Summary: Hay un velo que no permite a la gente ver o entender el evangelio. Necesitamos quitarlo

2 Corintios 4:3-4 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

2 Corintios 3:16-17 “Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”.

Introducción: Hay un velo que separa a la gente, de la presencia de Dios. Que no les deja ver la luz del evangelio.

Pablo nos dice que el dios de este siglo, el cual es el diablo, ciega el entendimiento, esto es como ponerle un velo en su mente para que no entienda o delante de sus ojos para que no vea la luz de Dios.

El hombre siente necesidad de Dios porque fue creado para adorar a Dios.

Todo ser humano desea adorar algo y en su ignorancia se inventan “dioses falsos” porque hay un velo que no los deja ver “la luz del evangelio”

Pablo dijo que el enemigo oscurece el entendimiento de los incrédulos, es como una especie de velo que no los deja ver.

Pero si son sensibles a la voz de Dios y entregan su corazón a Dios ese velo es quitado de su vista espiritual, de su entendimiento para que puedan ver la luz de salvación y entender las palabras que le darán la vida eterna.

Entonces pueden ser libres, para servir a Dios.

Nosotros hemos sido librados de ese velo que nos separaba de Dios, desde el momento que recibimos a Cristo en nuestro corazón, pero hay millones de personas en todo el mundo que todavía tienen un velo en su mente que no los deja entender que necesitan a Dios.

Y nosotros necesitamos interceder por el mundo perdido, que Dios quite el velo de sus ojos espirituales

Porque Jesús es el único que puede abrir los ojos de los ciegos espirituales

Jesús es el único que puede libertar a los oprimidos del Diablo y a quien el Hijo libertare, será verdaderamente libre.

Esto no sucede por pura casualidad.

Esto cuesta oración y ayuno de parte de nosotros, y rendición a Cristo de parte del que todavía vive perdido en el pecado.

Pero hay otro velo que puede seguir estorbando nuestra vida para que no encontremos el acceso directo a Dios:

1. En el Antiguo Testamento leemos del tabernáculo que Dios ordenó a Moisés que levantara, como un santuario donde Dios se manifestara a su pueblo. Y la presencia de Dios estaba representada por el Arca de la Alianza, la cual estaba en el lugar santísimo.

A. Esta era la última recámara del Tabernáculo, y estaba separada de lo demás por un velo. Y nadie podía entrar allí, sino el sumo sacerdote y solo una vez al año.

B. El tabernáculo tenía un atrio al cual el pueblo podía entrar para ofrecer sus sacrificios a Dios, luego estaba el lugar santo, donde solo los sacerdotes podían entrar, y por último el lugar santísimo donde nadie podía entrar.

C. Detrás del velo estaba Dios, pero el pecado nos separaba de tener acceso a su divina presencia.

D. Israel, el pueblo de Dios, acababa de salir de Egipto. Eran el pueblo de Dios, pero estaban contaminados con las costumbres egipcias, y con las creencias de los egipcios.

E. Eran pueblo de Dios, pero no vivían en santidad. Todavía mantenían muchas malas actitudes y hasta idolatría pagana en sus corazones.

F. Oye como lo explica Isaías 59:1-2 “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.

2. El velo del Tabernáculo fue hecho de tela- La tela la hacían ellos mismo de fibras que al ser tejidas formaban un velo.

A. Este velo existe todavía en forma espiritual y nos impide el acceso a Dios. Se trata de Nuestra propia vida con los pecados innatos de nuestra naturaleza pecaminosa.

B. Estas son las fibras del velo espiritual:

1) Nuestra propia rectitud – nos creemos buenos. “Yo no le hago mal a nadie” “Soy una buena persona”

2) Nuestra autosuficiencia- nos creemos que podemos hacerlo todo. “Yo sé”, Yo puedo” “No necesito ayuda de nadie.

3) Nuestra auto compasión – nos sentimos pena de nosotros mismos. “¿Por qué me pasan estas cosas? Yo no me merezco esto”.

4) Nuestra auto admiración – Nos sentimos orgullosos de lo que somos y lo que hemos logrado en la vida.

5) Nuestro amor propio – Nuestro orgullo personal. No queremos ceder. No nos damos por vencidos. “Esto yo lo voy a arreglar”

6) Nuestra auto confianza – confiamos en nosotros mismos. Nuestro conocimiento, nuestras habilidades, nuestra experiencia.

C. Estas fibras son frutos de la carne, que el mismo Diablo nos inclina a desarrollar.

1) Somos pueblo de Dios, pero muchos de nosotros todavía estamos como dice Pablo: viciados, de los deseos de la carne: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” Efesios 4:22-24.

2) Nuestra naturaleza carnal, acepta lo que el diablo le sugiere, le gusta y se complace en eso

3) El diablo no puede obligarnos, pero nos convence para que nosotros mismos adoptemos sus malas acciones.

4) Entonces estas acciones son realizadas por nosotros mismos y nosotros somos responsables por haberlas adoptado como parte de nuestra forma de vivir y de ser.

D. Estas fibras están tan entrelazadas dentro de nosotros que forman un velo, una división que nos impide entrar a la presencia de Dios.

Se ha vuelto parte de nosotros y ha deformado lo que debíamos ser en lo que ahora somos.

Las manifestaciones de estas fibras son:

1) Egoísmo pensar solo en uno mismo siendo desconsiderados con los demás.

2) Auto propaganda – exhibimos nuestras habilidades.

3) Arrogancia – tenemos un alto concepto de nosotros mismos.

4) Sub estimamos a los demás.

Hasta los cristianos mantienen algunos velos todavía.

a) Son actitudes que llevamos pegadas y las justificamos.

b) No nos damos cuenta. No las identificamos porque nos justificamos y escondemos la realidad. No las queremos ver.

c) Pablo le esta escribiendo a la iglesia de Éfeso. A los creyentes, pero que todavía tenían actitudes carnales.

d) La iglesia de hoy día le pasa igual. Muchos creyentes tienen todavía actitudes carnales de las que tenemos que arrepentirnos y cambiar. No podemos seguir siendo carnales toda la vida.

E. Este velo no se puede mover a un lado para pasar.

1) El velo del tabernáculo no tenia abertura para dejar entrar a nadie.

2) El sumo sacerdote tenia que levantar el borde del velo para entrar al lugar santísimo.

3) Esto era una indicación de que nadie tenia libre entrada a la presencia de Dios, porque nadie es santo como Dios. Nadie merece estar ante su presencia.

4) El sumo sacerdote solo se le permitía entrar para hacer expiación por el pueblo.

F. Para que hubiera acceso libre, La única forma de pasar es romperlo o arrancarlo.

1) Pero nadie puede hacerlo, sino solo Dios.

2) Nosotros mismos no somos capaces de romperlo

3) y si alguien tratara, nosotros nos defendemos y nos justificamos para que no nos lo quiten.

G. Por eso Dios mismo rasgó el velo del templo de arriba abajo. Mateo 27:50-51 “Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron”

Porque Dios es el único que puede arrancar estos pecados de nuestro ser interior.

H. Nuestro ego es el velo que oculta el rostro de Dios a nosotros.

Muchas veces, nosotros tratamos de servir a Dios por nuestro esfuerzo propio,

haciendo “algo” para Dios,

trabajando en la iglesia,

esforzándonos,

defendiendo la causa de Dios.

Mientras al mismo tiempo competimos con los demás para sobresalir, nos presentamos y promocionamos nuestro éxito, nos gloriamos de nuestras victorias y despreciamos a los que parecen ser menos que nosotros.

I. Para que ese velo sea quitado, tenemos que reconocer nuestras malas actitudes y traerlas a los pies de la cruz.

La cruz representa muerte y sacrificio

Ese velo se formó en nuestros sentimientos.

El ego y el orgullo tienen que ser rasgados. No movidos a un lado, sino destruidos en rendición absoluta y humillación sincera.

Tenemos que poner nuestro ego y nuestro orgullo en la cruz y permitir que sea crucificado.

Esto significa dolor y sufrimiento. Tenemos que permitir que Dios rasgue el velo.

No es un acto simbólico. Es tu vida que apreciabas mucho, sucederán cosas que no te gustan.

Vamos a sufrir y a llorar porque va a ser profundamente doloroso.

Pero si te humillas ante Dios y te sometes a su proceso, serás libre de ese velo que te impedía una vida de intima comunión con Dios.

No te aferres al velo. Ríndelo

Deja que Dios lo rasgue.

Nuestra parte es ceder y confiar en Dios.

Confiesa, reconoce tu error, recházalo y deja que sea crucificado.

No te conformes con saber lo que es correcto y justificar nuestras faltas con apariencias de espiritualidad, como hizo el rey Saul.

La cruz es dura y cruel, pero es efectiva.

Entonces serás libre verdaderamente para vivir como una nueva criatura.

Una vez que el velo es quitado, podemos entrar confiadamente al trono de la gracia y alcanzar misericordia.

Ese velo Dios mismo lo rasgó de arriba abajo, el día que Jesús murió en la cruz.

Aquel velo separaba al hombre de entrar a la presencia de Dios por sus pecados.

Pero Jesús pagó el precio, llevó el castigo por nuestros pecados, y Dios rasgó el velo como señal de que, de ahora en adelante, el hombre tiene acceso directo a Dios mediante el arrepentimiento para perdón de los pecados.

Pero muchos creyentes, aun después de entregarse a Cristo, mantienen, como el pueblo de Israel pecados ocultos. Cosas que no queremos ceder, porque nuestro ego, y orgullo propio trata de convencernos a quedarnos con ellas.

Pero igual que Dios se disgustó con la mayoría de los israelitas que salieron de Egipto, también puede disgustarse con una gran cantidad de creyentes de hoy que son orgullosos, arrogantes, desconsiderados, criticones, y con todos los que se están promocionando ellos mismos y buscando elogios de la gente. Porque ninguna de esas actitudes son las que Jesús le enseno a sus discípulos.

Cuando traigas todas esas malas actitudes a los pies de la cruz y permitas que Dios renueve tu vida, transformándote en el hombre espiritual que Dios quiere que seas, comenzaras a disfrutar del acceso libre a la presencia de Dios, porque no habrá mas velo que te separe de Dios.

Oremos.