Si te dijeran ahora mismo que, por un minuto, tienes todo el poder para realizar o cumplir lo que quieras ¿Qué harías? ¿Te imaginas? ¡Todo lo que se puede lograr en un minuto teniendo todo el poder! Pero si somos sinceros, conociéndonos un poco, sabemos que siguiendo nuestros deseos y nuestro corazón y teniendo todo ese poder, en menos de un minuto seguramente acabaríamos destruyendo el mundo.
Los seres humanos no estamos listos para tener poder irrestricto. La historia ha demostrado, por ejemplo, que los oprimidos cuando llegan a tener poder se vuelven opresores con mucha facilidad.
Nos dan autoridad y en vez de servir a los demás, tendemos a distorsionar la autoridad para servirnos de los demás.
Nos dan las palabras y su influencia para edificar a los demás, y tendemos a usarlas para manipular y controlar a los demás.
En fin, para nosotros los seres humanos, el poder, es muy peligroso. Pero hay alguien que en verdad tiene todo el poder y esto, en lugar de ser una amenaza que tengamos que temer, por el contrario, es la única fuente de seguridad que podemos tener.
En las últimas semanas hemos estado hablando de los “omnis” de Dios”, como parte de nuestra serie: “Castillo Fuerte” en la que estamos considerando los atributos de Dios; es decir, aquellas perfecciones de Dios que lo hacen ser quien es.
Este mes hemos estado hablando de los atributos incomunicables, es decir, esas características, cualidades y perfecciones del ser de Dios que lo hacen distinto a nosotros, que lo hacen único y diferente a nosotros.
Y en las últimas semanas hemos hablado de la Omnisciencia de Dios y de la Omnipresencia de Dios. Es decir, hemos subrayado la enseñanza de la Escritura de que Dios conoce todo de todo de manera perfecta, absoluta y completa, como nosotros nunca podremos. Y que Dios está presente en todo tiempo y lugar, como nosotros jamás estaremos.
Para completar esta tríada de “omnis”. (ese prefijo de origen latino que da la idea de universalidad o totalidad), hoy terminamos el mes hablando de la Omnipotencia de Dios.
Omnipotencia significa que Dios puede hacer cualquier cosa que sea coherente con su voluntad y carácter. Esto es importante, porque no se trata solo de tener todo el poder, sino que ese poder es usado de acuerdo con los deseos santos de Dios y de acuerdo con su carácter perfecto y santo.
Por eso, la omnipotencia no abarca cosas como la mentira. Dios no puede mentir, pues la mentira es incongruente con su carácter santo.
También está la típica pregunta tramposa que los escépticos hacen de que, si Dios puede hacer una piedra tan pesada, tan pesada, que ni él la pueda mover. Dios no haría tal cosa, primero porque no es algo de acuerdo con sus deseos y segundo, tendría que ir en contra de su mismo ser, lo cual es imposible, pues dejaría de ser Dios y él no puede dejar de ser lo que es.
Entonces, la omnipotencia de Dios es que Dios tienen poder absoluto para hacer todo aquello que esté de acuerdo con su voluntad y carácter. Es en ese sentido que debemos entender pasajes como Lucas 1:37 donde dice: “Porque para Dios no hay nada imposible” (Lucas 1:37).
(Este texto está en el contexto del anuncio de la concepción virginal de Jesús. ¿Cómo podría María quedar embarazada siendo virgen? La respuesta es Omnipotencia (Para Dios no hay nada imposible).
Los atributos de la Omnisciencia y Omnipresencia son atributos muy consoladores. Pero la Omnipotencia viene a completar más el cuadro. Piénsalo, tener un Dios que conoce todo perfectamente y un Dios que está siempre presente, es algo maravilloso.
Pero si ese Dios no puede hacer nada al respecto de lo que conoce y no puede hacer algo más que estar presente, entonces, es un Dios muy limitado. De nada sirve que conozca y esté a tu lado, si no puede hacer algo más que ser un testigo silencioso y pasivo. Si conoce la situación que vives y está ahí presente en medio de lo que vives, pero, aunque quiera, no tiene el poder para hacer algo al respecto de lo que vives, pues ¿Qué celebraríamos? ¿Qué agradeceríamos?
La omnipotencia de Dios es lo que viene a cerrar el círculo de los “omnis” de Dios que hacen la diferencia en nuestras vidas cuando lo creemos, lo abrazamos y lo aplicamos a nuestras circunstancias en la vida real.
Sin duda esto es lo que está en la mente del Salmista en el Salmo 91, que hemos leído durante el culto, allá en los versos 1 y 2 donde dice: El que habita al abrigo del Altísimo descansará a la sombra del Todopoderoso. Yo digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío».
¿Por qué podemos confiar en Dios? ¿Por qué podemos llamarlo mi “castillo fuerte”, mi refugio, mi fortaleza? ¿Por qué el que habita bajo el cobijo o abrigo del Dios altísimo puede confiar? Porque estás bajo la sombra del Dios omnipotente, que se le llama el Todopoderoso (El Shadai, en el idioma original).
Tenemos razón para confiar en tiempos de angustia y tribulación porque habitamos y descansamos bajo el poder de aquel que todo lo puede, para quien no hay imposibles, de aquel que es “El Shadai”, el todopoderoso.
Si sigues leyendo el Salmo 91 encontrarás este canto de confianza porque no hay nada ni nadie que pueda vencer, superar, anular al todopoderoso.
La enseñanza bíblica de la omnipotencia de Dios debe producir en nosotros seguridad, confianza y paz. Hoy más que nunca necesitamos recordar estas verdades de la Escritura porque vivimos todo el tiempo con temores, ansiedades, y angustias.
Reconocemos que estamos en nosotros mismos en un mundo de fragilidad, necesidad y amenaza de constantes peligros. Pero saber que de nuestro lado está el Dios omnipotente, debe cambiar nuestra perspectiva de las cosas.
Por eso este día queremos subrayar, por lo menos, tres razones, basadas en la omnipotencia de Dios, por las que el pueblo del Señor puede vivir seguro y confiado, puede vivir teniendo al Señor como su castillo, su fortaleza, su refugio en todo momento.
Por eso, este día hermano, recuerda esta verdad: “Nuestra vida está segura en las manos del Dios omnipotente”
¿Por qué podemos estar seguros, aunque las cosas no estén yendo de manera ideal? ¿Por qué podemos seguir confiando, aunque en nuestra vida no todo esté color de rosa? ¿Por qué podemos seguir llamando a Dios nuestro castillo, fortaleza y refugio?
Primero, Porque el Dios omnipotente puede cumplir sus Planes.
Isaías 14:24-27 dice: El Señor de los Ejércitos ha jurado: «Tal como lo he planeado, se cumplirá; tal como lo he decidido, se realizará. […] »Esto es lo que he determinado para toda la tierra; esta es la mano que he extendido sobre todas las naciones». Si lo ha determinado el Señor de los Ejércitos, ¿quién podrá impedirlo? Si él ha extendido su mano, ¿quién podrá detenerla?
En los libros proféticos, como Isaías, encontramos la revelación de los planes de Dios para diferentes situaciones del pueblo del Señor. Estos planes a veces eran de bendición y otras veces eran de juicio. No importaba si era para bien o para juicio, el punto era que, si Dios lo había planeado, esto sucedería como él lo había previsto.
Con qué palabras tan contundentes asegura que el plan de Dios se realiza de acuerdo con lo previsto. Con qué seguridad se nos dice que lo que Dios ha determinado ¿quién puede impedirlo? Ahí está la base de nuestra seguridad, en su omnipotencia.
Si Dios no fuera omnipotente, entonces sería como nosotros. Cuántas veces no has hecho planes ya sea personales o familiares y no salen como lo habías pensado.
Es interesante ver a una pareja de novios hacer los planes para su boda. Quieren estar pendientes de todos los detalles involucrados. Llevan una lista minuciosa de todas las variables incluidas. Y aun cuando se preparan con toda anticipación, nunca su plan sale totalmente como lo habían previsto. Siempre hay algo que sale del control y no hay nada que puedan hacer.
Normalmente al verlos así, yo les digo: “Esta bien que hagan un plan, pero recuerden que no todo va a salir así como lo planearon; no vayan a dejar de disfrutar ese momento por algo que no pueden controlar”.
Como seres humanos no tenemos el poder de hacer que nuestros planes se cumplan. Todo plan tiene imponderables y cosas que simplemente tenemos que aceptar cuando ocurren.
Hoy mismo, algo que planeaste, no salió como pensaste o bien, algo planeado para el rato, te digo de una vez, no saldrá tal cual.
Si Dios no fuera omnipotente, sería así como nosotros. Pero nosotros podemos llamarle nuestro refugio, nuestra fortaleza, el Dios en el que confío, porque todo lo que ha planeado ha sucedido, sucede y sucederá en nuestras vidas.
El plan de Dios se cumple en tu vida. Dios ha permitido en su omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia, que vivas todo lo que has vivido, que estés en la familia en la que estás, que estés en la comunidad en la que estás, que estés en la situación y circunstancia en la que estás.
Las cosas pasan no porque Dios se vio superado por las circunstancias y aunque quiso hacer algo no pudo, sino porque aun esas cosas y decisiones de las que somos totalmente responsables que nos han llevado al punto en el que estamos, han estado previstas en su plan y porque es todopoderoso, canalizará todas las cosas hacia la dirección en la que debes de ir.
Cuando hablamos esto, hay el peligro de pensar que el plan inalterable de Dios (que no conocemos) anule nuestra responsabilidad humana. Pero no es así. La Biblia nos muestra que el plan de Dios se va realizando inalterablemente, pero al mismo tiempo los agentes morales como nosotros, somos responsables de nuestras decisiones, palabras, actitudes y acciones.
Es decir que nosotros, aunque somos responsables de nuestras acciones, no ponemos en jaque mate a Dios. No lo ponemos contra la pared o lo dejamos jalándose los pelos por no saber qué hacer con nosotros. Dios es tan omnipotente que incluso esas malas decisiones, de las que somos responsables, están tomadas en cuenta en su plan.
Porque es todopoderoso, aun cuando has enredado tu vida al punto de estar pensando que es imposible de desenredar, él puede y dirige tu vida en la dirección correcta de acuerdo con su plan.
Un Dios omnipotente no tiene plan B, porque siempre puede y cumple su plan A.
Esta verdad es una fuente de gran seguridad y confianza. Solo porque Dios es omnipotente puede en realidad cumplir su plan en nuestras vidas. Nada evitará que así suceda. Nadie puede impedir que aquellos que están dentro de su plan desde antes de la fundación del mundo lleguen a ser semejantes a Jesús.
Eso tiene que ayudarnos ante las dificultades de la vida. El Dios omnipotente está realizando su plan, entonces, aun estas dificultades están previstas y están avanzando la historia de sus hijos para llevarlos a donde los está dirigiendo. Nuestra vida está segura en las manos de un Dios omnipotente.
Pero el Dios todopoderoso no sólo puede cumplir sus planes, sino también, en segundo lugar,
el Dios omnipotente puede cumplir sus Propósitos.
Dice Isaías 55:10-11: Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo, y no vuelven allá sin regar antes la tierra y hacerla fecundar y germinar para que dé semilla al que siembra
y pan al que come, así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos.
Muy cercano a sus planes están sus propósitos. La verdad es que los eventos en un plan pudieran ocurrir, pero no necesariamente se cumple el propósito por el cual se programó dicho evento.
Nos pasa mucho esto como seres humanos. Hacemos un plan y establecemos un propósito. El plan se ejecuta y parece estar todo bien, pero al evaluar más a fondo, vemos que no se cumplió el propósito.
Pero con un Dios omnipotente no existe tal cosa. Todo lo que planifica y todo lo que se propone lo logra perfectamente. Sus propósitos siempre se logran.
Como dice el pasaje de Isaías, su palabra jamás regresa sin haber cumplido su propósito. Sus propósitos se cumplen indefectiblemente.
Hermanos, por eso podemos tener confianza en cualquier tiempo de nuestras vidas como sus hijos, porque todo lo que hace tiene un propósito que se cumplirá sin lugar a dudas porque él se encarga de que suceda.
Quizá no entiendes en este momento, qué propósito puede tener algo que estás viviendo. No lo entiendes y quizá no lo vayas a entender, pero lo que debes saber y estar seguro es que el Dios omnipotente no hace las cosas sin ton ni son. El Dios omnipotente no está jugando a los dados con tu vida. Él tiene propósito para todo lo que hace y no solo lo tiene, sino que lo va a cumplir porque es omnipotente.
El Dios omnipotente puede dar sentido a los sin sentidos de la vida. No hay sin sentido más grande que lo que ocurrió cuando un día las personas se reunieron con el propósito más malvado y perverso que jamás haya existido: acabar con el único hombre justo, con el único digno de gloria, con el hombre más santo que jamás haya pisado la tierra: querían acabar con Jesús.
Y lo lograron, mataron infamemente al inocente, al santo, a nuestro salvador. Pero el libro de Hechos 4:27-28, nos muestra que Dios es más grande que los propósitos malvados de la gente:
“Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera”.
Herodes, Pilato, los gentiles y el pueblo de Israel se unieron para cometer el crimen más grande de la historia y son responsables por ello. Pero al mismo tiempo, la Biblia nos enseña que Dios, siendo más grande que los propósitos malvados de la gente, usó esas malas intenciones para traer tan grande bien para los que creen en Cristo.
Ellos clavaron a Jesús en la cruz con una mala intención, pero Dios, sobrepasando sus malos propósitos, clavó a Jesús para traer la salvación. Sus propósitos siempre se cumplen para su gloria.
Por eso hermano, si en el drama más grande de la historia, los propósitos de Dios se han cumplido, cuanto más en nuestros pequeños dramas individuales, el Dios omnipotente está cumpliendo sus propósitos eternos.
Por eso hermanos, Nuestra vida está segura en las manos de un Dios omnipotente.
Planes, propósitos están cubiertos por la omnipotencia de Dios. Pero hay aun una tercera razón por la que podemos tener seguridad y esta es, en tercer lugar, porque
El Dios omnipotente puede cumplir sus Promesas
Dice Josué 23:14: »Por mi parte, yo estoy a punto de ir por el camino que todo mortal transita. Ustedes bien saben que ninguna de las buenas promesas del Señor su Dios ha dejado de cumplirse al pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas.
En el contexto, Josué, el sucesor de Moisés como líder del pueblo de Dios en la conquista de la tierra prometida, ya estaba despidiéndose pues pronto partiría y en ese discurso emblemático de despedida, subraya el hecho de que el Dios del pacto ha sido fiel a sus promesas para con su pueblo. Lo que Dios ha prometido lo ha cumplido y lo cumplirá. Dios no faltará a su palabra empeñada.
Pero es su omnipotencia lo que en realidad hace posible que el cumpla sus promesas. Porque Dios podría tener toda la buena intención de cumplir lo que ha prometido, pero si no fuera omnipotente, todo podría quedar en buenas intenciones. Muy semejante a nosotros.
Cuántas veces no has decepcionado a tus hijos con algo que les prometiste. Recuerdo que cuando mi hijo cumplió ocho años, Dios proveyó un recurso especial y tuvimos la oportunidad de hacer un viaje familiar a Disney World. Mi hija tenía apenas 1 año y pues no tuvo consciencia de ese viaje. Conforme fue creciendo, ella concluyó que cuando tuviera ocho años haríamos otro viaje familiar a ese destino.
El tiempo pasaba y ella expresaba que se acercaba cada vez más el día en que ella iría a Disney. Nosotros lo escuchábamos, y aunque no lo alentábamos, tampoco lo negábamos. Pero nos quedábamos con el pendiente de que se acercaba cada vez más el plazo.
Cuando cumplió sus ocho años, una de las primeras cosas que dijo fue que ese año iría a Disney. Y nosotros tuvimos que decirle que quizá no sería posible por lo pronto, quizá más adelante. Ella lo tomó bastante bien. Nosotros nos quedamos un poco tristes por no poder cumplir ese deseo, que por su duración, casi parecía una promesa.
Así somos hermanos, aunque a veces queramos cumplir promesas, no siempre lo logramos. Pero Dios no es como nosotros. Lo que ha prometido, lo cumplirá al pie de la letra. Nunca falla.
En cuanto a mi hija, quiero decirles, que Dios en su gracia, le permitió ir a Disney a sus 9 años, sin pedirlo ni buscarlo, con una familia cercana de la iglesia y por el patrocinio de hermanos bondadosos que se enteraron de su deseo.
Yo no pude cumplir esa promesa, no soy omnipotente. Pero Dios sí lo es. Y es fiel para con su pueblo. No solo quiere cumplir sus promesas sino puede hacerlo sin faltar.
Si él ha prometido algo en nuestras vidas, lo va a cumplir, lo va a completar. No dudes ni por un momento. Nuestra vida está segura en manos del Dios omnipotente.
Hermano, no sé por qué circunstancias estás pasando este día. No sé que pesar hay en tu corazón. No sé con qué problema estás lidiando esta mañana. Pero Dios es omnisciente y si lo sabe y lo conoce perfecta y absolutamente.
Quizá te has sentido solo, abandonado en esa circunstancia que enfrentas. Quizá piensas que no hay nadie junto a ti o alguien que te apoye o respalde. Pero Dios no se ha ido ni se irá, ni abandona a sus hijos. El es omnipresente y está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Quizá no ves manera humana que se desenrede el asunto en que estás. No ves caminos ni salidas. No hay recursos ni fuerzas que te puedan librar de lo que enfrentas. Sientes que no hay mañana para ti. Pero Dios es omnipotente. No hay nada imposible para él en aquello que está de acuerdo a su voluntad y carácter. Él puede completar sus planes, cumplir sus propósitos y sus promesas.
Hermano, si has confiado en Jesucristo como tu Señor y Salvador, si arrepentido de vivir tu vida ajeno al Señor, has abrazado por la fe el evangelio de Cristo y has sometido tu vida a su Señorío, entonces, No hay otro lugar más seguro para ti.
Estás en los brazos del Dios Autosuficiente, Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente que no te soltará jamás. Nuestras vidas están seguras en sus manos. Él es nuestro castillo fuerte, él es nuestra fortaleza, él es nuestro refugio.
Si habitas al abrigo del Altísimo, descasas bajo la sombra del Omnipotente todopoderoso Dios cuyos planes se cumplen, sus propósitos de completan y sus promesas son seguras en Cristo Jesús para la gloria de Dios.