Suciedad y maldad: Perdiendo la justicia de Dios
Texto: Santiago 1:21
Lectura Bíblica: Colosenses 3:8-10
I. Introducción
A. 1:21b, “recibid con mansedumbre la palabra implantada...” Fue con estas palabras que concluimos el tema de la semana pasada, y es con estas palabras que deseamos comenzar el tema de esta noche.
1. “Recibid con mansedumbre...” ¿Qué sinónimo le daríamos a “mansedumbre?” Humildad, docilidad, sumisión, manejabilidad; pero el sinónimo que más se aproxima es, sin enojo, sin coraje, sin rabia...
2. ¿Por qué? Porque ese parece ser el antónimo de “lento para la ira” del 1:19. Me parece que esta traducción se encaja bien con el contexto de Santiago.
3. ¿Qué hemos de recibir con mansedumbre? “La palabra implantada.” Cuando la Palabra de Dios nos juzga y cuando nos dice algunas cosas sin rodeos, humildad, mansedumbre o sumisión es la implicación de aceptar la reprehensión de Dios.
4. Debemos hacerlos sin rabia, sin enojo, sin coraje ¿qué cosa? “La Palabra implantada...” “Implantada” es la traducción más común, sin embargo las versión original es “injertada.”
5. ¿Qué cuadro trae a nuestra mente algo que es injertado? No deben ser más mis conceptos, mis opiniones, mis excusas. La Palabra “injertada” tiene que ver con lo que Dios dice a respecto de nosotros mismos.
6. El E.S. viene a convencerme de pecado a través de la Palabra. La Palabra es injertada en nuestra consciencia y corazón para poder salvar nuestra alma al someter nuestra voluntad a la de Dios.
II. Desechando toda “kakias”
A. Después de enfocar el oír, hablar y la ira, ahora Santiago concluye con algo que tocamos superficialmente en el último tema: Santiago hace un llamado a deshacernos de toda suciedad y maldad (1:21).
1. Limpiar nuestra vida es el frecuente tema de muchos de los escritores bíblicos. Vivir vidas puras, es en realidad, el tema central de la biblia. Es lo que llamamos la ética cristiana. En la biblia aparece siempre en forma imperativa.
2. San Pablo, más que nadie tiene un sentido de urgencia en relación a que el creyente viva vidas puras:
a) La pureza es un imperativo al inicio de la carrera cristiana, cuando venimos inicialmente a Cristo: Efe 4:21-22, “Si en verdad le habéis oído y habéis sido enseñados en él, así como la verdad está en Jesús. Con respecto a vuestra antigua manera de vivir, despojaos del viejo hombre que está viciado por los deseos engañosos.”
b) Bajo el título “viviendo vidas puras,” Pablo nos urge, nos impele en nuestra vida cristiana, en nuestro diario vivir, vivir vidas santificadas en Cristo, Col 3:8-10, “Pero ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia y palabras groseras de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros; porque os habéis despojado del viejo hombre con sus prácticas, y os habéis vestido del nuevo, el cual se renueva para un pleno conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó.”
c) La amonestación a vivir vidas puras es puesta por Pablo en un contexto escatológico, Rom 13:12-14, “La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz. 13 Andemos decentemente, como de día; no con glotonerías y borracheras, ni en pecados sexuales y desenfrenos, ni en peleas y envidia. 14 Más bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis provisión para satisfacer los malos deseos de la carne.”
3. Otros escritores bíblicos tienen la misma urgencia:
a) 1 Ped 2:1, “Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias y toda difamación...”
b) El escritor de Hebreos, que puede haber sido Pablo, nos dice, 12:1, “Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante...”
B. Santiago, sin mencionar la “suciedad” de forma específica como lo hacen otros escritores bíblicos, simplemente dice, 1:21, “desechad toda suciedad y maldad.”
1. Recuerden que cuando Santiago escribe las únicas Escrituras que posee es el AT. Seguramente había escuchado a los otros apóstoles predicar, pero como Santiago murió cerca del año 46 DC, tal vez la carta de Pablo a los Tesalonicenses era la única que existía.
2. Por tanto, todo lo que Santiago tiene en mente en relación a vivir vidas puras es el AT; seguramente los Proverbios y los Profetas.
3. En Zacarías (3:4) se encuentra la discusión de Josué, el Sumo Sacerdote, cuyos vestidos sucios le fueron quitados y vestimentas blancas le fueron puestas.
4. Algunos comentaristas afirman, por tanto, que cuando Santiago apela a “desechar toda suciedad y maldad” se está refiriendo a este aspecto de vida injusta. Cuando Cristo nos pone su manto blanco, representa su justicia.
5. Otros comentaristas dicen que Santiago se está refiriendo a la terminología médica de su tiempo. Que la palabra traducida como “suciedad” (ruparían) se refería a la cera que se acumula en los oídos y que impide a las personas escuchar.
6. Es posible que ese sea el significado, ya que en el 1:19 se nos insta a ser “prontos para oír y lentos para hablar...” Y que es muy difícil oír cuando los oídos están llenos de cera y que eso es lo que hace a las personas gritar o hablar más.
7. Sea ropa sucia o la cera de los oídos, el mensaje de Santiago es claro, la suciedad debe ser desechada como estilo de vida.
8. Además de la suciedad, Santiago nos dice que nos despojemos también de toda “maldad” o “malicia.” Yo no sé cual debiera ser la traducción correcta, pero permitanme decirles cual es la palabra original que aparece en sus biblia traducidas como “maldad” o “malicia”: No se rían: “caca.”
9. Despojaos de todo lo que apesta, de todo lo que es “fuchi,” de todo lo que es malo. O sea, Santiago está diciendo, “¿cómo puedes tú, diciendo que eres creyentes, puedes andar arrastrando contigo cosas apestosas...?
C. La palabra “desechad” o “despojaos,” está en el imperativo. Es algo que tenemos que deshacernos, no es opcional, pues de otra manera no veremos el rostro de Dios: “buscad la santidad, sin la cual nadie verá al Señor,” (Heb 12:14).
1. ¿Pero quiere decir esto que debemos despojarnos con nuestra propia fuerza y poder? Podemos nosotros mismos deshacernos de toda suciedad y cosas hediondas?
2. ¿Puede el negro cambiar de piel solo con querer ser blanco (solo Michael Jackson), o el leopardo quitar sus manchas?, pregunta Jeremías (13:23). ¿Puede el chaparrito, por más que se afane, aumentar una pulgada a su estatura?, pregunta Mateo (6:27).
3. ¿La respuesta? No hay nada que nosotros mismos hagamos que venga a limpiar la impureza de nuestra vida. Lo mejor que presentemos a Dios, continua siendo como trapo inmundo (Isa 64:6).
4. El llamado de Santiago debe ser comprendido dentro del contexto de la enseñanza bíblica sobre este asunto: nosotros mismos no nos podemos purificar, ni vivir vidas purificadas por nuestros propios esfuerzos.
5. Cualquier esfuerzo de hacerlo por nosotros mismos acaba en fracaso. Por todos lados del camino cristiano nos encontramos chatarras humanas. Vidas fracasadas. Personas que entraron en el camino, pero pensaron que llegaría al fin con su propio combustible.
6. Cualquier tentativa de vindicarnos a nosotros mismos, de limpiar cualquier cosa de nuestra vida, de depender en nuestra propia habilidad para corregir el pecado o la suciedad de nuestra vida está destinada a fracasar.
7. Nuestros hechos son como trapos inmundos. Nadie puede usar un trapo sucio para limpiar y dejar algo bien limpio. En Zac 3:4, Josué, el Sumo Sacerdote no se quitó él mismo la vestimenta inmunda, el ángel del Señor vino y se la quitó y le puso ropa blanca.
8. S. Pablo nos recuerda en Fil 2:13, “porque Dios es el que produce en vosotros tanto el querer como el hacer, para cumplir su buena voluntad.”
III: Conclusión
A. Santiago 1:21 primero afirma lo negativo, “quitad la suciedad y la maldad.” Entonces afirma lo positivo, como diciendo, “para poder quitar la suciedad y la maldad es necesario lo siguiente: recibid con humildad la palabra injertada la cual puede salvar nuestras almas.”
1. “La Palabra” es en referencia a la biblia, específica-mente al AT. La palabra injertada la cual puede salvar vuestras almas.” ¿Cómo es que nos puede traer salvación? La palabra traducida “salvación” (sozo) en el NT tiene dos significados:
a) Implica salvación personal de nuestra alma en el día final.
b) Implica restauración física, salud.
2. Por ejemplo, cuando la mujer con el flujo de sangre fue sanada, Jesús le dice, “mujer, tu fe te ha sozo,” que puede ser traducida como “tu fe te ha sanado,” o aun, “tu fe te ha salvado” (Luc 8:48).
3. Lo que Santiago está diciendo es que cuando la Palabra de Dios es injertada en nuestra vida, la Palabra de Dios tiene el poder de completarnos, salvación eterna y salud espiritual y física en esta vida.
B. Santiago urge a sus lectores a “aceptar humildemente la Palabra.” Esta humildad al que él apela es la antítesis o el antónimo del coraje, la ira o rabia que nos habló en el 1:19.
1. En contraste con la ira que no produce la justicia que Dios desea, Santiago apela por humildad a que aceptemos lo que la Palabra de Dios nos dice.
2. Santiago en esta sección nos dice:
a) Escuchar es lo mejor. Hazlo con prontitud.
b) Hablar no es malo, pero piensa antes de hacerlo.
c) Pero la ira te puede llevar a pecar, sé lento en airarte, pues es lo opuesto a la humildad.
d) El camino de la humildad es el mejor: nos hace reconocer la suciedad y maldad de nuestra vida y nos restaurará a ser completos en Cristo: salvación eterna y salud espiritual y física en esta tierra.