Cierrense los ojos por favor. Bueno, y ahora imagínate si fueras ciego… Imagínate—al despertarse en la mañana, abres tus ojos, pero todavía estás en oscuridad. Y ya tienes que levantarte para bañar, desayunar e ir al trabajo. Imagínate el miedo, la frustración, el peligro de andar así, de andar en tinieblas. Se pueden abrir los ojos. Qué mejor ¿verdad? No sé si saben pero esta semana estrenó una pelicula que se llama "At first sight" (A la primera vista) Es la historia de un hombre ciego (Val Kilmer), el cual por medio de una operación recupera la vista. No la he visto, pero me imagino que el carácter de Val Kilmer trate de ver todo lo que antes no podía, de andar en la luz del día—bien alegre que ya puede ver. Imagínate el gozo…toda tu vida has estado en oscuridad y de repente un día—puedes ver todo. Bueno, nosotros, así como un hombre ciego, estamos por naturaleza en tinieblas, pero Jesucristo la luz del mundo ha venido para disipar las tinieblas. Entonces esta mañana Dios por medio de su Palabra va a animarnos a andar en la luz, 1) porque esta luz, Jesucristo, nos iluminó; 2) y porque esta luz destruyó el poder de nuestros enemigos.
I. Porque nos iluminó
En los versículos que preceden el texto para esta mañana el profeta Isaías describe la situación triste en que se encontraban los Israelitas de su época. Estaban en oscuridad. Andaban en la oscuridad de temor y angustia por causa de los asirios. El imperio de los asirios había conquistado a una gran parte del mundo y había llevado en cautividad a los tribus del norte de Israel, incluyendo a Zabulón y Neftalí que vemos aquí en el texto. Y lo malo es que los asirios siempre maltrataron a las naciones que conquistaron. La gente en el sur, o sea, en Judá, a quien Isaías esta escribiendo estaban verdaderamente en la oscuridad de temor y agunstia—la sombra de los asirios les amenazaba.
Pero, los mismos Israelitas tenían toda la culpa por sus problemas. Por siglos vivían en idolatría e inmoralidad. Además rechazaron y aún mataron a los profetas que Dios había enviado a ellos. Preferían escuchar a los profetas falsos y a las brujas y adivinos. Los Israelitas andaban en la oscuridad de sus pecados, en peligro constante y en angustia, porque ellos viajaban por el camino al infierno.
Dios, sin embargo, les prometió una luz, y fíjanse que habló con ellos como que ya había pasado. Y así es con muchas las profecías de Dios. Bueno, Dios es fiel, y entonces fue un hecho. Dice, "El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos." El versículo seis de este mismo cápitulo nos dice que es esta luz. Es el niño nacido, el hijo de Dios, el Príncipe de Paz…pues, es Jesucristo ¿verdad? Y vemos que esta profecía se cumplió en el evangelio para esta mañana. San Mateo nos dice que Cristo estableció Capernaúm para el centro de su ministerio. Fíjanse que esta es la región de Zabulón y Neftalí. La región que antes fue humillada por los asirios ya recibió el honor de ser el hogar del Salvador del mundo. Y de allí resplandeció la luz de la salvación. Cristo les predicó, "Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado." Estaban andando en las tinieblas de sus pecados, y necesitaban un Salvador. Y Cristo les estaba diciendo que aquella luz, el Salvador del mundo había llegado. El rey de los cielos había llegado al mundo para morir por ellos. Entonces, les invitó a arrepentirse de sus pecados y confiar en él, la luz del mundo, para su salvación.
Bueno, me acuerdo que cuando yo estaba en Monterrey, un día el cielo se puso pero bien rojo, todo el día. Todo el mundo corrió para las iglesias y muchas señoras se encerraron en sus casas, porque pensaban que el mundo estaba acabando. Total que el próximo día nos dijeron que un cambio de la presión atmosferica levantó el polvo rojo del desierto, y por eso se puso rojo. Pero asustó a mucha gente, no estaban preparados para el fin del mundo. Y ¿cuántas personas en este mundo no se pueden dormir en la noche porque tienen miedo de la muerte? La genten hoy en día están andando en tinieblas y en temor. Andan en la oscuridad de sus pecados, no buscan la ayuda de Dios, sino corren a las drogas, las pandillas, la cerveza… Y fíjanse que la Biblia nos dice que aún nosotros por naturaleza estamos en esta oscuridad por nuestros pecados. Nosotros a veces dudamos la protección de Dios, tenemos miedo, caimos en los mismos pecados del mundo.
Pero, hay una diferencia entre nosotros los cristianos y el resto del mundo, porque nosotros hemos visto esta gran luz…La luz ha resplandecido en nuestros corazones. El mismo mensaje que Cristo predicó en el evangelio es para nosotros también. Podemos arrepentirnos con la confianza que todos nuestros pecados nos están quitados, perdonados. La luz del mundo nos ha enseñado el camino a los cielos. No estamos andando en tinieblas, sino en la luz de la salvación. Jesucristo, quien es el camino, la verdad, y la vida, nos ha dado el cielo gratuitamente, como un regalo.
Y entonces, ya que estámos en la luz, no vamos a andar como los de las tinieblas andan. ¡Para nada! Vamos a vivir como hijos de la luz. Vamos a brillar el amor de Cristo a todo el mundo…Pues, vamos a ser pescadores de hombres, así como vimos en el evangelio, brillando la luz de la salvación a otros. Y tenemos muchas oportunidades. Todos aquí tienen familiares y amigos que no creen en Jesucristo, los cuales están andando en tinieblas, por el camino al infierno. Entonces, que brillemos a ellos.
"El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos…" Somos nosotros. Y entonces que vivamos en esta luz, con la confianza que Cristo, la luz del, el camino al cielo ha venido. Y sí, tenemos tal seguridad porque sabemos que él quebrantó nuestro pesado yugo y destruyó el poder de nuestro opresor—o sea, que destruyó el poder de nuestros enemigos…
II. Porque destruyó el poder de nuestros enemigos.
Como hemos visto, los asirios llevaron en cautividad a los tribus del norte y estaban amenazando a Judá. Y aúnque ellos no estaban en cautividad, como quiera, estaban bajo el yugo de los asirios y en peligro de ser atacado por ellos. Esta profecía es lo que se llama telescópico, o sea, que es como un telescopio. Tiene dos cumplimientos, o sea, que se cumple parcialmente en que Dios les salvó de la mano de los asirios. Pero, su cumplimiento completa todavía no había llegado, estaba más en el futuro…Cristo la luz del mundo les iba a salvar de unos enemigos aún más peligrosos que los asirios: el diablo, el mundo, y su naturaleza pecaminosa. Así como vimos en el sermón hace dos semanas, estaban bajo la esclavitud, bajo el yugo de temor y culpa. Pero no sólo ellos, sino nosotros también…todo el mundo por naturaleza está en esclavitud. Seguimos los deseos de la carne. Tenemos miedo de la muerte. Nos sentimos la carga de la culpa. Y fíjanse que muchos tratan de quitarse de este yugo. Tratan de olvidarse de ello al usar drogas o al tomar. Pero no funciona ¿verdad? Otros tratan de hacer buenas obras para compensar por sus culpas, o sea, para ganar el favor de Dios…pero no quita el dolor ni la carga…
Pero Cristo la luz del mundo quebrantó el yugo de nuestro opresor. Con su muerte en la cruz la tierra tembló, la vela en el templo se rasgó de arriba para abajo, y el poder del diablo fue destruido para siempre. Isaías menciona que es como en el día de Madián. En los días de los jueces, el rey de Madián conquistó a los israelitas, y estaban bajo su opresión. Pero Dios envió a un hombre que se llamaba Gedeón, el cual derrotó al ejército de Madián con solamente tres cientos hombres (pues con la ayuda de Dios, ¿verdad?). El punto es que tenemos una victoria sobre los que antes nos opresaron. La victoria es nuestra por nuestro salvador Jesucristo…y entonces también los despojos, el botín es nuestro…el botín que es el cielo.
Y por eso Dios nos anima a regocijarnos. Estabamos en tinieblas, bajo el yugo del opresor, en peligro, agustia, y terror. Pero ya tenemos la victoria, y nos gozamos de sus frutos. Isaías nos dice, "Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos." No tenemos que estar callados y tristes en la iglesia, es una celebración. Claro, que vamos a mostrar respecto para la casa de Dios, pero tenemos la victoria en Cristo, vamos a irnos de este mundo de lágrimas al cielo donde no hay problema, ni enfermedad, ni sufrimiento.
Entonces, qué andemos, qué vivamos en este gozo: en la iglesia, en tu casa, y en tu trabajo. Qué seamos luces a los demás reflejando el amor de Cristo…Porque estabamos ciegos pero ya podemos ver. Andabamos en tinieblas, pero luz resplandeció sobre nosotros. Entonces, qué andemos en esa luz. Pórtense como hijos e hijas de la luz. Invitan a sus familiares y amigos a la iglesia, para que ellos, que ahora andan en tinieblas también puedan ver esta luz. Y más que todo regocíjanse, porque la victoria es nuestra. Como San Pablo dice, "Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, (y tenemos una lista muy larga aquí) ni ángeles, ni principados, ni potestades, no lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada…NADA (ni los problemas familiares, ni problemas en la escuela, ni enfermeda…nada)…nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro." Qué andemos en esta luz. Amén.