Lucas 1:46-50
Introduccion: Hoy quiero hablar de algo que a todos nos pasa. No importa cuánto nos esforcemos en la vida, siempre llegan tiempos de pruebas, donde las cosas se salen de nuestro alcance y no tenemos otro remedio que aceptar la realidad dura y difícil que nos ha llegado.
Los problemas pueden llegar en diferentes formas, y todo esto le puede pasar lo mismo al justo que al impío, pero nosotros, tenemos a Dios de nuestro lado para fortalecernos y ayudarnos, de manera que aun las dificultades de la vida, no nos pueden quitar el gozo que Dios nos ha dado y podemos mantenernos en victoria en medio de cualquier situación.
1. El cántico de María fue pronunciado, después que las cosas se le pusieron difíciles. Sus padres estaban terriblemente afectados con la noticia y no sabían cómo manejar la situación.
2. Posiblemente la mandaron a casa de Elizabeth para sacarla del pueblo y evitar el escándalo. Porque en aquellos tiempos una joven soltera, no decidía ir de visita a casa de un pariente que vivía en otro pueblo y quedarse allá, sin previo consentimiento de sus padres.
3. Su novio estaba atribulado y pensando abandonarla. No sabemos si el creyó lo que María le dijo o no. Pero, de todos modos, su posición estaba en duda. Si no lo creyó, estaría furioso de pensar que María lo hubiera traicionado con otro hombre, y su deber era denunciarla para que la apedrearan.
Pero conociendo que María era una joven que siempre se había mostrado obediente a sus padres y dedicada en su devoción a Dios, posiblemente, haya podido creer lo que María le contó, pero, de todos modos, su confusión quedaba igual, porque no sabia que hacer siendo que estaba comprometido a casarse con ella y ella estaba encinta.
4. María sabía que Dios estaba en el asunto, pero su situación era muy incierta. Estaba en un caso único. Algo que nunca antes se había oído, y nadie en su familia sabia que hacer.
5. La llegada a casa de Elizabeth le dio la confirmación que ella necesitaba. Las dos habían experimentado un milagro en ellas. Las dos llevaban dentro una criatura milagrosamente engendrada.
Tan pronto ella llegó, Elizabeth fue llena del E. S. y le profetizó a María, las palabras exactas que ella necesitaba oír. Elizabeth, no sabia que María estaba encinta. En aquellos tiempos no había teléfonos o formas de comunicación.
6. Pero al recibir la confirmación de parte de Dios, María declara positivamente:“Mi alma engrandece a Jehová”. Lo pone en alto, Lo alaba. Le da gloria, honra y alabanza.
a. Nosotros necesitamos aprender a alabar a Dios a pesar de las circunstancias, reconocer que Dios es grande, sublime y merecedor de alabanza.
b. No es necesario que las cosas cambien para que nosotros alabemos a Dios. Se alaba a Dios por fe en lo que Él hará.
7. “Y mi espíritu se regocija en Dios, mi salvador”. Regocijarse en llenarse de gozo. Es digno de admiración que aun cuando ella está pensando, que cuando ella regrese a su casa, ya su novio se habrá ido, como ya había dicho. Aunque tuviera que hacerle frente al desprecio de la gente y hasta ser apedreada. Pero dentro de ella había un gozo que no tenía explicación, al saber que dentro de ella estaba el verbo encarnado de Dios.
Así como tú y yo necesitamos dejar de mirar los problemas y ver lo que Dios está haciendo en nosotros y a través de nosotros.
8. “Porque ha mirado la bajeza de su sierva”. Ella reconocía que no era nadie, ni merecía nada. Así como tú y yo necesitamos dejar de estarnos cogiendo el crédito de lo que hacemos, porque si algo tenemos es porque Dios nos lo ha dado.
9. “Porque desde ahora me tendrán por bienaventurada todas las generaciones”. Necesitamos dejar de mirar el problemita actual y ver a la distancia, la bendición y el privilegio que Dios nos ha dado de conocerle, porque “El levanta del polvo al pobre, el sustenta al caído, el consuela a los afligidos, él es que rescata del hoyo tu vida y te corona de misericordias, el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”.
10. Luego sigue diciendo: “Porque el Poderoso ha hecho grandes cosas conmigo”. Qué bueno que pudiéramos sacar todas las cosas buenas que Dios ha hecho con nosotros en vez de estarnos quejando por las dos o tres cositas que salieron mal. Deja el lloriqueo y ponte a alabar a Dios por todos sus beneficios. Como dice el Salmo 103:1 “Bendice alma mía a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios”
11. “Su nombre es santo”. No estamos hablando de cualquiera aquí. Hay muchos llamados dioses que son malos y crueles, que exigen de sus seguidores sacrificios que son abusivos y que sus servidores les tienen miedo, y se someten a ellos por temor a los castigos que les vendrán si desobedecen.
Pero nuestro Dios es santo y mientras más nos acercamos a Él y mientras más lo conocemos, más nos admiramos de la hermosura de su santidad. De la pureza de su amor, de su bondad inigualable.
12. “Y su misericordia de generación a generación”. La misericordia es lo que recibimos, aunque no lo merecemos, es la compasión de Dios demostrada hacia toda la humanidad, desde el principio hasta ahora. Por todas las generaciones.
Dios no se cansa, su paciencia no se agota a causa de nuestras faltas, de nuestros pecados, de nuestra terquedad, de todas nuestras iniquidades. Sus misericordias son nuevas cada mañana. Como dijo el profeta Jeremías: “Es por la misericordia de Jehová que no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias” Lam. 3:16
13. “Para con los que le temen”. Ahí es donde entramos tú y yo. Nosotros hemos alcanzado misericordia. Esto Pablo lo confirma: “Ustedes que en el tiempo pasado no eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios. Que en otro tiempo no habían alcanzado misericordia, pero ahora han alcanzado misericordia” Y también Pedro lo dice en 1 Pedro 2:10 “ustedes son linaje de Dios, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncies las virtudes de aquel que los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable”.
Conclusión: Sí, pruebas vienen y van, pero el cristiano tiene que estar claro en esto. Tú no eres cualquier cosa, tú eres pueblo adquirido por Dios. Eres privilegiado porque Dios está de tu parte para sostenerte, para fortalecerte y para guiarte a través de toda tu vida.
Las pruebas de la vida no te pueden confundir, ni siquiera cerrar tu boca de alabar y bendecir a Dios, porque dentro de ti habita el Santo. Como la mujer cuando está encinta lleva una criatura dentro de sí, nosotros llevamos a Cristo en nuestro corazón y sentimos su presencia y eso nos llena de gozo.
El cristiano debe sobresalir en medio del mundo porque tiene gozo y paz cuando los demás están atribulados.
Cuando los demás tienen miedo el cristiano debe sentir seguridad en Cristo. Cuando los demás están desesperados, el cristiano debe tener esperanza en Dios. Y el mundo debe entender que somos bienaventurados porque tenemos a Cristo en nosotros.
Es tiempo que el cristiano deje de estarse quejando igual que los demás, cada vez que pasa algo que no les gusta, y comenzar a engrandecer el nombre de Cristo y alabarle públicamente, aunque no sepas que es lo que va a pasar contigo.
No tienes que esperar a que se hayan resuelto las cosas para alabar a Dios.
La fe es la demostración de lo que no se ve. Comienza a alabar a Dios por fe en su Nombre, por confianza en su bondad y misericordia, Deja de centrarte en ti mismo y alaba a Dios por lo que él es, porque Él merece ser alabado, aunque no te diera nada. Él es digno de la alabanza.
Cuando nos concentramos en nosotros mismos, nos sentimos inconformes, y quizás confundidos o frustrados por las cosas que nos pasan, pero cuando levantamos nuestra mirada y la ponemos en Dios, y a pesar de lo que estemos pasando, comenzamos a darle gloria a Dios por quien el es. Y las cosas bellas que el hace en nosotros, nuestro espíritu se eleva a lugares celestiales y podemos decir como María dijo: mi espíritu se regocija en el Señor.
Quizás la carne se siente triste, pero mi espíritu se puede regocijar, aunque la carne no quiera.
Le estoy hablando a gente valiente, gente de Dios que sabe sobreponerse a la carne, que sabe vencer la carne y entrar en un nivel espiritual.
Hoy nuestro reto es a levantar las manos y darle gloria al Todopoderoso, al Santo de Israel. Al que merece suprema alabanza. ¿Quieres hacerlo conmigo?