"Gracias por su mensaje esta mañana, pastor." "Fue un muy buen sermón, pastor." Al salir del culto, a veces se pueden escuchar estas frases, ¿verdad? "Fue un muy buen sermón, pastor." Pues, a veces la gente lo dicen nada más como un decir, sin pensar mucho en lo que están diciendo. Pero hay unos que realmente piensan que fue un buen sermón. Pero, ¿qué hace que un sermón sea bueno? (Voy a dejar a la gente responder—¿Qué piensan?) Muchos responderían, "Si es corto!!!" U otros, "Si no está aburrido, o si el pastor habla con mucha emoción o con palabras elocuentes y persuasivas." Y esta es la pregunta que vamos a contestar hoy en nuestra meditación: ¿qué es un buen sermón? Pablo nos lo dice en el texto para esta mañana…Entonces, el texto que sirve para nuestra meditación esta se encuentra en la primera carta de Pablo a los corintios, capítulo dos de los versículos uno al cinco…
I. Predicamos en debilidad
Pablo escribió esta carta a los cristianos en Corinto, una ciudad grande y rica de Grecia. Pero había un problema en esta congregación, porque habían muchas discusiones entre ellos por los varios "pastores" que les habían servido: Pablo, Apolos, Cefas, etc. Fíjanse que habían divisiones entre la gente porque unos preferían a Pablo y otros a Apolos y otros a Cefas. Se pueden imaginar ¿verdad? Se puede escuchar sus quejas, "Yo prefiero a Cefas, porque los sermones de Apolos están aburridos…" Y bueno, dado que estaban en Grecia, la gente admiraban a los oradores elocuentes y a los filosofos, los cuales podían mover a la gente con sus palabras persuasivas.
Pero Pablo en esta carta recuerda a los cristianos en Corinto que él no predicaba a ellos con exelencia de palabras ni de sabiduría, sino en debilidad y con temor. Habla muy honestamente aquí ¿verdad? Cuando pensamos en Pablo, generalmente no pensamos en un hombre tímido que no fue muy elocuente. Pues, al contrario ¿verdad? era uno de los misioneros más famosos de toda la historia. Pero Pablo mismo se consideraba el primero, o sea, el principal, el peor de los pecadores, porque antes perseguía a la iglesia.
Y él aún confiesa en esta carta que para el mundo su mensaje era locura. Dice en el primer capítulo de esta carta, "Nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura." Para el griego de Corinto, era insensatez creer que alguine que había muerto podía salvar y rescatar al hombre del pecado y de la muerte con todas sus consecuencias destructivas. ¿Cómo podía alguien que había sufrido en su propio cuerpo la gran verguenzade la crucifixión levantar al hombre a la honra y a la gloria eterna?
Pues según Pablo, un buen sermón no necesita palabras persuasivas ni un predicador sabio y elocuente…Y qué bueno. La verdad es que a mí me dan mucho consuelo estos versículos, porque soy un seminarista joven y no tengo mucha experiencia. Sólo tengo 25 años. Soy un vil pecador con muchas debilidades. No hablo español como la elocuencia que tienen otros, hablo demasiado, no siempre tengo paciencia, etc…Pues, la verdad es que a veces vemos a los predicadores en la television, los que son muy elocuentes y animados, y nos preguntamos por qué nuestro pastor no es así ¿verdad? Pues la verdad es que el mundo busca entretenimiento. Los predicadores muy emocianantes llenan iglesias…Pero, ¿son sus sermones buenos?
Pues, Pablo aquí nos dice qué es el elemento más importante de un buen sermón: "me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado." Lo importante es el mensaje. Y entonces, el mensajero no importa mucho. Pablo escribió en su segunda carta a los corintios que nosotros somos nada más que vasos de barro que llevan el precioso tesoro que es el evangelio. Somos vasos de barro, feos y débiles. Y entonces, el poder proviene del mensaje. Pablo nos dice que este mensaje es "locura a los que se pierden, pero a los que se salvan, eso es, a nosotros es poder de Dios." Nosotros los predicadores débiles no tenemos nada que ver con el éxito del mensaje…
Y qué bueno, porque nosotros sí, somos pecadores débiles ¿verdad? Muchas veces nosotros dependemos más de la sabiduría humana, que el poder de Dios. Si dices que tienes que robar, o que tienes que estar en una pandilla para sobrevivir, no estás confiando en Dios para proveer. Si dices que tienes que pelear para proteger su reputación, porque no quieres que los demás piensan que eres débil, no estás confíando en el poder de Dios. Porque la mera verdad es que somos débiles, vasos de barro. Entonces, que hagamos lo que Dios quiere, confiando que nos va a ayudar…
Y entonces, ¿qué es un buen sermón? Pues, lo principal es el mensaje: Jesucristo crucificado ¿verdad? No es tan difícil: Nosotros somos pecadores, y Jesucristo nos salvó de la muerte eterna con su propia muerte en la cruz…Y entonces, si no depende de mensajero, sino de este mensaje sencillo…bueno, Ustedes también pueden ser predicadores. Pues no tienen que predicar un sermón, pero si pueden dar este consuelo a familiares y amigos que están cargados con las preocupaciones de este mundo. Y no tenemos que ni podemos convencer a nadie porque nosotros somos débiles…
Sí, somos débiles. Yo soy el primero para confesar que no siempre testifico a Cristo claramente. Tengo que confesar con Pablo que soy el primero, el peor de los pecadores. Pues, cada uno de nosotros podemos ver nuestras debilidades y las muchas veces que nos caemos en el pecado. Pero lo bueno es que no depende de nosotros porque Dios quiere que nada más prediquemos a Jesucristo crucificado…o sea que decimos a nuestros amigos y familiares que Cristo murió en la cruz por nuestros pecados. No tenemos que hacer nada más, porque aunque predicamos en debilidad, predicamos con poder…
II. Predicamos con poder
Pues, San Pablo nos da un muy buen ejemplo de la predicación buena. Aunque era un hombre débil y tímido, fundó muchas iglesias por todo el mundo conocido. Llevó el mensaje de la salvación a miles de personas, pero no por su propia sabiduria ni poder, sino con la "demostración del Espíritu y de poder" Sí, y entonces, un buen sermón tiene poder…
Pablo nos dice en Romanos 1:16, "Porque no me averguenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree." Nuestro mensaje tiene poder. La palabra griega que está traducida "poder" aquí, es la palabra de la cual se deriva nuestra palabra "dinamita". Y así es el evangelio. Es la dinamita que puede abrir el corazón duro. Es la dinamita que puede destruir el poder del diablo sobre un indivíduo. Unos dicen que un buen sermón se aplica a la vida diaria. Pues, no hay otro mensaje que es más aplicable a nuestra vida cotidiana. Esta Palabra nos da la fuerza para seguir en los tiempos difíciles. Este mensaje nos anima en la tristeza. Este mensaje nos da la fuerza para hacer lo que Dios quiere aunque el mundo se burlaría de nosotros.
Pues por medio de este mensaje, el Espíritu de Dios mora en nuestros corazones. Hay muchos de esos "predicadores elocuentes" que dicen que tenemos que buscar un sentimiento, o sea, la experiencia de Dios en nuestros corazones. Y lo buscan al orar y al llorar y al gritar, pero no al leer la Palabra de Dios. Y mis hermanos, la verdad es que el Espíritu Santo no obra excepto por medio de la Palabra y los sacramentos. Pablo escribió, "La fe es por el oír, y el oír por la Palabra de Dios." Nuestra fe tiene un fundamento sólido. No se basa en la emoción ni en la sabiduría humana, sino en el mensaje poderoso de Dios, el evangelio.
Y qué bueno, porque la sabiduria humana siempre se fracasa. Vemos en Génesis que la gente querían construir un torre en la ciudad Babel que llegaría a los cielos, porque querían honor y gloria, pero se fracasó por el poder de Dios. Hace casí cien años unos hombre se jactaban porque construyeron una barca que ni Dios pudiera hundir, y el Titanic se hundió sólo unos días después. Aunque la medicina moderna ha avanzado bastante un los últimos años, todovía hay enfermedades. Nadie puede escapar la muerte. Pues hay un dicho que dice que "el conocimiento es poder." Pero realmente depende de que tipo de conocimiento estamos hablando. Nosotros conocemos a Jesucristo crucificado, y tal conocimiento sí, tiene poder.
Y entonces, sí, predicamos con poder, con la seguridad que tenemos el cielo, con gozo, y con amor. Un buen sermón sí está lleno de emoción, pero no por la manera en que habla el pastor, sino por el mensaje. La salvación es nuestra por nuestro Señor Jesucristo, y además, el Dios de amor está a nuestro lado. Como Pablo escribió, "Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?" Pues, nadie ¿verdad? Y entonces, un buen sermón realmente no tiene nada que ver con el predicador, porque el poder proviene del mensaje.
Qué consuelo, ¿verdad? porque nosotros estamos aquí en esta iglesia donde se basa todo en lo que dice Dios. Es por eso que tenemos las lecturas bíblicas. Es por eso que leemos los salmos. Es por eso que los sermones siempre se basan y enfocan en un texto bíblico. Y dado que no depende de nosotros, Ustedes también pueden ser predicadores. Entonces, qué invitemos a otros a escuchar este mensaje, y no hay que preocuparnos, porque sabemos que somos vasos de barro. No necesitamos convencer a nadie con palabras persuasivas, porque nuestro mensaje sencillo es poderoso: predicamos a Jesucristo crucificado.
Entonces, ¿qué hace que un sermón sea bueno? Si predicamos a Jesucristo crucificado, porque aunque predicamos en debilidad, predicamos con poder. Amen.