Cuando el cristianismo es cristianismo
Texto: Santiago 1:19-21
Lectura Bíblica: Efesios 4:22-32
I. Introducción
A. La primera parte de Santiago (1:1-18) trató con los temas de pruebas y tentaciones. Y aunque el tema no es totalmente abandonado, la segunda parte aborda la cuestión que define la religión genuina.
1. En el corazón de esta sección se enfatiza el “hacer.” ¿Cómo es que un cristiano se relaciona con los demás?
2. Aunque gramaticalmente hablando la palabra “religión” es un substantivo; para Santiago es un verbo. ¿Porqué? Porque en la gramática, el verbo determina la acción.
3. Por tanto, “religión” no es pasiva, sino activa. Una persona auténticamente religiosa es aquella que es capaz de integrar el conocimiento intelectual de la religión a una vida cristiana práctica.
B. Santiago pretende mostrarnos cual es la diferencia entre un cristiano nominal y uno genuino. El cristiano nominal conoce intelectualmente la doctrina cristiana y hasta cierto punto puede decir haber aceptado a Cristo como su Salvador personal.
1. Ha sido bautizado, y es posible que cumpla fielmente con todos los requisitos externos de la religión, como lo es asistencia a la iglesia, estudiar su lección de la Escuela Sabática o domincal, devolver su diezmo, etc.
2. Pero el cristianismo o religión auténtica a la cual Santiago se refiere se mueve de lo intelectual a lo práctico. Se refiere a el camino a la madurez espiritual.
3. El cristianismo intelectual, sin la regeneración que el conocer a Cristo trae consigo, no es verdadero cristianismo. Conocer la verdad intelectualmente, pero no vivirla, viene a minar la efectividad del evangelio y cancelar las promesas de Dios.
4. Si Dios nos libertó en Cristo, entonces algo más debe continuar. Cuando nos damos cuenta lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo, esto debe afectar lo que sucede en el interior y entonces se manifiesta en nuestro comportamiento externo.
5. Porque es “el amor de Cristo lo que nos constriñe.” Esta es la dinámica de un cristianismo, de una religión auténtica.
II. La Evidencia de la Conversión
A. Tardo para oír y hablar: En el 1:19-21 Santiago está dirigiéndose a personas que supuestamente conocieron, aceptaron y fueron bautizados en Cristo. El está preocupado con los temas más básicos de la teología pastoral: cómo deben vivir los hermanos.
1. “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse, porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (1:21-22).
2. Santiago comienza con un proverbio conocido en la literatura bíblica y clásica:
a) Prov 13:3, “El que guarda su boca guarda su vida, pero el que mucho abre sus labios acaba en desastre.”
b) Sirach 6:33, “Si te gusta escuchar alcanzarás sabiduría, y si pones atención serás sabio.”
c) Luciano escribe en Demonax en respuesta a la pregunta, “¿cuál es la mejor forma de ejercer la autoridad?, responde, no pierdas los estribos, habla poco y escucha mucho” (cf M. Dibelius, James (Fortress, 1976), 112).
3. El propósito de Santiago no es callar a la iglesia. Santiago no está diciendo que la iglesia debe ser un lugar donde nadie habla. No dice que la iglesia debe ser un lugar donde se hacen injusticias, donde ha pecado y nadie dice nada. Todos se quedan callados.
4. El énfasis de Santiago es sobre, en primer lugar, saber oir, después de haber oido, entonces entra el uso sabio de nuestras palabras. Siglos antes, Salomón ya había escrito: “Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio; el que cierra sus labios es inteligente” (Prov 17:28).
B. Tardo para hablar: Vivimos en un tiempo cuando la expresión de nuestros sentimientos son expuestos sin medida. Con la libertad de expresión americana creemos tener el derecho de decir todo lo que pensamos. En el proceso se lastima tanta gente.
1. Hijos lastiman a padres, padres lastiman a los hijos, esposo lastima a esposa y viceversa, suegras lastiman las nueras o yernos, miembros de iglesia que no miden sus palabras.
2. Noten que aun Santiago le da más importancia a oir antes de hablar, 1:19a, “toda persona sea pronta para oir...” El oir más y hablar menos no solo representa el camino de la sabiduría, sino el de la paz entre los hermanos.
3. Lehmann Strauss dijo: “Dios nos dio dos orejas y solo una boca. ¿No deberíamos ser más rápidos para oir y aprender? El sabio escucha, y responde solo si tiene algo que vale la pena decir.”
C. Tardo para airarse: El cristiano no debería apenas ser “pronto para oír y tardo para hablar,” sino que en virtud de que en la comunidad de creyentes siempre habrá no convertidos quienes hablarán más rápido que lo que escuchan, entonces viene el siguiente consejo de Santiago:
1. 1:19c dice que el cristiano que ante la lengua suelta del otro debería ser, “tardo para airarse...” Dice el proverbista: “El que tiene conocimiento refrena sus palabras, y el de espíritu sereno es hombre prudente” (Prov 17:27).
2. Santiago presenta aquí dos escenarios: dos hermanos en la iglesia, o dos miembros de una familia, ambos aparentemente cristianos; uno que no sabe refrenar su lengua y dice todo lo que siente; mientras que el otro tiene un genio explosivo. ¿Resultado?
3. Un genio descontrolado es incapaz de ser tardo para hablar. Pero un genio controlado por el Espíritu de Dios, aunque el marido, la suegra, el hijo suelte la lengua, está demonstrando un cristianismo auténtico.
III. La ira controlada por el Espíritu
A. Así como Santiago no está diciendo que todo mundo debe quedarse callado en la iglesia, especialmente ante injusticias y pecado abierto, su énfasis es saber cuando y como hablar.
1. Santiago dice “tardo para airarse...” Santiago no está diciendo que la ira es pecado. Está diciendo que es necesario escuchar bien, considerar todos los ángulos, antes de airarse.
2. Hay dos tipos de ira:
a) Ira destructiva que lastima sentimientos, que hiere o machuca físicamente, ira que es capaz hasta de matar.
b) La ira constructiva, la ira que clama por justicia, ira que clama contra el mal, ira que busca la corrección de males. La ira que se asemeja a la ira divina
3. Santiago no está diciendo que el cristiano nunca debe enojarse. El cristiano debe saber cuando y porqué razones enojarse.
4. En relación a la ira destructiva, la ira pecaminosa, en el sermón del monte Jesús dijo: “Habéis oído que fue dicho a los antiguos: No cometerás homicidio; y cualquiera que comete homicidio será culpable en el juicio. Pero yo os digo que todo el que se enoja con su hermano será culpable en el juicio” (Mat 5:21-22a).
5. Aquí habla de la ira como una emoción dañina, aquella que destruye relaciones familiares, acaba con matrimonios, se mete en la vida de la iglesia.
6. En relación a la ira constructiva, Pablo dice, “enojaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo” (Efe 4:26-27).
B. El creyente sensato y equilibrado sabrá cuando distinguir entre la ira destructiva y la constructiva. No se esconderá tras la fachada de una “indignación justa” cuando su irritación viene como resultado de su propio egocentrismo, egoísmo, o frustración.
1. En el caso de Santiago, la ira estaba destruyendo la paz de la comunidad, la paz de la iglesia, la paz de las familias; pero mucho de esa ira era en respuesta de una lengua no controlada.
2. Por eso Pablo escribe, “Vuestra palabra sea siempre agradable, sazonada con sal, para que sepáis cómo os conviene responder a cada uno” (Col 4:6).
IV. Conclusión
A. Es interesante notar que en esta sección Santiago se refiere a las palabras habladas fuera de tiempo y al airarse como “suciedad y maldad” (1:21a). En palabras bien nuestras diría hoy, “cuanta cochinada se habla sin medida que destruye a tanta gente.”
1. Palabras, iras y contiendas que destruyen relaciones y minan la vida espiritual de la comunidad. Viene entonces la apelación: “recibid con mansedumbre la palabra implantada...” (1:21) y a “ser hacedores de la Palabra, no solamente oidores...” (1:22).
2. El cristianismo no es solo aquella verdad doctrinal que aceptamos y defendemos cuando alguien la ataca. El cristianismo es la forma pacífica como vivimos como iglesia, en la comunidad, entre familias y familiares.
3. No me hables de tus creencias, a menos que tu vida me demuestre que lo que crees es realmente verdad.
4. ¿Cómo vives con los de la iglesia? ¿Cómo vives con los de tu casa? ¿Cómo vives con tus hijos, sus esposos o esposas, tus nietos? ¿Qué ejemplo ven ellos?
5. Santiago tiene algunas cosas más que decir sobre esto cuando hable de la lengua. Mientras tanto esta es la admonición de Pablo:
Efe 4:22-32, “Con respecto a vuestra antigua manera de vivir, despojaos del viejo hombre que está viciado por los deseos engañosos, 23 pero renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Dios en justicia y santidad de verdad. 25 Por lo tanto, habiendo dejado la mentira, hablad la verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros. 26 Enojaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo. 28 El que robaba no robe más, sino que trabaje esforzada-mente, haciendo con sus propias manos lo que es bueno, para tener qué compartir con el que tenga necesidad. 29 Ninguna palabra obscena salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación según sea necesaria, para que imparta gracia a los que oyen. 30 Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios en quien fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos y calumnia, junto con toda maldad. 32 Más bien, sed bondadosos y misericordiosos los unos con los otros, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”