Summary: Este es el 5to de una serie que habla de las disciplinas bíblicas de un discípulo de Cristo.

INTRODUCCIÓN

En esta noche, quisiera que comenzáramos a hablar de la cuarta disciplina de un discípulo de Cristo, tener COMPAÑERISMO CON LOS CREYENTES.

Hermanos, no podemos hacer nada significativo en la vida, sin el compañerismo de los creyentes en el cuerpo de Cristo. Amar a otros nos identifica, como discípulos verdaderos de Jesús. (Jn. 13:34, 35)

El Señor nos dió los mandamientos, el ejemplo y la medida de como debemos amar a otros. Nos instruyó priméramente, a amar a nuestros enemigos. (Mt. 5:43-47)

I. AMEMOS A NUESTROS ENEMIGOS

EXP No tenemos la libertad de escoger a quién vamos a amar. De acuerdo con Jesús, no somos recompensados solo en amar aquellos que nos aman; eso es fácil.

Somos llamados a amar, orar por, bendecir, y tratar bien a aquellos que nos tratan mal.

ILL Cuando Tony Ponceti, dueño de una imprenta en Arlington, vió en la t.v. que Manuel Noriega había sido arrestado por su envolvimiento en el mercado de drogas, le dijo a su esposa, “Pueden gastar una bala en ese hombre.”

Tony tenía una razón personal por desearle mal al general. Su hija había sido drogadicta y acababa de regresar a una vida normal con ayuda de sus padres.

Viendo el reportaje de Noriega ese mismo día, estaba un evangelista tejano llamado Cliff Brannon, entonces en sus 70. Cuando vió lo que había sucedido, le dijo a su esposa, “Necesito enviarle a este hombre un NT con el plan de salvación.” Su esposa le sugirió que le enviara uno en español para que Noriega lo pudiera entender.

Después de recibirlo, Noriega firmó la tarjeta detrás del NT indicando su decisión de aceptar a Cristo, y se la envió a Cliff. Cliff entonces, buscó la ayuda del evangelista Rudy Hernández para conseguir una oportunidad de testificarle personálmente a Noriega.

Mientras tanto, Tony Ponceti estaba en un grupo de estudio bíblico estudianto el curso “Mi Experiencia con Dios.” Cuando escuchó la historia de lo que Brannon había hecho para testificarle a Noriega, se dió cuenta de que Dios había estado obrando en esa situación y también en su propia vida el día que vió el reportaje con amargura en su corazón.

Tony estaba tan arrepentido y se sentía tan responsable por Noriega, que vendió su imprenta y se mudó a Miami, donde Noriega estaba en custodia. Allí abrió un negocio con la idea de tratar de ganar acceso a Noriega para poder discipularlo. Aunque trató de toda manera que pudo, no pudo hacer contacto entonces con el general.

Tony comenzó a pedirle a grupos de iglesias que oraran por Noriega y la oportunidad de discipularlo. Un día, un grupo de oración que se reunía a las 6:00 am, sintió la seguridad de que Dios había resuelto el problema.

Como resultado, Tony llamó a casa de Cliff y descubrió que Cliff estaba fuera del pueblo. Al preguntarle a su esposa, descubrió que él era una de las tres personas que podía saber donde estaba Cliff.

Cliff había sido informado la noche antes, que si él podía estar en Miami la mañana siguiente, le permitirían ver a Noriega.

Cliff estaba en un hotel, solo a unos bloques. Tony lo contactó, pero aunque no pudo entrar con él y Rudy para testificarle a Noriega, este contacto comenzó una relación que luego abrió una puerta.

Ese día, en una sesión de dos horas en su celda, el ex-general Manuel Noriega dió su corazón a Cristo. Hubo desde ese momento mucha evidencia de que su conversión era genuina. Luego, se le permitió a Tony que lo discipulara, visitándolo semanálmente.

APP De unos eventos que solo Dios pudo ingeniar, Tony Ponceti, el dueño de la imprenta que en una ocasión sintió odio en su corazón, se convirtió en Tony el discipulador. El permitió que el amor interminable de Cristo fluyera a través suyo para transformar al odiado general panameño Manuel Noriega. Un enemigo se había convertido en un hermano.

II. AMEMOS A NUESTROS VECINOS

EXP Según Cristo, el segundo grande mandamiento después de amar a Dios, es “ama a tu prójimo como a tí mismo.”

La historia del buen samaritano, nos muestra que nuestros vecinos son más que las personas que viven a nuestro lado. Y como cristianos necesitamos ser una demostración viva del amor de Cristo por otros, aunque tengamos poco en común.

ILL Demostrar amor puede ser tan simple como dejar que un extraño se estacione en su lugar, o sonreir y darle una bendición a una cajera que calculó su orden incorréctamente. Podría significar sacrificarse aún más y permitirle a una persona quedarse en su casa cuando necesita protección y no tiene donde ir. Incluye apoyar niños que nunca ha conocido en otra parte del mundo. Y hacer bien por otros.

El amor al prójimo ocurre, cuando el amor de Jesús en nuestro corazón nos mueve fuera de nuestra naturaleza egoísta y nos mueve a satisfacer las necesidades de otros, sin importar el que puedan devolver el favor o el amor.

Como discípulos de Cristo, necesitamos, no es opción, amar a nuestros enemigos, vecinos y nuestros hermanos y hermanas en Cristo.

OREMOS