Cuatro deseos de Dios para tu vida
Isaías 61
INTRODUCCION. En medio de un mundo sin esperanza y lleno de malas noticias, siempre está la buena noticia de la gracia y del amor abundante de Dios para todos los que se acercan a El. Dios tiene planes buenos para tu vida, El anhela bendecirte. La primera cosa que necesitas es conocer esta verdad y la segunda cosa es aceptarla en tu corazón, realizarla en tu mente y vivirla diariamente en todas las circunstancias. Veamos hoy cuatro deseos maravillosos que Dios tiene para tu vida.
1. DIOS DESEA UNGIR TU VIDA. Vers. 1-3a. Una gran necesidad de cada cristiano es vivir con la unción de Dios sobre su vida. Esta unción es la presencia de Dios que le capacita para vivir una vida de satisfacción personal y de fruto en el ministerio y la misión que El nos ha encomendado. En Cristo Jesús se cumplió esta promesa y ahora El la transmite a su iglesia, a cada uno de los que hemos puesto nuestra fe en El. Cuando el Espíritu del Señor está sobre nosotros somos enviados a un ministerio de:
A) Proclamación: “predicar buenas nuevas a los abatidos”
B) Consejería: “a vendar a los quebrantados de corazón”
C) Liberación: “a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel”
D) Palabra profética: “a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de
venganza del Dios nuestro”
E) Consolación: “a consolar a todos los enlutados”
F) Impartición—Ordenar, Mandar: “a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé
gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del
espíritu angustiado”
2. DIOS DESEA RESTAURAR TU DESCENDENCIA. Vers. 3b-4. Una de las cosas más extraordinarias que ocurren en la vida del nuevo cristiano es que Dios corta con las raíces del mal heredado de nuestros antepasados. Venimos de una historia de violencia, de maldad, pero al aceptar a Cristo, El nos hace una nueva generación. A través de Cristo “reedificaremos los escombros de muchas generaciones”, es decir, nosotros y nuestros hijos seremos una nueva generación bendita que camina en la presencia del Señor.
A) Dios nos hace su huerto, nueva generación: “y serán llamados árboles de justicia,
plantío de Jehová, para gloria suya”
B) Redención de todo lo pasado: “Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los
asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de
muchas generaciones”
3. DIOS DESEA PROSPERARTE. Vers. 5-7. Estos versículos contienen maravillosas promesas de cómo Dios anhela hacerte progresar en todas tus empresas.
A) Dios nos prospera en el trabajo: “Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y
los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores”
B) Dios nos da una nueva dignidad, somos ministros suyos: “Y vosotros seréis
llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados;
comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis sublimes”
C) Tendremos alegría en lo que hagamos: “En lugar de vuestra doble confusión
y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual en sus tierras
poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo”
4. DIOS DESEA HACER UN PACTO ETERNO CONTIGO. Vers. 8-11. Estas promesas de Dios no son sólo por un período de tiempo. Cuando Cristo vive en nuestro corazón, Dios nos atrae hacía Sí Mismo y nos convierte en miembros de su familia. El hace un pacto, un acuerdo con nosotros de su sola y buena voluntad, que incluye lo siguiente:
A) Una relación de amor: “haré con ellos pacto perpetuo”
B) Una descendencia bendita: “Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que son linaje bendito de Jehová”
C) Una salvación eterna: “En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas. Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones”
CONCLUSION. ¡Qué grandes promesas Dios nos hace en su Palabra! Está en nosotros aceptarlas y vivirlas cada día. Recordemos siempre que El nos ha su unción (su presencia), que El restaura todo nuestro pasado, que anhela prosperarnos y tener una relación de amor eterno con nosotros. ¡Qué Dios más hermoso! A El le alabamos y bendecimos por los siglos de los siglos!