Anclas
Hechos 27:29
Introducción: Los días en que vivimos están llenos de temor. Hay pestes, enfermedades, divorcios, una economía decadente, guerra, rumores de guerra, terrorismo, amenazas de terrorismo. ¿Dónde podemos hallar firmeza en las tormentas de la vida?
Oración de transición: Consideremos cuatro anclas a las cuales podemos aferranos cuando nuestra vida se encuentra naufragando.
1. El ancla del propósito
A. Durante una tormenta, la atención puede ser cautivada por la misma tormenta, pero no debemos quitar nuestra mirada del propósito de la vida del creyente, que es glorificar a Dios (Colosenses 3:1-4; Hechos 20:24).
B. Debemos hacer todo lo posible por presentarnos a Dios aprobados (2ª Timoteo 2:15). Un propósito definido y determinado afirmará nuestra vida en los tiempos turbulentos.
2. El ancla de la posición
A. El estado de gracia. La gracia es sin límite porque Dios nos ama (Romanos 8:37-39).
B. Mientras estamos en la gracia, gozamos:
a. Libertad de nuestro pasado. Somos adoptados y como hijos de Dios, somos libres de haber quebrantado las leyes de Dios (Romanos 8:15).
b. Provisión para el presente. Todas nuestras necesidades son satisfechas porque somos hijos de Dios (Salmo 37:25).
c. Riquezas futuras. Somos coherederos del Reino (Gálatas 4:6, 7). Podemos confiar en el ancla de nuestra posición en Cristo.
3. El ancla de la oración
A. Hay dos dimensiones de la oración (1ª Corintios 14:15):
a. Orar con entendimiento (Santiago 5:13),
b. Orar en el Espíritu (Romanos 8:26).
B. Cuando no sabemos qué o cómo orar, podemos afianzarnos del hecho que Dios oye el gemir de nuestro espíritu.
4. El ancla de la alabanza
A. En medio de desastre, Pablo dio gracias y alabó a Dios (Hechos 27:35).
B. Cuando alabamos, las ataduras de la duda, temor y la esclavitud no pueden prevalecer.
C. La alabanza ayuda para que reconozcamos lo que es importante.
Conclusión: Estas anclas no nos fallarán. Usémoslas para que nuestra vida esté firme durante las tempestades que vengan.