Fe y obras, ¿cuál es el problema? - I
Texto: Santiago 2:14-26
Lectura Bíblica: Hebreos 11:1-3
Por Carlos C. Camarena
I. Introducción
A. Al continuar en nuestro estudio en la epístola universal de Santiago, entramos a una sección que ha sido cuestión de debate desde la Reforma Protestante del siglo XVI. Lutero, quien acabara de descubrir la doctrina de la justificación por la fe en el libro de Romanos (específicamente 3:28-4:24), llamó a Santiago “la epístola de paja” por su aparente énfasis en la salvación por obras. La sección en juego es el estudio de esta noche (Santiago 2:14-26).
1. Es necesario leer el contenido de ambos pasajes para que podamos ver el porqué de tan aguerrido debate de la fe versus las obras, debate que lleva más de cinco siglos.
2. Veamos primero a Santiago 2:14-26:
14 “Hermanos míos, ¿qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?
15 Y si el hermano o la hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
16 Y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y hartaos; pero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo: ¿qué aprovechará?
17 Así también la fe, si no tuviere obras, es muerta en sí misma.
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras: muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
19 Tú crees que Dios es uno; bien haces: también los demonios creen, y tiemblan.
20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
21 ¿No fué justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
22 ¿No ves que la fe obró con sus obras, y que la fe fué perfecta por las obras?
23 Y fue cumplida la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue imputado a justicia, y fue llamado amigo de Dios.
24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió los mensajeros, y los echó fuera por otro camino?
26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras es muerta.”
3. Veamos ahora lo que dice S. Pablo en Rom 3:28-4:24:
28 Así que, concluimos ser el hombre justificado por fe sin las obras de la ley.
29 ¿Es Dios solamente Dios de los Judíos? ¿No es también Dios de los Gentiles? Cierto, también de los Gentiles.
30 Porque uno es Dios, el cual justificará por la fe la circuncisión, y por medio de la fe la incircuncisión.
31 ¿Luego deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes establecemos la ley.
4:1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham nuestro padre según la carne?
2 Que si Abraham fue justificado por la obras, tiene de qué gloriarse; mas no para con Dios.
3 Porque ¿qué dice la Escritura? Y creyó Abraham a Dios, y le fue atribuido a justicia.
4 Empero al que obra, no se le cuenta el salario por merced, sino por deuda.
5 Mas al que no obra, pero cree en aquél que justifica al impío, la fe le es contada por justicia.
6 Como también David dice ser bienaventurado el hombre al cual Dios atribuye justicia sin obras,
7 Diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos.
8 Bienaventurado el varón al cual el Señor no imputó pecado.
9 ¿Es pues esta bienaventuranza solamente en la circuncisión o también en la incircuncisión? porque decimos que a Abraham fué contada la fe por justicia.
10 ¿Cómo pues le fue contada? ¿en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión.
11 Y recibió la circuncisión por señal, por sello de la justicia de la fe que tuvo en la incircuncisión: para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, para que también a ellos les sea contado por justicia;
12 Y padre de la circuncisión, no solamente a los que son de la circuncisión, más también a los que siguen las pisadas de la fe que fue en nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.
13 Porque no por la ley fue dada la promesa a Abraham ó á su simiente, que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
14 Porque si los que son de la ley son los herederos, vana es la fe, y anulada es la promesa.
15 Porque la ley obra ira; porque donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
16 Por tanto es por la fe, para que sea por gracia; para que la promesa sea firme a toda simiente, no solamente al que es de la ley, mas también al que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
17 (Como está escrito: Que por padre de muchas gentes te he puesto) delante de Dios, al cual creyó; el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como las que son.
18 Él creyó en esperanza contra esperanza, para venir a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que le había sido dicho: Así será tu simiente.
19 Y no se enflaqueció en la fe, ni consideró su cuerpo ya muerto (siendo ya de casi cien años,) ni la matriz muerta de Sara;
20 Tampoco en la promesa de Dios dudó con desconfianza: antes fue esforzado en fe, dando gloria a Dios,
21 Plenamente convencido de que todo lo que había prometido, era también poderoso para hacerlo.
22 Por lo cual también le fue atribuido a justicia.
23 Y no solamente por él fue escrito que le haya sido imputado;
24 Sino también por nosotros, a quienes será imputado, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús Señor nuestro,
25 El cual fue entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación.”
B. ¿Ahora que hacemos? ¡Parece que estamos en problemas! ¿Ustedes se percatan el porqué del debate fe versus obras? A nosotros nos toca estudiar por nosotros mismos si la cuestión es ¿fe o obras?, ¿fe sin obras? o ¿fe y obras?
1. No podemos continuar sin recordarles el principio que hemos estudiado en la clase de “Principios de Interpretación Bíblica”: El texto debe entenderse en su contexto. No se puede estudiar a Santiago a la luz de Pablo o viceversa.
2. Lutero cometió el error al desechar la epístola de Santiago por compararla con la epístola de Romanos. Otros teólogos han continuado errando en su interpretación de Santiago porque han hecho de Santiago 2:14-26 el corazón de la epístola.
3. Pero cuando estudiamos a Santiago en su contexto nos damos cuenta que Santiago 2:14-26 es apenas una ilustración del punto principal hecho en el 1:27, “La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es ésta: Visitar los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.”
4. No le hacemos justicia a Santiago cuando separamos este pasaje del contexto general de su epístola. No debemos, por ejemplo leer el 2:14 sin antes haber visto el 2:13 donde dice que la persona sin misericordia opera en una esfera sin fe, aun cuando en algún momento haya manifestado (intelectualmente) fe en Cristo.
II. Fe... Obras... ¿cuál es la cuestión?
A. Una pregunta retórica que Santiago pudiera haber hecho es: “¿cómo puede una persona que dice tener fe, pero cuando un rico entre en la congregación le da preferencia, mientras que al pobre lo manda sentar en cualquier lugar?” (vea Santiago 2:1-13).
1. Podemos notar el énfasis contextual de Santiago 2:14-26. Noten, por ejemplo, que el pobre que entró en la congregación en el 2:3, muy bien pudiera ser el mismo que le falta ropa y tiene hambre en el 2:15. Si no lo es, hay aquí, por lo menos, un paralelismo significativo en el contexto.
2. La ilustración de Santiago 2:1-13 como también la del 2:14-26 indican que la preocupación de Santiago, cuando confronta a sus lectores originales, parece ser una que en algún momento aceptó una fe mental, una afirmación intelectual a la persona de Jesús, pero que en cuyo comportamiento, en su manera de tratar a otros, con sus favoritismos, tal fe no parece tener mucho peso.
3. Las ilustraciones y la discusión que siguen en la epístola son nada menos que la síntesis en el proceso de antítesis - tesis - síntesis.
a) La antítesis sería el argumento de los lectores de Santiago, “nosotros tenemos fe pues hemos aceptado a Cristo como Salvador personal.”
b) La tesis de Santiago es, “ah, sí, pues la religión pura y sin mancha es esta: cuidar de los necesitados y mantenerse puro en el mundo.”
c) La síntesis son las ilustraciones en el 2:1-13 y el 2:15-16 (y los versículos subsecuentes). La síntesis le dice a la antítesis, “eso no es fe. Su fe está muerta. No tiene vida.” Entonces introduce
B. Para poder desafiar a sus lectores a practicar o vivir su fe, o sea, sacarlos de una religión de “fe muerta,” Santiago comienza un debate con un miembro de la comunidad cristiana, o probable-mente con un oponente imaginario, algo muy común en la retórica griega del tiempo (retórica llamada “diatriba”).
1. Esto puede ser visto en el 2:18, “Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras: muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.”
2. En el 2:14 Santiago hace dos preguntas cortantes, “Hermanos míos, ¿qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?” (en la lengua original ambas preguntas contienen la partícula negativa mhj. En tales preguntas se espera una respuesta negativa).
3. Santiago anda sin rodeos: “¡fe sin obras no salva!”
C. ¿Qué hacemos con Pablo y Romanos 3:28-4:24? Cuando Lutero descubrió la magnifica doctrina de la justificación por la fe, al leer Santiago llegó a la conclusión que Santiago se oponía a Pablo y escogió a Pablo sobre Santiago.
1. Lutero trató de mostrar ese antagonismo contra Pablo en Santiago 2:14-26 en Romanos 3:28-4:4 al apuntar que ambos pasajes contienen una considerable cantidad de paralelismos en palabras, frases, terminología, y aun en las citas del Antiguo Testamento, especialmente Génesis 15:6. Notó que Santiago usó al mismo personaje como ejemplo: Abrahán.
2. Y como las conclusiones de ambos eran totalmente opuestas, Lutero concluyó que Santiago escribió para criticar a Pablo. Sin embargo, Lutero no se percató que la epístola de Santiago fue escrita entre 15 a 20 años antes que Romanos.
3. Otros que se percataron de la falsa premisa de Lutero, ya que Santiago escribió primero, han postulado que Pablo quería presentar una explicación mas clara del significado de la fe que salva sin la intervención de las obras.
4. ¿Cómo resolvemos la cuestión de tantas similitudes entre Santiago y Pablo, similitudes en lenguaje, pero que al mismo tiempo llegan a diferentes conclusiones? ¿Quién está en lo correcto, Santiago o Pablo?
5. A final de cuentas, ¿cómo respondemos a las preguntas,? ¿es fe o obras?, ¿fe sin obras? o ¿fe y obras? En el próximo tema, seguramente en Enero, reconciliaremos a Santiago y Pablo y responderemos a estas preguntas.
6. Mientras tanto, continuemos estudiando nuestras Biblias. Mantengamos viva nuestra vida devocional y nuestra fe activa; y hasta el próximo tema, “Fe y obras, ¿cuál es el problema? - II.”