio fúnebre los hombres que estaban cargando el ataúd chocaron accidentalmente con una pared, tumbando el cajón. Al caer el ataúd al piso se escuchó un fuerte quejido dentro del cajón. Ellos abrieron el cajón y encontraron que la mujer no estaba muerta.

La mujer vivió diez años más y luego murió. Después del servicio fúnebre, cuando los hombres estaban cargando el cajón, el marido les dijo: “Cuidado, cuidado que choquen con la pared.”

Debemos guardar nuestro corazón de cualquier cosa que no agrade al Señor. Cuando pecamos, hay que confesar el pecado para que seamos limpiados y perdonados.

Al finalizar el año 2000 y comenzar el 2001 debemos tomar las siguientes tres decisiones:

 Haré hoy todo lo que debo hacer, seré hoy todo lo que debo ser.

 Permitiré que Jesús sea el Señor de mi vida y que dirija mi vida de acuerdo a su voluntad.

 Guardaré mi corazón y mi vida y no haré nada que desagrade a mi Señor.